El G7 ya acordó conceder un préstamo a Ucrania

Será con intereses de los activos soberanos rusos congelados como sanciones europeas y estadounidenses a la invasión de 2022. En la primera de las dos jornadas, las y los líderes mundiales tuvieron su primer encuentro y la foto de familia.

En el primer día de encuentro de las y los líderes del G7 la principal definición se dio en torno a un tema sugerido en la agenda oficial por Italia: Ucrania. El principio de acuerdo que alcanzaron los representantes de Francia, Alemania, Canadá, Italia, Japón, Reino Unido y Estados Unidos, más la Unión Europea, consta de un préstamo por el valor de 50.000 millones de dólares, que saldrá de los intereses de los activos soberanos rusos congelados después de que Moscú invadió a su país vecino en 2022. Se trata de la pieza central de la jornada inaugural de la Cumbre que se lleva a cabo en un lujoso centro turístico ubicado en Apulia, el sur italiano.

Al margen de la cumbre, el presidente, Volodimir Zelensky -que es la segunda vez que asiste-, declaró que había firmado un acuerdo de seguridad de 10 años con Japón y que se les proporcionaría 4.500 millones de dólares este año. Además, firmará más tarde un nuevo acuerdo de seguridad a largo plazo con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden.

El plan del G7 para Ucrania se basa en un préstamo plurianual con cargo a los beneficios de unos 300.000 millones de dólares de fondos rusos incautados. En tanto, los detalles técnicos se ultimarán en las próximas semanas, informó Reuters. Aunque la fuente pidió no ser nombrada, dijo que la financiación adicional llegaría a finales de este año.

Sobre ello, Estados Unidos acordó aportar por su cuenta hasta 50.000 millones de dólares, según dijo un funcionario estadounidense de alto rango, pero ese monto podría bajar significativamente a medida que otros países anuncien su participación.

El objetivo del acuerdo es garantizar que pueda funcionar durante años independientemente de quién esté en el poder en cada uno de los Estados del G7, un guiño a las preocupaciones de que el candidato presidencial republicano estadounidense Donald Trump pueda simpatizar mucho menos con Kiev si vence a Biden en las elecciones de noviembre.

Mientras, Rusia considera criminales los intentos de las potencias occidentales de quedarse con los ingresos de sus activos congelados. Así lo manifestó la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Maria Zakharova, que señaló que la respuesta de Moscú “será muy dolorosa para la Unión Europea”. A dos años de iniciado el conflicto bélico, el impacto para el bloque ya fue bastante duro en términos económicos, así como en términos de acceso a las energías como el gas, el petróleo y el bloqueo por casi un año de granos, con un fuerte impacto en los precios y en el cumplimiento de metas para la implementación de energías renovables.

La llegada del presidente argentino se demoró luego de la larga sesión que se llevó a cabo este miércoles en Senadores, en donde el Gobierno ultraderechista logró la aprobación de su mentada Ley de Bases luego de seis meses de negociaciones. La salida desde Argentina estuvo atada a esa votación que llevó a que la vicepresidenta de la Nación y presidenta del Senado, Victoria Villarruel, tuviera que desempatar.

Muchos de los líderes del G7 tienen dificultades en casa, pero están decididos a marcar la diferencia en la escena mundial, ya que también tratan de contrarrestar las ambiciones económicas de China. “Hay mucho trabajo por hacer, pero estoy seguro de que en estos dos días podremos mantener conversaciones que conduzcan a resultados concretos y mensurables”, dijo la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, a sus invitados del G7 al inicio de sus conversaciones en un hotel de lujo de la región meridional de Apulia.

Mientras Meloni disfruta del triunfo de su bloque en las elecciones al Parlamento Europeo (PE) del fin de semana, los líderes de las otras seis naciones -Estados Unidos, Japón, Francia, Alemania, Reino Unido y Canadá- se enfrentan a importantes retos internos que pueden socavar su autoridad. De hecho, el premier británico, Rishi Sunak, llamó a elecciones para el próximo 4 de julio; y Francia, Emmanuel Macrón, decidió disolver el parlamento y también adelantar los comicios por el fuerte golpe que recibió el domingo pasado en el PE por parte de fuerzas ultraderechistas.

Más allá de eso, las y los líderes del G7 también expresaron su preocupación por la situación en la frontera entre Israel y Líbano y respaldaron los esfuerzos de Estados Unidos para garantizar un alto el fuego en la guerra que Benjamín Netanyahu libra en Gaza contra el movimiento islamista palestino, pero que significa -desde octubre- un fuerte asedio contra la población del enclave. Según Reuters, esto se pudo ver en un borrador de comunicado que se hará público tras la Cumbre.

Además, pidieron a Israel que se abstenga de llevar a cabo una ofensiva a gran escala en la ciudad de Rafah, en el límite con Egipto, “en consonancia con sus obligaciones en virtud del derecho internacional”. Hasta esa ciudad llegaron a refugiarse más de un millón de personas que huían de las bombas que lanzaron sobre el resto del territorio.

Los países occidentales también se mostraron unánimes en su preocupación por el exceso de capacidad industrial de China, que según ellos está “distorsionando los mercados mundiales”, así como en su determinación de ayudar a los Estados africanos a desarrollar sus economías, uno de los puntos de la agenda oficial.

Biden se enfrenta a una ardua batalla para ganar la reelección en noviembre; el británico Sunak, parece encaminado a perder el poder en unas elecciones nacionales el próximo mes ante los laboristas, mientras que Macron fue derrotado en la votación europea. Todos sonrieron ampliamente mientras saludaban a Meloni bajo un sol mediterráneo abrasador a la entrada del complejo Borgo Egnazia, donde pasarán dos días en sesiones que se abrirán más tarde a una serie de líderes, incluido el papa Francisco, que fue invitado por Meloni especialmente.

Este año, el G7 abrió sus puertas a un gran número de participantes, entre ellos el Francisco, que pronunciará el viernes un discurso sobre los riesgos y el potencial de la Inteligencia Artificial. Entre los que también están invitados mandatarios de India, Brasil, Argentina, Turquía, Argelia y Kenia.