Crónica de la nueva política en la ciudad

Por: Nicolás Fernández

Jóvenes por el Río es un espacio de coordinación, integrado por más de 23 organizaciones ambientales, sociales y políticas, nacido al calor del conflicto por los terrenos de Costa Salguero y Punta Carrasco. Es un conflicto porque el Gobierno de CABA desea, unilateralmente, la privatización de esas 18 hectáreas para que allí se construyan edificios de lujo.

Para lograr su objetivo, en diciembre del 2019 la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires sancionó sobre tablas la ley 6.289, que permite la venta de los predios. En lo que va del año corriente, el 8 de octubre se aprobó en primera lectura en la Legislatura, el proyecto de ley presentado por Horacio Rodríguez Larreta y Felipe Miguel, para la modificación del uso del suelo, lo que le permitirá concretar un proyecto urbanístico que contempla, entre otros, la obra de edificios de 28 metros de altura frente al río. El 23 del mismo mes, La Sala II de la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso, Administrativo y Tributario (CAyT) de la Ciudad de Buenos Aires dictó una medida cautelar que suspende la venta del predio Costa Salguero hasta tanto se resuelva de manera definitiva la causa judicial en curso, informaron fuentes judiciales. El 27 de noviembre inició la audiencia pública, previa a la segunda lectura, con más de 7.000 (siete mil inscriptxs) un hecho sin precedentes en CABA. Tal es así, que está previsto que la audiencia finalice a fines de enero del 2021. En este contexto que nació Jóvenes Por el Río.

Algo estaba claro tras la “bicicleteada” , realizada el pasado primero de noviembre, actividad en la que confluyeron organizaciones políticas y de la sociedad civil, con una gran presencia juvenil. Si se quería evitar la construcción de edificios de lujo y destinar la zona a un gran parque público se debía conformar un espacio sumamente plural y que lxs jóvenes, siempre fuerza de cambio, encabezaran la demanda.

La invitación corrió de celular en celular, cada unx la hizo propia y así sucedió la primera reunión en el Parque Centenario. De allí surgió el primer conteo, 23 organizaciones. En política se suele “porotear”, es decir contabilizar un estimado de asistentes, participantes; no fue el caso, se quería hacer algo distinto y estaba surgiendo. Con la misma espontaneidad que se convocó a un encuentro salieron las líneas de acción y el contenido. Había que volver a las calles, recuperarlas y lxs jóvenes debían ser lxs protagonistas porque en este segmento etario se esconde lo nuevo, lo disruptivo y lo transformador.

El cronograma consistió en realizar un video, un “challenge”, una afichada y un abrazo a la Legislatura de CABA. Lo nuevo y lo tradicional con un salto disruptivo: ampliar para representar. Unir voces para gritar más fuerte. Sin pedir permiso en las estructuras partidarias y sin especular salieron a la calle, a hacer política y discutir qué Ciudad de Buenos Aires, quieren y esperan.

El contenido es claro, exponer la necesidad de espacios verdes, escasos en la ciudad. Parecía que la pandemia lo pondría en obviedad, pero resulta necesario romper la burbuja político-mediática de la cual goza Horacio Rodríguez Larreta y su gestión como Jefe de Gobierno de CABA. Varias veces se habló de maquillaje en la Ciudad, para referirse a que la gestión del Pro/Cambiemos/Juntos Por el Cambio consiste en aparentar, antes que en resolver cuestiones de fondo.

Doblemente novedoso, un espacio surgido de abajo convocando de boca en boca como “Patricio Rey y sus redonditos de ricota” con una temática nunca antes reclamada en tales dimensiones al Gobierno de CABA, una perspectiva ambiental.

Horacio Rodríguez Larreta y aliadxs quedaron expuestos, ¿de qué Ciudad Verde hablan? El distrito más rico del país, en términos presupuestarios, no tiene una necesidad evidente por recaudar fondos. No tiene los problemas que comparten muchísimos municipios y provincias del país. La voluntad de hacer negocios, entre amigos, se antepuso a la política y la misma fue tomada en manos jóvenes.

La agenda ambiental ha tomado cada vez más lugar, a tal punto que no discrimina geográficamente. Si existe una amenaza de “no retorno” ante los efectos del cambio climático, lxs jóvenes no pueden esperar a ser el futuro, por eso luchan por el presente.

Jóvenes Por El Río pesa más por su heterogénea conformación y sentido que lucha que por un tema específico, animadxs a discutir un modelo de ciudad, un presente y un futuro pueden generar más ruido y lío de lo que pueda contener la burbuja de hierro de Larreta.

El 3 de diciembre concretaron el “abrazo a la Legislatura” culminando así toda la agenda propuesta, aún con el fallecimiento de Diego Armando Maradona, se reorganizaron y salieron a la calle. El Jefe de Gobierno, Larreta, en sintonía con su partido –que defendió la riqueza de aquella minoría que posee más de $200 millones de patrimonio, ante el aporte solidario – prioriza el negocio inmobiliario, en viviendas para aquellas 12 mil personas que poseen los recursos para comprarlos. Lxs jóvenes se anteponen, no puede haber una Ciudad que le dé la espalda al Río de la Plata, como tampoco dársela al país. Ese río no le pertenece a lxs porteños únicamente y mucho menos a un club selecto de personas. Esa paradoja fue resuelta por un pedido, “queremos que esos predios se construya un gran parque público llamado Diego Armando Maradona”. El ídolo no es de nadie, es argentino, el Río de la Plata también.

Algo nuevo surgió, distinto y efectivo, ampliando y combinando sectores que no suelen compartir la calle: organizaciones ambientales, sociales y políticas. Las juventudes son sinónimo de cambio, cambio al cambio puede traerle pesadillas a más de unx.