Es el nivel más bajo desde hace 70 años del reservorio de agua dulce fundamental más grande de Italia.
La ola de calor, la escasez de lluvias y la falta de nieve en Europa están llevando a ríos, canales y lagos de todo el continente a niveles alarmantemente bajos. Una de las consecuencias se vio reflejada en el lago italiano más grande, el Lago de Garda, que llegó a su nivel más bajo desde 1953, a tan solo 45,8 centímetros por encima del nivel del mar.
Según los datos del satélite Sentinel-2, del Observatorio europeo sobre sequía del programa Copernicus, gestionado por la Comisión Europea y la Agencia Espacial Europea, la media en los últimos 70 años fue de 109 centímetros.
El Lago de Garda es el mayor lago italiano, con una superficie de cerca de 370 kilómetros cuadrados, es el tercero en profundidad después del Lago de Como y el Lago Maggiore. Su decrecimiento pone en riesgo su capacidad de mantener la agricultura, las comunidades locales, el turismo y la navegación.
El nivel medio del agua de Garda, que se encuentra a unos 65 metros sobre el nivel del mar, sufre variaciones estacionales bastante limitadas, esto hace que la caída reciente sea aún más preocupante.
La nueva imagen del lago captada por satélites se suma a las otras que muestran el riesgo de sequía en Italia y en Europa. Las imágenes del satélite Smos de la Agencia Espacial Europea muestran que, en gran parte del suroeste de Europa, la humedad del suelo está por debajo de la media, debido a un invierno particularmente seco y el segundo más cálido jamás registrado.