Un cuento de buenas noches y muchos mundos posibles

Por: Florencia Brizuela

El poder de las palabras reside en nombrar, en decir, en visibilizar lo que necesita ser visto y dicho. La literatura nos invita a navegar los mundos posibles, a entender nuestras prácticas de distintas maneras. ¿Qué pasa cuando las nuevas formas de entender(nos) llegan a la literatura infantil y hacen de la Ley de Educación Sexual Integral (ESI) una mirada editorial?

“La literatura nos presenta un mundo de sentidos donde uno se siente representado o no”, comentó Maura Rivero, comunicadora, docente y especialista en ESI. Durante muchos años, las lecturas estuvieron enmarcadas en una sociedad que reproducía estereotipos sin incorporar diversidades. Plotuist también conversó con Nadia Fink, integrante de Editorial Chirimbote, quien planteó que “es importante que haya nuevos aportes que den cuenta de otras maneras de ser niñes, de crecer, de pararse en el mundo”.

Con “otras maneras de ser” se refiere a mostrar la diversidad de cuerpos, de sexualidades e identidades de género, de colores, a visibilizar personas con discapacidad. “Todas las posibilidades que tenemos las personas de ser deberían estar incorporadas en los libros”, agregó Fink.

El avance que hubo en cuanto a sexualidades e identidades representadas fue enorme en el último tiempo, tanto que Rivero señaló que “en este momento, acá, si querés publicar un libro que incluya ESI, tiene que apostar a más. Tienen que aparecer cuerpos trans porque eso es revolucionario, no esos cuentos donde todos explican lo mismo con una mirada sesgada”.

Sin embargo, si hablamos de literatura LGBTQI+, ésta sigue siendo catalogada como tal. Algunas historias terminan centradas en el hecho de que hay, por ejemplo, dos mamás. El libro pasa más por ese único hecho que por la historia.

El lugar hacia donde se quiere llegar, el que sería ideal, es aquel donde ya no se tenga que clasificar este tipo de literatura sino donde simplemente sea literatura. Ese es un camino que se hace al andar, no sin volver a pensar lo que creíamos “normal”. Las reversiones de los cuentos tradicionales como Caperucita Roja, La Bella y la Bestia o Patito feo, ponen de manifiesto que existen otras formas de contar y que no por ser tradicional no se puede cambiar el cuento.

Editorial Chirimbote, que dio sus primeros pasos en 2015, logró pisar fuerte respaldada por el contexto en el que vivimos. “Nuestro crecimiento tiene que ver con que cada vez fue más aceptado que el mundo se estaba poniendo patas para arriba”, dijo Fink. Habla de, por ejemplo, el movimiento feminista que avanzó y trastocó todo lo que se venía dando como estereotipo patriarcal y violento. Las resistencias fueron cediendo aunque “sabemos que, sobre todo sectores conservadores, siguen oponiéndose a todo lo que aporte derechos; pero en general tenemos muy buena respuesta”, concluyó.

En consonancia, Rivero, quien también trabaja en formación docente, recalcó que la educación e instrucción es parte importante del proceso. “La resistencia no tiene tanto que ver con la edad sino con una perspectiva educativa. También hay algo del sentido común que no está desarmado y que le pasa a la gran mayoría, hasta a los que tienen la mejor voluntad de hacer algo distinto”, reflexionó.

A su vez, la participación de las familias y los colegios es fundamental porque son espacios que posibilitan un acercamiento a la literatura: leyendo por la noche, regalando un libro, la escuela incluyendo lecturas que no sean las más tradicionales.

Fink explicó que hay una realidad que es que primero son las personas adultas las que tienen que enamorarse de estos libros que después le van a contar a las infancias. “Es importante generar un sentido más crítico de las cosas, donde las infancias puedan tener un espacio en la familia y en la escuela para que puedan aplicarlo después”, agregó. En este sentido, Rivero expuso que “de a poco se va instaurando que es un derecho de los pibes”.

Expresión ilustrada de les personajes de Chirimbote.

“La ESI está en todo lo que hacemos porque tiene que ver con algunos contenidos que atraviesan toda la ley como desandar estereotipos, cuestionar las violencias machistas, pensar en la diversidad, también la sexualidad –que va más allá del acto sexual. Tiene que ver con cómo nos desarrollamos desde que nacemos, con cuando se nos da un nombre, cuando se nos pone un color, cuando se nos perforan, o no, las orejas. Todo eso va determinando nuestro lugar en el mundo”, expresó Fink desde Editorial Chirimbote.

Sus antiprincesas y antihéroes que empezaron con las historias de Frida Kahlo, Violeta Parra y Juana Azurduy, vienen a mostrar las vivencias de personajes -latinoamericanos- que cambiaron las reglas del juego, que pusieron en tensión la temporalidad en la que les tocó vivir.

Estos proyectos parten del supuesto que esas mujeres y disidencias protagonistas, rompen con mandatos sociales y con lo que se esperaba de ellxs; proponen nuevas representaciones.

Tenemos hoy la posibilidad y el beneficio de que esta mirada haya llegado a muchas editoriales y que tantas otras se hayan creado con esta intención. Tenemos la posibilidad de leer un cuento y abrir la puerta a los mundos posibles, aquellos que nos permiten ver que existen otras historias y otros personajes.

Nota redactada por: Plotuist