Hubo 104 femicidios durante los primeros cuatro meses del 2022

Según datos del Observatorio “Ahora Que Sí Nos Ven”, hubo un femicidio cada 28 horas en la Argentina. En el 75% de los casos, había un vínculo con el agresor.

Hubo un femicidio cada 28 horas y se contabilizan un total de 104 femicidios en la Argentina durante los primeros cuatro meses del 2022 -entre el 1 de enero y el 30 de abril-, según datos del Observatorio “Ahora Que Sí Nos Ven”. Además, especificaron que hubo 30 en enero, 23 en febrero, 27 en marzo y 24 en abril; mientras que registraron una mayor cantidad en las provincias de Buenos Aires (26), Santa Fe (13), Córdoba y Santiago del Estero (9).

De estos femicidios, se conoció que en el 75% de los casos la víctima tenía algún vínculo con el agresor (39,4% era la pareja; 20,2% ex pareja y 15,4% familiar). El 25% restante se reparte entre un conocido (13,5%) o no registran datos (11,5%). Además hubo al menos 75 intentos de femicidio (al menos los conocidos o denunciados) y cuatro (4) transfemicidios/travesticidios (también puede ser mayor la cifra pero se desconoce por la poca visibilización).

Por otra parte, el informe del Observatorio informó que el 62% de los femicidios ocurrió dentro de la vivienda de la víctima, lo que demuestra que las mujeres y diversidades ni siquiera están seguras en sus propios domicilios. El 24% en la vía pública, el 6% en la casa del agresor y el 9% restante no tiene datos registrados. En relación a los femicidas: 28 se dieron a la fuga, 15 se suicidaron tras el asesinato, cuatro eran policías y uno era gendarme.

Uno de los puntos más repudiables es la falta de accionar que demuestra la Justicia ante los casos de violencia de género. Aún en el 2022, el Poder Judicial tiene una gran deuda con las mujeres y el movimiento LGBTIQ+. De los 104 femicidios, solo 16 mujeres (es decir, el 15%) había realizado al menos una denuncia y solo 7 (6%) tenían una medida de protección judicial e igualmente fueron brutalmente asesinadas. Por la inoperancia y negligencia, al menos 93 niños y niñas perdieron a sus madres.

Esto demuestra que, a pesar de las duras cifras que se repiten año tras año, la Justicia no toma medidas eficaces para proteger a las víctimas ni tampoco actúan, desde las fuerzas de seguridad, para controlar a los agresores ya denunciados. También queda a la vista la poca cantidad de denuncias que se debe, principalmente, al maltrato que reciben en comisarías o revictimización sufrida al pedir ayuda. Más allá de la implementación de capacitaciones de la Ley Micaela, todavía no se observa perspectiva de género en estos actores.