La Justicia militar de #Israel acepta el acuerdo entre Fiscalía y Defensa y dicta sentencia: 13 meses de cárcel, de los que ha cumplido 7, y 14.000 euros de multa a la cooperante española Juana Ruiz.
La trabajadora humanitaria Juan Ruiz fue detenida en el mes de abril en el territorio ocupado de Palestina y desde entonces permanece injustamente encarcelada. Sus derechos básicos han sido vulnerados y se encuentra muy afectada física y emocionalmente. El acuerdo de la Fiscalía ha permitido reducir los cargos de cinco a dos.
Junto con los sietes meses que ya lleva en la cárcel la trabajadora humanitaria tendría que cumplir otros seis meses y pagar la mitad de la multa para poder salir de prisión. No obstante hay fuentes que confían en que su estancia en prisión sea por menor tiempo teniendo en cuenta su estado de salud y su edad.
Juana Ruiz, de 63 años, reside en los territorios palestinos ocupados desde los años 80 y el Gobierno israelí le ha aplicado la ley militar como ocurre con la población palestina afincada en Cisjordania.
Sin antecedentes penales previos ni haber sido detenida antes por las autoridades israelíes, fue arrestada la noche del 13 de abril en su domicilio por el Ejército israelí.
Según concretó un portavoz castrense, las fuerzas militares sospechan que desde su empleo como trabajadora humanitaria en la ONG participó en un presunto “plan de lavado de dinero que ayudó a financiar” al Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), un grupo político izquierdista considerado terrorista por Israel.
El Ejército la considera sospechosa “de haber cometido delitos de prestación de servicios para una organización ilegal afiliada” al FPLP, de mantener “contacto con un agente extranjero” y de “delitos relacionados con el blanqueo de capitales”, según detalló.
La familia de Ruiz Sánchez denunció hoy en un comunicado que Israel prosigue “con larguísimos interrogatorios” sobre ella “sin que medie ningún cargo” en su contra, y dijo que “la diplomacia española y europea deberían tomar su caso como auténtica prioridad”.
A su vez, familiares y allegados lamentaron que esta trabajadora humanitaria tiene “problemas de salud” y se le “está sometiendo a un trato que puede afectar a su situación sanitaria y psicológica”.
Desde su detención, se puso en marcha una intensa campaña para pedir su liberación que ha tenido difusión por redes sociales y entre movimientos sociales, grupos de solidaridad con la causa palestina y miembros de partidos políticos españoles.
Más de 2.000 personas, incluyendo escritores, artistas, políticos y cargos públicos españoles, firmaron también un manifiesto pidiendo su liberación inmediata. A su vez, un grupo de 15 eurodiputados de los grupos de la Izquierda y los Verdes solicitó hoy al Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, la mediación de la Unión Europea en el caso.
El gran “delito” de Juana Sánchez, como el de los miles de palestinos que cumplen condena sin cargos, ha sido trabajar por los derechos más básicos de la población palestina. En el caso de ella, coordinar durante los últimos 29 años los trabajos de la ONG Comités de Trabajo para la Salud, Health Work Commitees (HWC), que con 14 clínicas y dos hospitales en gestión atienden a más de 350.000 pacientes con 230 personas en plantilla.
Ante esta violación de los derechos humanos más básicos, la familia de Juana lo que más teme es el olvido. Teme que la renovación constante del arresto haga que ya nadie presione por los derechos de su madre, su amiga, su compañera y suceda con ella como los otros 4.400 presos políticos palestinos, de los cuales 700 son mujeres y 200 niños, que sufren el arresto sin haber recibido un juicio justo, con defensa.
O como sucede con un muro ilegal que ya cuenta con 850 kilómetros de longitud para separar vidas en los territorios ocupados de Cisjordania y Gaza; así como con los numerosos ‘check points’ con los que el ejército israelí controla los movimientos de toda la población palestina. Existe, afecta a millones de personas, incumplen la legislación internacional pero parece que se nos olvida.