Lula sobre los ataques en Brasilia: “Era el comienzo de un golpe de Estado”

En una entrevista exclusiva con Globonews, el presidente brasileño llamó a despolitizar las Fuerzas Armadas, cuestionó a la seguridad durante ese domingo 8 de enero, cuando bolsonaristas invadieron los Tres Poderes del Estado para exigir que lo derrocaran, y apuntó directamente a Bolsonaro: “Me dio la impresión de que él sabía todo lo que estaba sucediendo”.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo que el ataque contra el Planalto, la Corte Suprema y el Congreso perpetrado el domingo 8 de enero pasado por bolsonaristas le dio la “impresión de que era el comienzo de un golpe de Estado” y que su antecesor, Jair Bolsonaro, “sabía todo lo que estaba sucediendo”. En la primera entrevista que da desde que asumió, el mandatario habló sobre la decisión política de intervenir la seguridad de Brasilia para poder actuar ante la aparente omisión de las fuerzas de seguridad locales, que eran las responsables de resguardar ese espacio de la capital del país.

Ante la consulta de la periodista Natuza Nery de Globonews sobre por qué decidió la intervención, el mandatario fue directo: “Hubo una conclusión clara mía, de Flavio Dino (el ministro de Justicia y Seguridad Pública del país), de todas las personas, de que había negligencia de la Policía Militar de Brasilia que permitió que cinco o cuatro mil personas invadieran”.

El flamante mandatario -que debió enfrentar el intento de golpe a sólo una semana de haber asumido- continuó: “Me quedé con la impresión de que era un comienzo de un golpe de Estado. Incluso, me quedé con la impresión de que las personas estaban acatando órdenes de orientación que (el expresidente Jair) Bolsonaro dio durante mucho tiempo. Durante mucho tiempo él mandó a invadir la corte suprema, durante mucho tiempo él desacreditó al Congreso nacional, durante mucho tiempo él pidió que el pueblo se armara”.

En esa línea, Lula hizo referencia al accionar de su antecesor luego de la derrota electoral que sufrió el pasado 30 de octubre. En ese momento, Bolsonaro se demoró más de 24 horas en hacer un pronunciamiento ante la prensa y, cuando efectivamente lo hizo, a duras penas aceptó que se iniciara la transición con el equipo designado por su contrincante. Mientras tanto, cientos de bolsonaristas alrededor del país habían comenzado a bloquear las autopistas y levantar campamentos rente a los cuarteles del Ejército para pedir “una intervención militar” para evitar la asunción del tercer Gobierno de Lula.

“Encuentro que la decisión de él de quedarse quieto después de perder las elecciones durante semanas, sin decir nada, de no pasar la faja presidencial, de irse para Miami como si tuviera miedo de alguna cosa y del silencio mismo después de lo que pasó acá (en el Planalto), me dio la impresión de que él sabía todo lo que estaba sucediendo”, dijo el presidente brasileño, aunque marcó que eso, finalmente, lo resolverán las investigaciones.

“La impresión que me daba era esa, como si Bolsonaro estuviera esperando volver a Brasil en la gloria de un golpe. Yo no podía permitirlo, entonces tenía que tomar una decisión política, una decisión certera”, expresó.

Lo sucedido el 8 de enero pasado puso sobre el centro de atención, también, el lugar de las Fuerzas Armadas brasileñas. Eso, sumado a que durante la gestión de Bolsonaro -incluido él mismo como ex capitán del Ejército- la cantidad de militares en la gestión pública hasta se triplicó y ocuparon lugares clave. En ese sentido, el mandatario llevó el tema a la entrevista televisiva: “Otro tema que quiero hablar es el de no politizar a las Fuerzas Armadas o despolitizar”, señaló.

“Es preciso que los comandantes asuman las responsabilidades. Soldados, coroneles, generales, ellos tienen derecho de voto, de escoger a quien quiera para votar. Ahora, cuando se es un oficial de carrera, debe defender el estado brasilero. Él no es de Lula, de Bolsonaro, no fue de (los ex presidentes Fernando) Color (de Melo) ni de (Henrique) Cardoso. Estas instituciones que dan garantía a este país no precisan tener candidato o partido, ellos tienen que defender al Estado brasileño y a la Constitución”, enfatizó Lula y reconoció que quiere reunirse y conversar con ellos “abiertamente”.

“¿Va a pedir algún tipo de colaboración o de consejo sobre cómo enfrentar a la extrema derecha y sobre cómo gobernar con la extrema derecha?”, le consultó Nery en el marco del viaje que el mandatario hará a Estados Unidos en febrero para el encuentro que concretará con el su par, Joe Biden.

“Lo primero que tenemos que tener en claro es que hoy existe en el mundo entero, en Hungría, en Italia, en Alemania, en España, en Portugal…En todos los lugares están creando organizaciones de extrema derecha, de las más formas diferentes”, indicó Lula y contó que en una conversación con un ex ministro griego -cuyo nombre no reveló- coincidieron en que el discurso de un lado y del otro del océano “es el mismo: Patria, familia y la cuestión religiosa. Es un discurso universal”, indicó.

Para el caso, afirmó que este será un tema de conversación con Biden y marcó los pasos a seguir tras la derrota en las urnas del bolsonarismo a nivel presidencial: “Ahora lo que precisamos es derrotar esa narrativa fascista que tiene Brasil. Ahí vamos todas fuerzas democráticas deberán manifestarse, no importa a qué partido político se pertenece, no importa el origen social, lo que queremos es que todas las personas -desde el más humilde brasileño hasta el más importante-, que todos se manifiesten en defensa de la democracia porque esa es la única posibilidad de construir una nación fuerte y soberana”.