La digitalización de la vida: ¿el fin de las cosas?

La vida se nos hace digital. Cada vez quedan menos cosas materiales, tangibles. Hoy, casi todo está subido a una red, una nube, a internet. Al mismo tiempo que este proceso de digitalización de la vida continúa –cada vez a pasos más acelerados- la humanidad acepta este destino en vez de enfrentarlo. La comodidad y la seguridad que ofrece la vida digital parecen superar a la realidad.

Por Luis Ángel Dib

Edición: Diego Adur

Casi 2500 años atrás, Platón escribió una obra llamada Fedro. Allí cuenta en un breve párrafo el mito del origen de la escritura: Hubo un Dios que le dio a los hombres el don de la escritura, algo que produce un cambio total en la vida cultural de los seres humanos. Sin embargo, había otro Dios que criticaba la entrega de ese don. Decía que los hombres se iban a olvidar de recordar. Que cuando manejen la escritura perderán la capacidad de la memoria. Esto ha sido constante en cualquier avance tecnológico. Parece ser siempre algo positivo, pero hay alguien que lo critica porque detrás hay algo malo. Por ejemplo, cuando aparecieron las calculadoras se prohibió su uso en algunas escuelas por el riesgo de perder la capacidad de razonar. Con la televisión, con internet, con la computadora, con las redes sociales, siempre aparecen esos terribles diagnósticos apocalípticos.

Foto: Psicología y Mente

El mito de la caverna, de Platón, plantea que los seres humanos estamos prisioneros en una caverna desde que nacemos. Miramos hacia el fondo de la caverna y observamos las sombras. Y eso es lo que tomamos por la realidad. Cuando uno de los esclavos es liberado y se da cuenta que la realidad es otra, vuelve para liberar a los otros. Pero los demás no querían liberarse, estaban cómodos con la realidad que conocían y deciden asesinar a quien venía a liberarlos.          

En la saga de películas de Matrix, se recrea la idea de Platón dentro de una cultura tecnológica. En la Matrix todos están en una realidad virtual y la gran mayoría de las personas no es consciente que existe una vida real. La virtualidad era lo real. Quienes resisten a esa idea son un grupo de rebeldes que tratan de luchar y destruir la Matrix. Sin embargo, uno de ellos reflexiona y piensa que es mejor estar con la Matrix, dentro de ella,  porque esa virtualidad se siente como real. El vino que se bebe es real y la plata también. No hay diferencia. Entonces traiciona a sus compañeros. Hace un trato con los agentes de la Matrix para que lo vuelvan a enchufar y le otorguen una vida de millonario dentro de la Matrix, donde él no sepa que es un mundo virtual. A cambio entrega la ubicación del grupo de rebeldes a los agentes. Se recrea, así, esta situación planteada en el mito de la caverna de Platón en donde el que se encuentra en una situación de esclavitud o viviendo una vida irreal termina acomodándose.

Lo que está pasando ahora

El último libro del filósofo coreano Byung-Chul Han se llama ‘No Cosas’. Plantea que la vida digital está logrando la desaparición de todo el mundo material. Ya hace tiempo que se viene dando con la televisión y con las pantallas la desaparición de los cuerpos. Las videollamadas que nos muestran cuerpos de personas, son la imagen de ese cuerpo, no sus cuerpos reales. Son interesante las otras cosas que pueden verse en este mundo real. Se produce un reemplazo de la vida material de los cuerpos por cuerpos digitales, que no son cuerpos. Los cuerpos se diluyen en la vida digital. Hay una levedad muy grande que reemplaza a lo material.

En las distintas redes sociales que usamos cotidianamente se viene dando este reemplazo de la realidad real por una realidad digital. Todas las satisfacciones y emociones sociales se van reemplazando por lo digital.

Otros ejemplos en la cultura popular

Foto: Film Lovers

En el final de la película The Truman Show, el protagonista se da cuenta que toda su vida es un show de televisión y decide escaparse. Cuando está a punto de salir del inmenso estudio de televisión donde pasó toda su vida encerrado pensando que esa era la realidad, el director le advierte, “allá afuera no hay más verdad que la del mundo que he creado para ti, las mismas mentiras, los mismos engaños, pero en mi mundo tú no tienes nada que temer”. Observamos nuevamente cómo se ofrece esa comodidad y seguridad de la vida irreal.

Esta idea trata de brindar una vida que remplace la vida real y satisfaga todas las necesidades que en esa vida pudieran existir.

La narración de nuestras vidas

Las redes sociales se transforman en hechos frenéticos, estímulos permanentes, pero que no logran estar conectados. No hay hechos, hay informaciones. La vida nuestra está constituida por una narración. Cualquier cosa que entendamos, nuestro estado de ánimo, nuestras emociones y otras situaciones tienen que ver con historias donde nuestro ser se va constituyendo narrativamente.

Esta vida digital lo que hace es borrar el pasado y quedarse con una memoria a corto plazo, donde lo que vivimos hace 4 años parece que se eliminó. Solamente vivimos el presente y hasta por ahí nomás.