Arauz conquistó las elecciones pero habrá ballottage con Lasso o con Pérez

El candidato correísta Andrés Arauz se impuso las elecciones presidenciales de este domingo celebradas en Ecuador con un 32,22 por ciento de los votos válidos, cuando el recuento de actas de las mesas electorales alcanza el 96,81 por ciento. Ese porcentaje no le alcanza para evitar la segunda vuelta electoral.

Se trata de un resultado que había sido anticipado por la mayoría de las encuestadoras de diferentes signos políticos y que resultó confirmado.El nombre de quién irá al ballottage con Arauz deberá ser esclarecido en los próximos días durante el escrutinio definitivo debido a que al momento hay un empate técnico entre el banquero y candidato de derecha por CREO, Guillermo Lasso (19,65%), que partía como favorito para pasar a la segunda vuelta, y el indígena ambientalista candidato por Pachakutik, Yaku Pérez (19,71%).

Se trata de una cantidad muy reducida de votos como para sentenciar quién pasará a una segunda vuelta. El recuento definitivo tardará aún algunos días y aún faltaría por contar el voto de algo más de 410.000 ecuatorianos que viven en el extranjero.

A raíz del empate, Pérez cuestionó esta madrugada los resultados en Guayaquil y pedido un nuevo recuento. “Hemos participado en este proceso electoral exigiendo transparencia, pero a pesar de que el conteo rápido del CNE (Consejo Nacional Electoral) nos daba para segundo lugar, se acercan y parece que la intención es revasarnos y dejarnos en tercer lugar”, manifestó en unas declaraciones frente a la sede del movimiento que lidera, Pachakutik, en Quito. Además, llamó a sus seguidores y votantes a “estar atentos” y a movilizarse para que “vuestra voluntad no sea defraudada, que vuestra voluntad se respete”, sugiriendo que desde el órgano electoral o algún poder político buscan modificar los resultados.

Mientras tanto, Andrés Arauz destacó el triunfo que obtuvo en la primera vuelta y se mostró convencido de que ganará la segunda vuelta independientemente de quién quede en segundo lugar. Sin embargo, reconoció que le gustaría una batalla electoral más clara, enfrentándose a su rival más antagónico, es decir, Lasso. “Ganamos, triunfo contundente en todas las regiones de nuestro bello país”, escribió el candidato en su cuenta de Twitter.

“Estamos seguros de que la victoria en segunda vuelta nos puede dar hasta mayor legitimidad que en una primera, porque lograremos superar el umbral del 50%, y más bien acercarnos al 60%”, expresó Arauz en una entrevista con la agencia Efe poco después de conocerse los primeros resultados.

El resultado logrado por Arauz, es decir la revolución ciudadana como proyecto, y la figura de Rafael Correa como liderazgo, representa una victoria política en el contexto actual de persecución que vive el correísmo. Fue celebrada como tal en el bunker situado en el hotel Mercure de la ciudad de Quito, al cerrarse una jornada de votación con una gran afluencia en las urnas.

Yaku Pérez, por su partes, explayó: “Después de la segunda vuelta seremos la primera fuerza política del país”. Sin embargo no dejó de imponer su duda sobre los resultados: “Hemos participado en este proceso electoral exigiendo transparencia, pero a pesar de que el conteo rápido del CNE (Consejo Nacional Electoral) nos daba para segundo lugar, se acercan y parece que la intención es revasarnos y dejarnos en tercer lugar”, manifestó en unas declaraciones frente a la sede del movimiento que lidera, Pachakutik, en Quito.

En tanto Rafael Correa cuestionó los números entregados por el CNE: “Todos saben que eso es mentira, en los mismos datos reales ya ingresados estamos alrededor del 38%. ¡A cuidar cada voto! El engaño es evidente”.

Las imágenes en Quito y varias ciudades del país, mostraron una participación constante, con colas de varias cuadras en algunos centros electorales, y denuncias acerca de la lentitud para dejar ingresar a la gente. En Ecuador el voto es obligatorio, con pena de 40 dólares -con un salario mínimo de 400- o imposibilidad de realizar trámites en el Estado, algo que forma parte de las varias razones de la afluencia masiva.

La jornada del domingo mostró la voluntad de participación de una mayoría de la población ecuatoriana, la necesidad de expresarse sobre el futuro del país que en cuatro años de gobierno de Moreno vio un giro dramático que dejó heridas políticas, económicas, sociales e institucionales.

Se sabía que había mucho en juego en estas elecciones por los candidatos y modelos en pugna, en el contexto de un país marcado a fuego por la traición política, el retroceso económico neoliberal, la pandemia, una campaña de persecución política, y otra mediática contra el correismo, con el objetivo de convencer que Correa había sido uno de los presidentes más corruptos de la historia. Un modelo ya clásico implementado en las revanchas contra los gobiernos progresistas.

El hecho de haber llegado hasta la elección, luego de las irregularidades del CNE que se mantuvieron a lo largo de toda la campaña, representó en sí un triunfo en el marco de una democracia debilitada e instituciones golpeadas, parcializadas, enfrentadas en oportunidades, uno de los legados que dejan los años de Lenin Moreno, quien, es seguro, dejará la presidencia en el mes de mayo y, se especula, tal vez también el país. Aún falta por conocerse el resultado definitivo de una contienda donde está en juego la orientación que tendrá el país en los próximos años.

La Ley ecuatoriana requiere una segunda vuelta cuando el ganador no obtiene la mayoría absoluta o al menos un 40 por ciento de los votos válidos con una diferencia de 10 puntos sobre el segundo candidato. La fragmentación del voto se ha debido a la cantidad sin precedentes de candidatos que se han presentado a los comicios del domingo, 16 fórmulas presidenciales. En el cuarto lugar queda posicionado Xavier Hervás, de Izquierda Democrática, con el 16,01 por ciento de los sufragios.

Los otros doce candidatos, todos ellos desde un comienzo sin posibilidades reales de pasar a segunda vuelta, se reparten el escrutinio: Pedro José Freile, 2,15 %; Isidro Romero, 1,82 %; el expresidente Lucio Gutierrez, 1,76 %; Gerson Almeida, 1,69 %; y la única mujer aspirante, Ximena Peña, 1,53 %.