¿Qué propuso Patricia Bullrich en el Llao Llao?

La precandidata a Presidenta del PRO brindó un fuerte discurso con medidas de shock a aplicar si gana las elecciones. Se diferenció con Larreta y la gestión de Macri.

La interna en el PRO continúa y suma un nuevo episodio frente a empresarios del establishment reunidos en el Foro del Llao Llao que se desarrolla en Bariloche. Patricia Bullrich, la primera de los precandidatos a Presidente invitados en presentar sus propuestas de cara a las elecciones 2023, anticipó que en su gestión se avanzará con “reformas muy profundas” como en lo laboral y económico, que se traduce en una baja de impuestos y liberación del dólar “desde el día cero”. Su discurso estuvo marcado por la palabra “orden”. De cerca la escuchaban el jefe de su equipo económico, el diputado nacional Luciano Laspina, y sus armadores políticos Federico Angelini y Damián Arabia. Este martes será el turno de su rival en la interna amarilla, Horacio Rodríguez Larreta, y los también precandidatos María Eugenia Vidal. Gerardo Morales y Javier Milei.

“Vamos a demoler el régimen económico de los últimos 20 años”, prometió la presidenta del PRO en uso de licencia para encarar la campaña electoral que la llevó esta semana a Bariloche, Río Negro, para hablarle a empresarios como Eduardo Elsztain (Grupo IRSA), uno de los fundadores de este foro junto a Marcos Galperín (Mercado Libre) y Martín Migoya (Globant). También estaban presentes David Sutton (Grupo Alvear), Facundo Gómez Minujn (J.P. Morgan), Gastón Remy (Nuqlea Argentina) y Marcos Bulgheroni (Pan American Energy Group). Influyentes empresarios que simpatizan política e ideológicamente con distintos actores de la oposición. Pese a ser invitados, los presidenciables del Frente de Todos Sergio Massa, Eduardo “Wado” de Pedro y Daniel Scioli, pero no irán. El presidente Alberto Fernández figura como “invitado a confirmar”.

En su alocución, que se desarrolló a lo largo de una hora y demoró la llegada del plato principal de la cena, mostró diferencias en el tipo de liderazgo con Rodríguez Larreta. “Esta Argentina que viene no se soluciona solamente con gestión, se soluciona con una gestión con liderazgo, firmeza, coraje, carácter”, marcó sobre lo que consideró es necesario para “transformar” el país. “Conozco uno a uno los actores de veto, los que ya preparan el cuchillo entre los dientes para que seamos un gobierno más que frustre las expectativas de cambio”, advirtió. En el equipo bullrichista confiaron a El Destape que ese momento de su discurso fue el que mayor ovación despertó entre los presentes.

A los empresarios les aseguró que no busca el voto de los argentinos “para hacer lo políticamente correcto” sino “encarar reformas muy profundas” a las que no les puso plazos. “No será de un día para otro, es un proceso y no ponemos fechas para que no quede la lógica del segundo semestre”, señalaron desde el entorno de Bullrich a este portal en chicana a la famosa frase que se instaló en el macrismo para anunciar el comienzo de la mejora de la actividad económica. En la organización aseguraron que fue “muy buena recepción” y los empresarios se mostraron muy entusiasmados con su discurso la interceptó en los pasillos. Uno la llamó la “Margaret Thatcher argentina” y otra la incitó: “Salí a cosechar que está la siembra lista”.

Bullrich prometió que el concepto que va a regir su gobierno “va a ser el concepto de orden” para encarar las distintas medidas. “Orden Económico. Orden para encarar los desafíos contra el narcotráfico y la seguridad de las personas. Orden en la educación, en la salud, en el Estado, en las provincias”, puntualizó. En lo económico, aseguró que “salir del cepo cambiario es una prioridad desde el día cero” porque “no hay cambio de régimen económico sin antes dinamitar el régimen cambiario del kirchnerismo”. La ex ministra de Seguridad de Mauricio Macri considera que “desmantelar los controles de cambio” será una de las decisiones que incentive a los empresarios a realizar inversiones. Macri había retirado el cepo ni bien asumió en 2015 con el mismo argumento y lo volvió a aplicar tras la derrota electoral de 2019.

