Existe una festividad religiosa muy importante tanto para los cristianos como para los judíos: la Pascua. Cada año, los fieles de ambas religiones se reúnen para conmemorar y recordar diferentes hechos que marcaron acontecimientos en la historia de cada una de sus religiones.
Festividades, conmemoraciones y acontecimientos importantes para los creyentes cristianos católicos, están distribuidos a lo largo de todo el año y tienen gran influencia en la vida cotidiana de religiosos y no religiosos. Pero, el hecho de por qué ciertas festividades caen en determinadas fechas y no en otras tienen motivos relacionados con la historia y la astronomía.
La celebración de la Semana Mayor cambia sus días cada año entre los meses de marzo y abril. El motivo es que la fecha de estas tradiciones litúrgicas, de las más importantes para los católicos en las que se recuerda la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, se define a partir del calendario lunar.
En el año 325 d.C, cuando se celebró el I Concilio Ecuménico de Nicea, convocado por el emperador Constantino I, se estableció que la Luna marcaría la fecha de la Pascua, de forma que el domingo de resurrección se celebraría el domingo siguiente a la primera luna llena del equinoccio de primavera boreal, es decir después del equinoccio del 21 marzo, que corresponde al comienzo de la primavera en el hemisferio norte de la Tierra, aunque en la realidad, en algunos años puede ser el 20 de marzo.
La Pascua judía
En la antigüedad, la Pascua era una fiesta de pastores en la que se sacrificaba un cordero como ofrenda para pedir fecundidad. Celebraban el paso del invierno a la primavera, y lo hacían luego de la primera Luna llena de la estación de primavera (en el hemisferio norte). Luego pasó a ser una celebración de la liberación del pueblo judío de la esclavitud de Egipto.
En la actualidad, los judíos conmemoran la Pascua (Pésaj) como una de sus principales fiestas en la que recuerdan el paso que dio el pueblo hebreo junto con Moisés a través del Mar Rojo. Celebran una cena familiar llamada Séder (orden en español) repleta de simbolismos además de rezos.
La Pascua cristiana
Para los cristianos, la Pascua también es la fiesta más importante de todo el año ya que en ella se celebra el paso de Jesús de la muerte a la vida. La Pascua es la celebración en la que los cristianos creen que Jesús resucitó el domingo tras morir el viernes en la cruz.
Si bien no hay una tradición estricta sobre la comida, las familias cristianas se suelen reunir el domingo y participar en la Misa para conmemorar que Jesús resucitó para salvar al pueblo.
Existe una relación histórica y religiosa entre la Pascua judía y la cristiana. Cristo murió el primer día de la fiesta judía que celebra la liberación por parte de Dios del pueblo judío de la esclavitud de Egipto, explica la Agencia Católica de Informaciones Aciprensa.
“La muerte de Jesús cumple la antigua ley hebrea en lo referente al cordero pascual que los judíos comen la noche víspera del 15 de Nisan (el primer mes del calendario hebreo bíblico, que comienza con la conmemoración de la salida de los judíos de la esclavitud en Egipto)”, añade. Cristo muere el mismo día de la Pascua judía en el que se matan a los corderos. En ambos casos religiosos se produce un sacrificio y una liberación.
¿Por qué las fechas de la Semana Santa cambia cada año?
Las fechas de las Pascuas cambian todos los años para judíos y para cristianos. Ambas festividades se rigen por diferentes calendarios, pero están marcadas por eventos astronómicos. Los judíos comen el cordero pascual la víspera del 15 de Nisan. Jesús celebró la Última Cena durante la Pascua judía, es decir, el 14 de Nisan, murió en la cruz el 15 de Nisan y resucitó el domingo siguiente, el 17 de Nisan. Pero es muy difícil pasar una fiesta antigua del calendario judío al cristiano, dice Aciprensa. Los judíos tienen un calendario lunar de 354 días y los cristianos uno solar de 365.
En el Imperio Romano se decretó entonces que la Pascua sería un domingo porque se cree que Jesús resucitó ese día de la semana. Por eso se optó por celebrar la Pascua el primer domingo después de la primera luna llena, posterior a la llegada de la primavera en el hemisferio norte.
Sin embargo, cabe destacar que no todos los cristianos celebran la Pascua el mismo día. Los ortodoxos, por ejemplo celebran la Pascua en otra fecha porque siguen el calendario Juliano. La fecha para celebrar la Pascua tanto para cristianos como para judíos varía entre fines de marzo y fines de abril cada año.
Qué se celebra cada día de la Semana Santa
A la Semana Santa se le llamaba en un principio la Gran Semana. Ahora se le llama Semana Santa o Semana Mayor y a sus días se les dice días santos. Este año 2022 la semana sagrada empieza el domingo 10 de abril y culmina el domingo 17. Cada día tiene un significado.
