Francia vive hoy una jornada de protestas masivas, con el servicio de trenes trenes prácticamente paralizado, las escuelas cerradas y cientos de miles de personas en las calles para expresar su rechazo a la reforma jubilatoria impulsada por el Gobierno de Emmanuel Macron.
El gobierno quiere retrasarla de 62 a 64 años y adelantar a 2027 la exigencia de cotizar 43 años para cobrar una jubilación completa, dos medidas que son rechazadas ampliamente por la opinión pública.
La reforma del sistema previsional es una promesa de la campaña electoral para la reeleción, en 2017, del mandatario francés, de 45 años, tras un primer proyecto en 2020 que tuvo que abandonar por la llegada de la pandemia de coronavirus. Según el diario Le Parisien, la aprobación es una “prueba decisiva” para el mandato de Macron y “la huella que dejará en la historia”.
El Presidente, que este jueves está en Barcelona para una cumbre hispanofrancesa, intentó la víspera debilitar el frente sindical, considerando que hay sindicatos que “llaman a manifestar en un marco tradicional” y otros que quieren “bloquear el país”.
El rechazo social y sindical a la medida es amplio: si bien un 81% de los ciudadanos considera necesaria la reforma, el 61% rechaza este proyecto y el 58% está de acuerdo con la huelga.
“Nos espera un duro conflicto. Hay que suprimir el tótem de la edad de jubilación y la prolongación del período de cotización”, pronosticó el secretario general de Fuerza Obrera (FO), Frédéric Souillot, citado por la agencia de noticias francesa AFP.
Los organizadores de la protesta, que en 2010 ya intentaron frenar en vano el retraso de la edad jubilatoria de 60 a 62 años durante el Gobierno del conservador Nicolas Sarkozy, esperan convocar a un millón de manifestantes a la calle.
Hay más de 200 manifestaciones a lo largo y ancho del país, la principal, en París, comenzó a las 14 (las 10 de la Argentina). Las autoridades esperan entre 550.000 y 750.000 manifestantes, entre ellas de 50.000 a 80.000 en la capital.
El ministro de Transporte, Clément Beaune, ya advirtió que la jornada de hoy será “un infierno” en el transporte y llamó a los ciudadanos a trabajar desde casa, donde muchos deberán además cuidar a sus hijos. Según los sindicatos, un 70% de docentes de primaria participan en el paro y un 65% de profesores de secundaria, cifras que el ministerio de Educación rebaja a 42,35% y 34,66%, respectivamente.
“Trabajaré desde casa, ya que con las huelgas no puedo arriesgarme”, dijo a la AFP Abdou Syll, un consultor que debe cruzar la región de París para ir a su oficina. “Si se repite, me quedaré en teletrabajo el mayor tiempo posible”.
La circulación de metros y trenes en París amaneció “muy perturbada”. Una línea de metro está completamente cerrada y otras 12 solo funcionan parcialmente, informó la empresa RATP.
Lo mismo para la compañía de ferrocarriles SNCF, que prevé un tren de alta velocidad de cada tres o de cada cinco, según las líneas, y un tren regional de cada 10 de media. El sector de la energía se anuncia clave. El gestor de la red eléctrica francesa RTE constató una fuerte reducción de la producción, equivalente a dos veces el consumo de París, por lo que advirtió a los huelguistas que no la reduzcan más.
La CGT anunció que la mayoría de refinerías registraban entre un 70% y un 100% de personal en huelga, que, junto a futuros paros, reavivan el temor de una escasez de combustible como la vivida en octubre y que obligó al Gobierno a intervenir.
Tras esta primera acción, los sindicatos tienen que decidir cómo continuar. El Gobierno debe aprobar por su parte el lunes su proyecto final, antes de su debate parlamentario que podría prolongarse hasta finales de marzo.
“El Gobierno ya perdió una batalla (…), la de convencer a la gente”, según el líder de ultraizquierda Jean-Luc Mélenchon. Los partidos de izquierda y la oposición de extrema derecha votarán contra la reforma.
Fuente: Télam