En relación a esto, mostró otra contraposición con Larreta respecto a la rapidez con la que piensa que es necesario levantar el cepo. El análisis que realizó es que “los precios están más ligados al contado con liqui que al dólar oficial” por lo que “si le decís al que quiere venir a invertir que vas a sacar el cepo en seis meses, va a postergar sus decisiones por seis meses”. Así, afirmó que se necesita “un shock de confianza para todos los que están esperando venir a invertir a la Argentina” porque “los sectores de la economía van a demorar sus decisiones mientras haya cepo”.

Para “profundizar” la política económica de Macri, aseguró respecto a los los impuestos que promoverá “un régimen simple, con una carga impositiva razonable”. Sobre esto, ahondó: “Con un equipo de economistas y abogados estamos trabajando en una profunda desregulación económica y de trabas burocráticas para detectar distorsiones y eliminarlas, poder reducir sobrecostos y acelerar la actividad económica”. Ahí pondrá a prueba su capacidad de conseguir consensos porque cualquier modificación impositiva deberá pasar por el Congreso. La semana pasada, en la Sociedad Rural, habló que para aumentar las exportaciones del país y así recuperar la posición ganadera será necesario, entre otros puntos, “bajar impuestos”.

Otro concepto en el que insistió mucho para conseguir esas inversiones fue “ajustar el Estado” para “desajustar al ciudadano” y así “alivianarle el peso al comerciante que tiene una panadería o a quien tiene un pozo en Vaca Muerta”. Bullrich culpó al Estado por ser “un pésimo socio para la inversión productiva porque creció casi un 100% en los últimos 20 años” y para ella “eso generó una burocracia infinita”.

Este “plan de estabilización” que esbozó Bullrich con definiciones generales sin profundizar en los detalles de las propuestas requerirá “un realineamiento de precios” y un “cambio impositivo que termine con el sesgo antiexportador”. Escépticos, uno de los empresarios le preguntó “¿por qué ahora sí iba a poder llevar adelante este plan?” en comparación al gobierno de Cambiemos. Bullrich se diferenció de Macri y aseguró que en 2015 había un “escenario de miedo” y que en su gestión en Seguridad “el miedo nunca influyó”.

Asimismo, señaló que “es imperativo una modernización de las regulaciones del mercado de trabajo” para generar nuevos puestos de trabajo. Sobre este punto, fue crítica de la actual política de planes sociales y en una conferencia de prensa que brindó hoy contó que su equipo trabaja en “la conversión de los planes sociales en un seguro de desempleo” y que se aplicarán “deadlines” (tiempo límite, en español) para llevarlo a cabo “de acuerdo a las capacidades que las personas tengan”.

En el marco de la interna, Bullrich le respondió a María Eugenia Vidal, quien pidió “bajar todas las candidaturas” del PRO y “volver a empezar”. En diálogo con TN, desechó esa posibilidad y contestó: “Lo mejor para el PRO no es una mesa chica sino los ciudadanos votando”. También rechazó la propuesta de Javier Milei a ir a una interna: “Yo soy de Juntos por el Cambio, Milei es parte de otro partido”.

Bullrich tendrá reuniones políticas en los próximos días y una recorrida por el conurbano bonaerense con su precandidato a gobernador Néstor Grindetti, de licencia en la intendencia de Lanús para asumir la presidencia de Independiente por la crisis en el club que desembocó en la renuncia de Fabián Doman. Cerca de Grindetti se ilusionan con que el mes que al frente del club incremente el nivel de conocimiento sobre su persona y eso se traduzca en un aumento de sus posibilidades para ser el único candidato de Bullrich. Mientras tanto, la exministra afronta cierta presión de dirigentes del conurbano bonaerense que reportan a ella, a Grindetti y a otros precandidatos como Javier Iguacel, Joaquín de la Torre y hasta el propio Cristian Ritondo y que no gobiernan sus distritos porque reclaman salir de la imprevisibilidad y definir las candidaturas.

Con información de El Destape