Un trabajador que cobra la mínima debería recibir casi $61.500 más para cobrar igual monto que los primeros tres meses del año pasado, según un informe de la UCA.
Los argentinos perdieron en el último año un 20 por ciento de su poder adquisitivo. Quienes cobran un salario medio deberían haber recibido en el primer trimestre del año para mantener el valor constante de sus ingresos en comparación con igual lapso de 2023 un plus de 61.433 pesos, según la Encuesta de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA). El informe señaló que el ingreso promedio per cápita alcanzó los 233.695 pesos en el primer trimestre de 2024, comparado con 255.247 pesos en el trimestre anterior y 295.128 pesos un año atrás.
“A esta pérdida de los ingresos reales se sumó una caída aún mayor del poder adquisitivo de los haberes jubilatorios, un aumento de la desocupación y la persistencia de elevados niveles de precariedad laboral (asalariados sin afiliación a la seguridad social), todo lo cual generó un deterioro generalizado de los ingresos familiares reales, aunque con diferencias significativos al interior de la estructura social”, apuntó el informe de la UCA.
El análisis de los ingresos monetarios corrientes de los hogares y la población da cuenta de una caída del poder adquisitivo -en todos los estratos- con mayor intensidad en los estratos medios y en los más pobres, ampliando la brecha con respecto a la línea de pobreza. “A esto se sumó un aumento del desempleo y escasas oportunidades de compensar la caída del ingreso real con mayor empleo informal”, agregó el documento.
Las únicas fuentes de compensación durante el período –aunque parciales e insuficientes- fueron las transferencias sociales a los segmentos inferiores de la estructura social de la asignación universal por hijo, la tarjeta alimentar y otras asistencias).
Sin embargo, ellas sólo representan hoy el 50 por ciento de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) y el 25 por ciento de la Canasta Básica Total (CBT). En lo que respecta a los ingresos provenientes del mercado de trabajo, también se evidencia una pérdida de ingresos generalizada, aunque marcadamente mayor en los trabajadores de los hogares de menores ingresos que en los hogares medios más ricos de la pirámide social. Esto generó un aumento también de la brecha de ingresos laborales al interior de la estructura económico-ocupacional.
Entre el primer trimestre de 2023 e igual lapso de 2024, se observa que el ingreso per cápita familiar cayó un 20,8 por ciento, al mismo tiempo que la mediana de dicho ingreso perdió un 24,6 por ciento. “Si bien estas caídas fueron generalizadas, no fueron homogéneas al interior de la estructura social: en el 20 por ciento más rico de las clases medias la pérdida del ingreso real fue de 17,9 por ciento, mientras que para el 20 por ciento más pobre, la caída fue del 27,8 por ciento”, destacó la Universidad.
“Estos procesos incrementaron la brecha entre el 20 por ciento más rico y el 20 por ciento más pobre de la distribución de la población aumentó 13,6 veces. Por lo mismo, el 20 por ciento más rico de las clases medias más ricas de la estructura social pasó a concentrar el 52 por ciento del ingreso, al mismo tiempo que los sectores más pobres se quedaron solo con el 4,5 por ciento del ingreso”, sumó el informe.
En el caso de los salarios, el ingreso de los ocupados cayó 18,3 por ciento en el primer trimestre de 2024 con respecto al primer trimestre de 2023, mientras que el de los asalariados retrocedió un 19,7 por ciento. En el segmento de los ocupados, el estrato más pobre perdió 24,4 por ciento en el período; el medio, 23,1 por ciento; y el alto, 12,2 por ciento. Entre los asalariados, la dinámica es similar: el estrato más bajo vio un retroceso en sus ingresos de 24,9 por ciento; mientras que el medio, 22,6 por ciento y el alto, 15,1 por ciento.
“En este contexto, el análisis comparado de las tasas de indigencia y de pobreza estimadas con base en los datos provenientes del informe de distribución del ingreso y de las bases de datos de la EPH/INDEC, dan cuenta de aumento significativo de ambos índices: de 8,9 por ciento a 19,8 por ciento y de 38,8 por ciento a 54,6 por ciento, respectivamente (19,4 por ciento o 55,4 por ciento si se sigue otra estrategia de simulación), cerró la UCA. Esto implica la existencia al primer trimestre del año de más de 23 millones de pobres, entre los cuales habría más de 8,4 millones de indigentes.