Al menos en 24 países se ha vacunado a menos del 10% de la población y hasta en 38 a menos del 20%. Las soluciones para atajar los problemas de producción y acaparamiento de vacunas, como la supresión de las patentes, siguen bloqueadas.
No es casualidad que Sudáfrica, zona que se está señalando como origen de la variante ómicron, pidiera hace más de un año la suspensión de las patentes de las vacunas. Como país pobre y víctima de la desigualdad en el acceso a los medicamentos, desde antes de que pusiera la primera vacuna contra la covid-19 ya alertó de que gran parte del mundo se quedaría atrás en la inmunización. Por esto, junto a India, defendió en el seno de la Organización Mundial del Comercio (OMC) que la pandemia era un problema global, que no se resolvería en un solo continente y que había que trabajar para que esto dejase de ser un lema y se convirtiera en una realidad.
Los países ricos siempre hicieron caso omiso a las advertencias de ambos países, a las que pronto se sumaron numerosos expertos y organizaciones civiles de todo el mundo. En este sentido, Irene Bernal, investigadora de Salud Por Derecho —una de las asociaciones que más ha trabajado en este ámbito— declara que la variante ómicron no es una “consecuencia imprevista” de la desigualdad. “Es un hecho que ya se ha consumado pero que llevamos advirtiendo desde hace mucho tiempo”, asevera.
Desde el punto de vista epidemiológico, la experta pide que se apliquen políticas adaptadas a la realidad, que es que los virus se hacen fuertes en las zonas en las que no hay población inmunizada y, en una sociedad globalizada, en la que se puede cruzar el mundo en 24 horas, los virus pueden moverse muy fácilmente.
“Por esto van a seguir pasando situaciones como la actual y seguirán surgiendo mutaciones. Los países tienen que estar preparados para las pandemias pero también para dar respuestas globales, eliminando las barreras que impidan llegar a los objetivos de inmunización y evitando medidas parciales y regionales”, explica a Público mediante conversación telefónica.
En este punto, compartir la tecnología de las vacunas, transferir el conocimiento y liberar las patentes es fundamental para la experta, así como para muchísimos epidemiólogos, exlíderes mundiales y gobernadores que se han pronunciado en este sentido durante la pandemia. De hecho, en la OMC ya hay una clara mayoría de países a favor de la liberación de las patentes.
Y es que el mapa de vacunados en el mundo es desalentador. Al menos en 24 países se ha vacunado a menos del 10% de la población y hasta en 38 a menos del 20%, según los datos de Our World in Data. En la República Democrática del Congo, por ejemplo, solo se ha inmunizado al 0,2% de la población. En Burundi es aún peor y solo se ha llegado 0,01%.
Cerrar fronteras a África: insuficiente e injusto
Por otro lado, para entender que el problema de fondo es la desigual distribución y acceso a las vacunas, también hay que comprender por qué las medidas de los países están siendo estériles. Se pueden diferenciar entre los dos cierres de fronteras que se están produciendo en el mundo. Son pocos los Gobiernos que han decidido cerrarlas completamente, como Japón o Israel, que quizás si servirían para evitar que algún contagiado llegue de otros países, pero en Europa se han cerrado solo para las personas procedentes de África del sur y, ¿esto tendrá algún efecto para controlar a ómicron?
El epidemiólogo Pedro Gullón y el investigador y médico Salvador Macip creen que son medidas ineficaces porque, como se podía esperar, ya hay varios casos en Europa —al menos uno en España—. “Es difícil saber qué países estarían en la lista negra. O se cierra todo o no se sabe por dónde va a entrar. Por esto, la eficacia real del cierre de fronteras es muy limitada y no es una solución absoluta”, argumenta Macip.
Pero, además, Gullón señala que hay cierto “sesgo” a la hora de cerrar fronteras por parte de Europa y otros países ricos y, en ese sentido, recuerda que no se cerraron cuando se conoció que la variante delta era mayoritaria en Reino Unido.
De hecho, hasta la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha censurado la cancelación de vuelos al sur de África. “Con la variante ómicron detectada en varias regiones del mundo, decretar prohibiciones de vuelo a África ataca la solidaridad internacional. El covid-19 explota constantemente nuestras divisiones. Solo conseguiremos vencer al virus si trabajamos juntos para lograr soluciones”, ha defendido la directora de la oficina de la OMS para el continente, la doctora Matshidiso Moeti, tras recordar que en realidad solo se ha detectado en dos países africanos (Sudáfrica y Botsuana).
De hecho, hasta Sudáfrica ha dicho que se siente “castigada” por contribuir a la pandemia y comunicar rápidamente que detectaron la nueva variante.
¿Una oportunidad para la supresión de las patentes?
La OMS ha pedido constantemente que los países cooperen para conseguir una distribución más equitativa de las vacunas y este lunes lo ha vuelto a hacer. En concreto, ha reclamado que se apoyen los objetivos de vacunar al 40% de la población de todos los países para finales de este año y al 70% para mediados del próximo, puesto que 103 países aún no han alcanzado la meta del 40%, y más de la mitad de ellos corren el riesgo de no alcanzarla antes de fin de año, según las declaraciones dl director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, recogidas por Europa Press.
Sin embargo, las herramientas actuales impulsadas por la OMS no han funcionado y los países afectados por la falta de vacunas reclaman en la OMC que se suspendan las patentes. Aunque la ómicron también ha afectado a esta institución, ya que se ha suspendido de forma indefinida la cumbre ministerial en la que se iba a debatir esta cuestión tras conocer la propagación de la nueva variante.
Como explica Bernal, esto se puede seguir debatiendo e incluso se puede aprobar en el Consejo de los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual Relacionados con el Comercio (ADPIC). Sin embargo, el debate hasta ahora ha estado bloqueado por los países ricos y, en especial, por la Unión Europea.
De hecho, los Estados ni siquiera consiguieron llegar a un acuerdo sobre una comunicación para enviar a la cumbre ministerial. Según fuentes diplomáticas de Ginebra, Sudáfrica sentenció en la última reunión informal que no se puede responder a una pandemia sin una exención de los derechos de propiedad intelectual y que el nivel de participación y diálogo sobre esta cuestión fue “decepcionante” ya que algunas delegaciones se negaron rotundamente a negociar sobre ello.
En cualquier caso, ahora toca esperar a que la OMC decida cómo se abordará este debate sin la cumbre ministerial. Sin embargo, los países que empujan para conseguir la liberación tienen ya una evidencia para defender que hay que dar este paso para avanzar hacia una mayor producción y distribución de las vacunas.
Fuente: Público