El Domingo de Ramos, previo al de Pascua, se celebra la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén en la que todo el pueblo lo alaba como rey con cantos y palmas. Por esto, es tradición que los fieles lleven ramos a las misas de esta jornada para que los bendigan. Las ceremonias principales del día son la bendición de las palmas, la misa y la lectura del relato de la Pasión durante la eucaristía.
El lunes santo se conmemora la unción de Jesús en casa de Lázaro, realizada por María de Betania, una de las hermanas del resucitado, que se describe en el Evangelio según San Juan. También se vincula a la expulsión de los mercaderes del templo de Jerusalén, en la que Jesús (según la Biblia) pronunció: “Mi casa, casa de oración será llamada; pero ustedes la han convertido en una cueva de ladrones”. Durante la misa de este día, el Evangelio de San Juan refleja el pasaje de la unción en Betania, cuando Jesús visita la casa de Lázaro, tras resucitarlo, donde María, una de las hermanas de éste, le unge costosos perfumes.
El martes santo es un día de preparación para el Triduo Pascual, que es el lapso que va del Jueves Santo al Domingo de Pascua en el que se conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesús. Durante ese tiempo los fieles cristianos católicos reflexionan acerca del Vía Crucis. Por eso el día martes se expone cómo fue que, según los relatos del Nuevo Testamento, Jesús anunció su futura muerte a los discípulos, así como las palabras que le dirigió a Judas Iscariote por su traición y a Pedro por las negaciones que cometería antes de que cantara el gallo.
El miércoles santo marca el final de la Cuaresma, destinada a la preparación espiritual para la fiesta de la Pascua, la fiesta central del cristianismo, en la que se conmemora la resurrección de Jesús. Canónicamente, el miércoles santo es el día en que se reúne el Sanedrín (asamblea o consejo de sabios) y el tribunal religioso judío con Judas Iscariote para negociar la entrega de Jesús a cambio dinero.
En el jueves santo se recuerda la Última Cena de Jesús de Nazaret con sus apóstoles en la que les lavó los pies, lo que se conoce como un ejemplo de servicialidad. En la Última Cena, en que los creyentes católicos conmemoran la institución de la eucaristía, con la consagración del pan y el vino mientras Jesús los compartía con sus apóstoles; además, se remarca el legado del sacerdocio. El pan significa el cuerpo de Cristo, y el vino su sangre, que recuerdan el sacrificio de Jesús en la cruz. Al terminar la Última Cena, Jesús se fue a orar al huerto de los olivos de Getsemaní. Ahí pasó toda la noche y después de mucho tiempo de oración, llegaron a aprehenderlo tras la traición de Judas Iscariote, quien reveló la ubicación de su maestro a cambio de treinta monedas de plata.
En el viernes santo el mundo cristiano católico recuerda la Pasión de Cristo: Su prisión, los interrogatorios del rey Herodes y Poncio Pilato; la flagelación, la coronación de espinas y la crucifixión. Se conmemora con un Vía Crucis solemne y con la ceremonia de la Adoración de la Cruz. Constituye propiamente el primer día del Triduo Pascual. Es día de penitencia obligatoria y se practica la abstinencia y el ayuno.
La Iglesia, siguiendo una antiquísima tradición, en este día no celebra la eucaristía y la sagrada comunión solo se distribuye a los fieles durante la celebración de la Pasión de Cristo. Sin embargo los enfermos que no puedan participar en dicha celebración pueden recibirla a cualquier hora del día.
Está prohibido celebrar en este día cualquier sacramento, a excepción de la Reconciliación y de la Unción de los Enfermos. Las exequias (ceremonias religiosas que se celebran por un difunto), si las hubiese, se celebran sin cantos ni instrumentos. Ese día no hay eucaristía pero sí una conmemoración litúrgica de la muerte Jesús.
El Sábado de Gloria se recuerda el día que pasó entre la muerte y la resurrección de Jesús. Es un día de luto y tristeza. Ese día se celebra la frase que se recita en el Credo: “Descendió a los Infiernos”. Es un tiempo de reflexión y acompañamiento a la Virgen María, la madre de Dios, que está a la espera de la resurrección del hijo.
En su designio de salvación, Dios dispuso que Cristo no solamente “muriese por nuestros pecados”, sino también que conociera el estado de muerte, el estado de separación entre alma y cuerpo, durante el tiempo comprendido entre el momento en que expiró en la Cruz y el momento en que resucitó. Ese momento se revive cada Sábado Santo.
Las Sagradas Escrituras indican que Jesús bajó al “Seol” o infierno, donde permanecían las almas de todos los muertos. Allí estaban todos los santos, profetas, los justos inclusive San José, que perecieron antes de la muerte de Jesucristo y no tenían cómo llegar al cielo. Según la tradición de la Iglesia, cuando Jesús muere, desciende al infierno y lleva consigo al cielo a todos los que creyeron. En resumen, el Sábado Santo es una fecha distinta al Jueves y Viernes Santos porque no ocurrieron acontecimientos visibles en la tierra.
