El Tribunal Constitucional de Portugal, máximo organismo judicial y cuyas decisiones son inapelables, dio luz verde hoy a la ley que despenaliza el consumo de drogas sintéticas, pese a las dudas planteadas por el presidente Marcelo Rebelo de Sousa, que había rechazado promulgar la normativa.
El pronunciamiento del tribunal se produce dos semanas después de que Rebelo de Sousa rechazara la promulgación de la ley e interpelara al Tribunal Constitucional argumentando una supuesta falta de consultas con autoridades regionales.
El jefe de Estado había afirmado, en su carta al Tribunal Constitucional, que los “nuevos tipos de drogas” tienen especial incidencia en las regiones autónomas de Madeira, archipiélago de cuatro islas frente a la costa del noroeste de África, y de las islas Azores, ubicadas a unos 1.500 kilómetros al oeste de Lisboa.
En una carta publicada en la web del Gobierno, el mandatario aseguró que no se había consultado a las autoridades de estas regiones autónomas, antes de adoptar una reforma que parte de proyectos promovidos por el Partido Socialista (PS) y el opositor Partido Social Demócrata (PSD).
Sin embargo, el tribunal entendió, por unanimidad, que no se trata de un tema sobre el que deban pronunciarse los gobiernos regionales de manera previa, informó la agencia de noticias local Lusa, replicó Europa Press.
La reforma sobre drogas equipara las nuevas sustancias a las clásicas, de tal manera que la posesión destinada al consumo deje de ser considerada delito, sin criterio alguno relativo al número de dosis.
En el debate que tuvo lugar a principios de julio, el PSD y el PS justificaron su iniciativa sobre la despenalización de las drogas sintéticas en la necesidad de distinguir entre traficantes y consumidores, y también alertaron del impacto que estas nuevas sustancias están teniendo en las regiones autónomas, según medios portugueses.
El Gobierno de Madeira ya le había pedido al jefe del Estado que no promulgara la nueva ley de drogas, alegando “violación de la Constitución de la República Portuguesa” y el aumento de consumo de éxtasis en esas dos regiones autónomas.
Rebelo de Sousa, que proviene de tradición conservadora, se opuso en el pasado a otras medidas impulsadas por el Gobierno del socialista António Costa, quien ostenta el cargo de primer ministro de Portugal desde 2016, entre ellas la ley de eutanasia.