A partir de la noticia de la construcción de 100 escuelas técnicas en todo el país por parte del Gobierno Nacional, analizamos la relación directa que existe entre la educación y el modelo de país. Cuánto se necesitan y cómo fue cambiando la educación a lo largo del tiempo para estar al servicio del modelo de país que se desarrollaba en los distintos momentos de la historia
Por Luis Ángel Dib
Edición: Diego Adur
La educación siempre expresa un modelo de país. Cuando hay un modelo de país, este necesita que haya una educación. Cuando se funda nuestro sistema educativo, Argentina tenía un sistema económico agroexportador. Una de las lecturas que se utilizaban en el ámbito académico eran “visitando nuestro puerto”. En cualquier libro de lectura de principios del Siglo XX se puede identificar este tipo de contenido. Mostraban cómo llegaban los trenes al puerto y cómo se iban los barcos cargados de lanas que venían del campo, traídas por el ferrocarril a través del país. Esas lecturas expresaban la idea de un país agroexportador. También, la germinación del poroto era una de las actividades más recurrentes en los colegios. Y tocar y cantar ‘la vaca’. Todas esas prácticas están formadas por un modelo de país que se imprimió en nuestra subjetividad. Siempre hubo una relación entre modelo de país y educación. La educación se fue haciendo en base al modelo de país.
Hace poco, hubo una muy buena noticia que comunicó el Gobierno Nacional: la de construir 100 escuelas técnicas en todo el país. La educación técnica es una herencia de la escuela de artes y oficios. Se fue construyendo casi al costado de la escuela secundaria hasta que fue una modalidad secundaria más. Apareció cuando el modelo agrícola-ganadero fue cambiando por el sistema económico de sustitución de importaciones, en la década del ’30, y culminó con la industrialización, que se dio en el gobierno peronista. Ahí aparece la escuela técnica y aparece la Universidad Tecnológica Nacional. Era una forma de poner la educación al servicio de un modelo de mayor industrialización. Era un modelo de país que tendía a la industria y ya no tanto al modelo agroexportador.
En este momento, es necesario fortalecer la educación técnica porque el país está viviendo un proceso de reactivación industrial, y va hacia un modelo económico relacionado con la industrialización. Es una propuesta federal porque abarca a todo el país y, por otro lado, se basa en las necesidades de cada región. No es cualquier orientación o especialización sino que van en función de lo que se produce en cada lugar en particular. No será el mismo plan de estudios el de una escuela en La Pampa, que en Córdoba o en el interior de la provincia de Buenos Aires. La educación tiene que responder a las necesidades de su población. Cuando no responde a las necesidades que tiene, los pibes no consiguen trabajo en el lugar donde viven y terminan migrando.
Las escuelas técnicas y el macrismo
La educación técnica fue destruida en los gobiernos de orientación neoliberal. Este Gobierno hará 100 escuelas técnicas contra ninguna que hizo el Gobierno macrista, donde el presupuesto destinado a la educación técnica fue subejecutado en un 80%. Prácticamente se desfinanció la educación técnica. Es un tipo de educación que necesita mucho aporte del Estado por el equipamiento y materiales que requiere, y por la cantidad de aulas que necesita para cubrir los diferentes horarios.
Los conocimientos que se aprenden en las escuelas técnicas no deben ser únicamente saberes prácticos. Es necesario que quienes asisten a esas escuelas puedan, además de técnicos en determinada materia, puedan ser buenos ciudadanos. El Gobierno macrista proponía quitar horas a las materias de Historia en las técnicas. Es importante, por ejemplo, que un maestro mayor de obra conozca la historia de los barrios populares y obreros a la hora de pensar la construcción de una escuela en esos lugares.
En definitiva, se revitaliza la educación. Hay una claridad sobre el modelo de país que se quiere. Las escuelas son el primer paso para después tener esa masa crítica y ese capital humano y social para ponerlo en práctica y construir un país mejor.