Cumbre de alta tensión este martes entre Joe Biden y Vladimir Putin para calmar los temores de una invasión rusa a Ucrania, que una vez más transformaría a Europa en un campo de batalla.
Los dos líderes tendrán un enlace de video. El presidente de Estados Unidos desde la Casa Blanca, el líder del Kremlin desde su residencia en Sochi.
Será un encuentro largo, es la previsión común, mientras ya hay rumores de otra cumbre en persona a principios del año próximo, después de la de junio en Ginebra.
Ambos usaron algunas pre-tácticas. El comandante en jefe estadounidense, que ha consultado con aliados europeos clave para coordinar su mensaje, ha advertido que no aceptará ninguna línea roja y que está preparando con sus socios un paquete de medidas sin precedentes en caso de una acción militar de Moscú.
Los medios estadounidenses han anticipado una amplia gama de sanciones, que van desde acciones contra el círculo íntimo de Putin hasta otras contra el sistema bancario y energético ruso, hasta afectar la deuda soberana y excluir a Moscú del circuito Swift para transferencias financieras a escala mundial.
Una fuente de la Casa Blanca también reveló que Estados Unidos está listo para fortalecer su presencia militar en Europa del Este y “responderá favorablemente” a cualquier solicitud de sus aliados en esa región en caso de una invasión de Ucrania.
Putin, que exige garantías legales contra la expansión de la OTAN hacia el este, voló en vísperas de la cumbre hacia India para verse con el primer ministro, Narendra Mori, para reactivar la cooperación, incluida la cooperación militar, para evitar que se convierta en el baluarte de la política estadounidense en Asia contra China.
Mientras tanto, el Kremlin ha denunciado las “numerosas ‘falsificaciones’ de sus supuestos planes de agresión contra Ucrania” y la “retórica agresiva” antirrusa occidental.
E instó a no esperar ningún avance porque “los establos de Augias en nuestras relaciones bilaterales difícilmente se pueden limpiar en varias horas de negociaciones”, como dijo el portavoz Dmitri Peskov, evocando el quinto esfuerzo de Hércules, que es limpiar la suciedad en unos establos del rey de la ciudad de Elis en un solo día.
Hay muchos temas en la agenda, desde la estabilidad estratégica hasta Irán, desde Libia hasta Afganistán. Pero por encima de todo queda la crisis de Ucrania, con un plan ruso -según la inteligencia estadounidense- de invadir el país con 175.000 soldados a principios de año.
Sin embargo, varios analistas creen que esto es solo una maniobra de Putin para pedir garantías contra la expansión de la OTAN hacia el este y que, en caso de negativa, prolongar o agravar el conflicto congelado en Donbass es para él la única garantía para evitar que Kiev se una a la Alianza.
Lo único cierto es que los acuerdos de paz de Minsk 2, negociados en 2015 desde el formato de Normandía (Alemania-Francia-Rusia-Ucrania), parecen muertos: Kiev y Moscú llevan años luchando por quién debe dar el primer paso en el acuerdo, que prevé la retirada de las tropas rusas del Donbass a cambio de una mayor autonomía para las regiones orientales, con el riesgo, sin embargo, de que luego sean ellas las que veten la adhesión del país a la OTAN.
Fuente: ANSA