Un estudio de Global Carbon Project alertó que el incremento de la polución se debe al 1% de crecimiento de las emisiones de carbono derivadas de la utilización de combustibles fósiles.
Las emisiones de CO2 derivadas de los combustibles fósiles aumentarán una cifra récord este año, alertó un informe difundido en la conferencia de las partes (COP27) sobre cambio climático, que se celebra en Egipto y a la que este viernes asistirá brevemente Joe Biden, presidente de Estados Unidos, el segundo país que más contamina el planeta.
La emisiones de CO2 de origen fósil “aumentarán un 1% respecto a 2021, para alcanzar 36.600 millones de toneladas, un poco por encima de los niveles de 2019, antes del covid-19”, asegura el informe de Global Carbon Project difundido este viernes.
La comunidad internacional en su conjunto no ha honrado su promesa de reducir las emisiones de CO2, a pesar de que según los climatólogos, es la condición esencial para que el mundo no supere los 1,5 ºC de temperatura media con respecto a la era industrial.
Solo una treintena de países actualizaron sus objetivos de recortar sus emisiones antes de llegar a la ciudad egipcia de Sharm el Sheij, aunque era un compromiso mutuo pactado hace un año. Sin embargo, en plena crisis energética, las finanzas dominan las conversaciones en la COP27.
Colombia reveló el jueves último su estimación de pérdidas y daños anuales a causa del clima: 4.300 millones de dólares. “Las partes tienen posiciones divergentes. Y hay algunos que por supuesto quisieran ver el establecimiento de una institución bajo el mecanismo financiero de la convención. Parece difícil”, explicó a la agencia de noticias AFP Julio Cordado, negociador chileno que preside junto a su par alemana el grupo de trabajo sobre “pérdidas y daños”. “Esto va a seguir estando hasta el final de la COP y hasta el 2024 como horizonte de tiempo”, agregó.
En Sharm el Sheij se abrió además otra delicada discusión: cómo actualizar la cifra de 100.000 millones de dólares anuales que los países ricos se habían comprometido a entregar a los pobres, básicamente para mitigar sus emisiones de gases y adaptarse a la nueva realidad. Esa cifra fue prometida en 2009, para 2020. Dos años después, solo se ha cumplido parcialmente.
El principal emisor de CO2 del planeta, China, guarda una cauta posición, a caballo entre su alianza con el grupo de países en vías de desarrollo (G77) y su condición de segunda economía del planeta.
El presidente Xi Jinping no acudió a la COP27. Las relaciones con Estados Unidos son muy frías, pero Xi y Biden se reunirán durante la cumbre del G20 la próxima semana.
Biden, aliviado tras los resultados electorales en su país, pronunciará un discurso ante los delegados de casi 200 países, enfrascados en unas largas negociaciones que se anuncian difíciles para los países desarrollados, con Estados Unidos al frente. Los países en vías de desarrollo reclaman en Sharm el Sheij la aprobación de un fondo de “pérdidas y daños” por el cambio climático.
El asunto fue finalmente incluido en la agenda de la conferencia, que se cierra el 18 de noviembre. Pero oficialmente los países de la COP aún tienen dos años para seguir negociando.
Biden permanecerá apenas unas horas en este balneario egipcio al borde del mar Rojo, para el discurso y un encuentro bilateral con su par egipcio, Abdel Fatah al Sisi. Su intención es recordar a la audiencia de negociadores y activistas que en agosto firmó una ley de transición energética y medidas climáticas por 370.000 millones de dólares.
Un alto responsable estadounidense aseguró que Biden llega también con la intención de anunciar un recorte de las emisiones de Estados Unidos de hasta 52% en 2030, respecto a los niveles de 2005. Quien también acudirá a Sharm el Sheij aunque aún no ha asumido como presidente es el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.
“Viajaré el lunes a Egipto. Tendré más conversaciones con líderes mundiales en un único día que (Jair) Bolsonaro en cuatro años”, dijo Lula durante un encuentro con diputados en Brasilia.