El 6 de diciembre de 1998, Hugo Rafael Chávez Frías ganaba con claridad las elecciones presidenciales y abría una página nueva en la historia de Venezuela. El 2 de febrero de 1999 fue la fecha de su primera asunción.
Aquella era una Venezuela castigada por la corrupción, la pobreza y la desigualdad. El nuevo presidente llegaba al poder con la promesa de una república refundada que regeneraría la política y lograría la tan deseada justicia social.
Chávez logró posicionarse como uno de los líderes de la Patria Grande, denominado en aquel entonces como discípulo de Bolívar y, por su capacidad didáctica, aventajado alumno del gran educador del Libertador, Simón Rodríguez. Con él y su estratega continental, la historia venezolana, y de gran parte de América abrió un nuevo capítulo.
“Tenemos una inmensa deuda con Chávez: haber reinstalado el tema de la actualidad del socialismo cuando el neoliberalismo campeaba sin contrapesos en Nuestra América; haber potenciado extraordinariamente el sentimiento antiimperialista dormido por siglos y que Cuba había despertado con su heroica revolución; haber rescatado la centralidad de la unidad de nuestros pueblos y plasmado en instituciones concretas el ideario nuestroamericano como el ALBA, la Unasur, la Celac, Petrocaribe, Telesur, el Banco del Sur, etc”, resaltó Atilio Borón, periodista venezolano.
“Fue por eso que se convirtió en el enemigo público número uno del imperio, cosa que marca definitivamente la gravitación universal del bolivariano por contraposición a la absoluta indiferencia que Washington le concede a la inocua ultraizquierda vociferante de América Latina, esa que hizo de su visceral crítica y repudio a Chávez el leitmotiv de su existencia. Este pagó con su vida su audacia revolucionaria, su lucha cotidiana, alejada de la vacía retórica de sus desastrados críticos”, adhirió.
luego indicó que, según su percepción, “Chávez, como Bolívar, vivirá eternamente en el corazón de nuestros pueblos. Fue un líder extraordinario pero, por sobre todas las cosas, una buena persona, un hombre honrado, transparente y profundamente humano: inteligente como pocos, amigo fidelísimo, dotado de un fino sentido del humor; lector insaciable y apasionado al punto tal que sólo Fidel se le compara en este punto; dueño de una memoria fabulosa capaz de recitar poesías y cantar sin parar hasta el amanecer; hombre de pueblo, profundamente de pueblo y capaz como muy pocos de comunicarse con su gente y entender sus vivencias, sus emociones y sus necesidades”.
“Por eso Chávez fue Chávez, y por eso Chávez es pueblo, en Venezuela y en toda América latina y el Caribe. En Nuestra América decir Chávez es decir pueblo. Su nombre ha entrado definitivamente por la puerta grande de la historia. Por eso recordamos hoy su natalicio y nos basta saludarlo con un ¡Hasta siempre, querido Comandante Eterno!”, sentenció.
Venezuela antes de Chávez
Asimismo, el historiador Agustín Blanco Muñoz, autor de varias obras sobre el pasado reciente de Venezuela y la figura de Chávez, explicó a la BBC el contexto de aquella victoria electoral que lo colocó por primera vez al mando venezolano.
“El sistema de Punto Fijo, con el que terminó la dictadura de Marcos Pérez Jiménez en 1958, se había basado en dos partidos, Acción Democrática (AD) y Comité de Organización Política Electoral Independiente (Copei), que se turnaban en el poder sin ser capaces de resolver los problemas. Cada presidente que tomaba posesión le echaba la culpa al anterior de todo lo heredado”, relató.
“Entonces, los venezolanos decidieron confiar en Chávez, un joven mando militar que había saltado a la fama como líder que en 1992 intentó sin éxito derrocar a Carlos Andrés Pérez. Su mensaje televisado al país al poco de fracasar la rebelión, cuando anunció que su movimiento bolivariano no había alcanzado sus objetivos ´por ahora´ fue en realidad, según escribió entonces Gabriel García Márquez, ´el primero de su campaña electoral´”, continuó.
Tras ser indultado en 1994 por el presidente Rafael Caldera, Chávez, con corbata y ya sin uniforme militar, compitió en las urnas 6 años después y barrió. “La situación en 1998 era de auténtico desastre y él pudo presentarse como un salvador en medio de ese desastre porque los venezolanos ya no creían en nadie de los partidos políticos tradicionales”, explicó Blanco.
El contexto económico era caótico. Pese a haberse mostrado en contra en su mandato anterior (1974-1979) y también durante la campaña que lo llevó de nuevo a la presidencia en 1989, el presidente Carlos Andrés Pérez, de la socialdemócrata AD, puso en marcha las medidas de ajuste acordadas con el Fondo Monetario Internacional a cambio de un crédito para que Venezuela pudiera hacer frente a su abultada deuda externa y saneara una economía en horas bajas por la caída de los precios del petróleo en los mercados internacionales. Entonces Venezuela dependía de sus exportaciones de crudo.
Blanco describió: “En la década de 1970, sobre todo en el primer gobierno de Pérez, Venezuela se había beneficiado de un boom petrolero que permitió un cuantioso gasto social. Fueron los años de lo que se conoce como ´la Venezuela saudita´, caracterizados por la inversión pública y la creación de infraestructuras en el país. Pero en la década de 1980 aquella bonanza terminó. Los precios, el desempleo y la deuda pública comenzaron a subir”.
“Hasta que en 1989, al poco de ser electo por segunda vez, Pérez implantó el programa económico conocido popularmente como el “paquetazo”, que incluyó recortes de las prestaciones sociales, subidas de impuestos y privatización de empresas estatales”, afirmó.
Por otro lado, en materia social, la Venezuela de 1998 vivía aún bajo el trauma del episodio conocido como el “Caracazo”. Poco después de que Pérez pusiera en marcha sus reformas, una revuelta popular estalló en Caracas, donde hubo protestas masivas y saqueos.
El historiador Blanco explica que el presidente suspendió varias garantías constitucionales, y “para salvarse él y su gobierno sacó al ejército a la calle con orden de matar”. Lo llama la “masacre de Venezuela”.
“Todavía estamos contando los muertos”, lamentó varios años despues de los hechos Juan Barreto, que acompañó la candidatura de Chávez desde sus primeros pasos y estuvo luego al frente de la comunicación de su gobierno. Es que, la ola de violencia y represión dejaron decenas de muertos. El número exacto es aún tema de debate.
“La indignación por aquella respuesta del gobierno fue una de las razones que alimentaron el apoyo posterior a Chávez en busca de justicia social”, aseguró Blanco.
Gustavo Márquez, que fue ministro con él en dos ocasiones, cree que en los años finales del llamado sistema de Punto Fijo, la alternancia de los dos principales partidos, “la élite política del país se había distanciado de la población”. Todo ello facilitó el ascenso de Chávez, un militar que propuso romper con la política tradicional, y lo consiguó.