Con unos gastos sociales cada vez más altos y el aumento de la inflación, ayuntamientos como el de Birmingham se ven confrontados a “desafíos financieros sin precedentes”.
La ciudad de Birmingham, la segunda del Reino Unido, se declaró en quiebra este martes y advirtió que otros municipios podrían acabar igual, culpando al Estado de infrafinanciación y a la situación económica.
El consejo municipal que gestiona los servicios públicos de más de un millón de personas, una cantidad sin igual en el país porque Londres está dividido en distritos, se amparó en la “sección 114”.
Esto significa que solo se mantienen los gastos esenciales y equivale a una situación de quiebra para una empresa. El ayuntamiento ya no es capaz de equilibrar su presupuesto, como obliga la ley, sin ayuda del gobierno. El alcalde, John Cotton (laborista), indicó en un comunicado divulgado por la prensa que había tomado esta “medida necesaria” para sanear la situación.
Alegó la existencia de varios gastos excepcionales, como una condena por infracción de leyes laborales, una disminución de la financiación otorgada por los sucesivos gobiernos conservadores desde hace trece años y la crisis del coste de la vida.
Con unos gastos sociales cada vez más altos y el aumento de la inflación, ayuntamientos como el de Birmingham se ven confrontados a “desafíos financieros sin precedentes”, aseguró.
Citó una estimación de la federación de colectividades locales Sigoma, que calcula que 26 de esos municipios podrían declararse en quiebra en los próximos dos años. “Claramente, le corresponde a los consejos electos localmente gestionar su presupuesto”, reaccionó un portavoz del primer ministro británico.
El presupuesto de los ayuntamientos del Reino Unido depende de los ingresos de los impuestos locales aplicados a ciudadanos y empresas, pero también de una contribución del Estado que se ha reducido considerablemente, sobre todo a causa de las políticas de austeridad de la década de 2010.
Según el centro de reflexión Institute for Gouvernment, la financiación estatal cayó un 40% términos reales entre 2009/2010, cuando llegaron al poder los conservadores, y 2019/2020. A partir de entonces repuntó, a causa de las partidas excepcionales relacionadas con la pandemia de covid-19.
“El sistema de financiación ya no funciona en absoluto. Los consejos locales han hecho milagros desde hace 13 años pero ya no queda dinero”, advirtió el presidente de Sigoma, Stephen Houghton, quien pidió ayuda al gobierno. Antes de Birmingham, el distrito londinense de Croydon y la ciudad de Thurrock, al este de la capital, se declararon en quiebra hace un año.
“El gobierno central ha dejado a los ayuntamientos vivir al día […] durante demasiado tiempo”, señaló Jonathan Carr West, director de la Local Government Information Unit, una asociación que asesora a las colectividades. “Birmingham es el Consejo más importante hasta ahora en declararse en quiebra, pero si algo no cambia, no será el último”, advirtió.