Es el día del silencio, la comunidad cristiana vela junto al sepulcro. Callan las campanas y los instrumentos. Se ensaya el aleluya, pero en voz baja; el altar está despojado. El sagrario, abierto y vacío. Este sábado no se celebra la eucaristía pero se conmemora la soledad de María después de llevar al sepulcro a su hijo. Incluso en este día no se celebran matrimonios ni se administran otros sacramentos, salvo la Penitencia y la Unción de los Enfermos. Además, durante la noche se cumple la celebración de la Vigilia Pascual por la resurrección, que está adornada por el cumplimiento de todas las profecías y la recuperación vital de la vida de Jesús para no morir jamás.
Finalmente, el Domingo de Resurrección o Pascua,e s el día más importante y más alegre de la Semana Santa, ya que en la tradición religiosa se recuerda cómo Jesús venció a la muerte. Durante la misa dominical se recuerda, encendiendo el cirio pascual, que representa la luz de Cristo resucitado y que permanecerá encendido hasta el día de la Ascensión de Jesús.
¿Por qué se comen huevos de chocolate en Pascuas de Semana Santa?
El hecho de regalar huevos de chocolate comenzó en Europa, y es una tradición de hace muchos años. En un comienzo, estos regalos no estaban relacionados con la religión, pero los católicos le dieron un especial significado en Pascuas, por lo que en Semana Santa se transformó en un elemento imprescindible.
Las tres claves principales para poder comprender la tradición de los huevos de Pascua en Semana Santa son: la importancia del paso del invierno a la primavera en los países europeos del hemisferio norte, la resurrección de Jesús, y la prohibición de comer carne durante los cuarenta días de Cuaresma en la religión cristiana.
Según la historia, se cree que el origen de la tradición de comer huevos, se debe a la finalización del invierno en el hemisferio norte, y todo comenzó en la Edad de Hielo. La tradición se daba una vez finalizada la época de mayor frío, y cuando apenas quedaban provisiones, al comenzar la primavera volvían las aves desde el sur y ponían huevos, de los que los humanos se podían alimentar hasta que pudieran volver a cazar con la llegada de mejores temperaturas. Pasado unos años, en la edad media, los huevos eran considerados carne, por lo que no se podían comer durante la Cuaresma de los católicos. Sin embargo, las gallinas seguían poniendo sus huevos durante ese lapso de cuarenta días.
Debido a estas limitaciones, los huevos se conservaban cocidos o recubiertos con una fina capa de cera, y se consumían al terminar la Cuaresma, en el día de Pascua. La finalización del duro invierno era una fiesta en sí misma, por lo que se solían regalar los huevos conservados, muchas veces decorados.
Regalar huevos al inicio de la primavera en Europa ya era algo común, pero los católicos le dieron una vuelta de tuerca para añadir el significado religioso. En el hemisferio norte se considera que el huevo representa la “vida nueva”, debido al comienzo de la primavera por estas fechas, y el haber sobrevido el invierno, sumado al vínculo que tiene con la fertilidad. En países del hemisferio sur, donde es otoño, este significado pierde un poco su sentido. Los huevos representan una “vida nueva”, al igual que la palabra Pascua, por lo que los católicos lo vincularon a la resurrección de Jesús al tercer día de su muerte. Según los relatos de La Biblia, Jesús murió crucificado en Viernes Santo y volvió a la vida en el Domingo de Resurrección. Por eso, el domingo de Pascuas se regalan huevos.
Europa, al llevar su cultura al continente americano con la colonización, inculcó también estas tradiciones que, aunque no coincidan del todo con el clima en el hemisferio sur, quedaron muy arraigadas, como también puede serlo el abrigado Papá Noel de Navidad que, en el caso de Argentina, cae en pleno verano.
Tradicionalmente, en Pascua se regalaban huevos reales decorados. Los huevos de chocolate son una innovación relativamente reciente. Comenzó a principios del siglo XIX en Francia y Alemania principalmente, y se trataba de huevos macizos, ya que la técnica para hacer los huevos huecos no estaba desarrollada. Cada huevo era decorado con más chocolate o con flores de azúcar. La innovación tecnológica de los siglos XIX y XX perfeccionó la chocolatería y la repostería en general, y permitió que los huevos de pascua se puedan hacer de forma masiva y se vuelvan populares en todo el mundo. Aún así, en muchos países todavía se usan huevos reales para celebrar las Pascuas. En Estados Unidos es común decorarlos, esconderlos y organizar “búsquedas del tesoro” para los más chicos.