Este mediodía comienza el debate del DNU en la cámara alta. El llamado de Victoria Villarruel a sesionar sorprendió al Ejecutivo.
La incorporación del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 70/2023 en el temario de la sesión convocada para este jueves, sorprendió al Poder Ejecutivo Nacional, que pretendía postergar el debate por no contar todavía con los votos para su aprobación.
La decisión de Villarruel generó preocupación en la Casa de Gobierno ante la posibilidad de que el DNU sea rechazado.
A pesar de los “esfuerzos” de la vicepresidenta por postergar la discusión del decreto, que desregula la economía y desburocratizar el Estado, el rechazo en redes sociales y la presión ejercida por los bloques federales podría surgir un resultado adverso para La Libertad Avanza en la votación del DNU.
La Casa Rosada ha emitido un comunicado criticando la intención de los legisladores de avanzar con una agenda ajena al Pacto de Mayo y los lineamientos de la ley de Bases, argumentando que tales acciones violan el espíritu del acuerdo promovido por el Presidente.
Sobre la posibilidad de que el DNU naufrague, se expresó el ministro de Interior, Guillermo Francos, quien dijo este jueves: “No tenemos miedo, no me preocupa que en el Senado en un gesto un poco ampuloso, exagerado, y como consecuencia, a lo mejor, de posiciones del propio Gobierno con respecto a los temas salariales y de volver atrás el incremento de salarios, manifiesta e su enojo tratando de rechazar estas leyes. Ok, seguiremos. trataremos de mantenerla en la Cámara de Diputados y trataremos de aprobar otras leyes necesarias para el país. No nos quedaremos de brazos cruzados ni nos atemoriza que pase esto en el Senado”.
Uno de los temas que más preocupa al Gobierno es el capítulo de la reforma laboral, que ya tuvo un revés en la Justicia. El plan de Javier Milei se encuentra frenado pese a que varias patronales se presentaron como “amicus curiae”. En las últimas semanas se barajó en Casa Rosada la idea de presentar un proyecto de ley separado del paquete conocido como ley ómnibus. De hecho, se conversó con el bloque PRO para garantizar su aprobación en caso de que sea enviado al Congreso.
En todo caso, la judicialización de la reforma laboral seguirá su curso hasta tanto el DNU no sea tratado en la Cámara de Diputados.
La derogación del DNU presidencial impactaría de lleno en varias cuestiones económicas claves para el Gobierno. Una de ellas es el tema alquileres. Una de las consecuencias de la derogación es que los contratos recientes deban ser readecuados a la anterior ley, lo cual podría derivar en un aluvión de juicios para dirimir los intereses de las partes afectadas.
Misma suerte podría correr el tema prepagas. Uno de los puntos del DNU estableció la liberación de precios, por lo que el Gobierno ya no puede fijar los aranceles mínimos obligatorios. Esto también quedaría en suspenso y quedaía por verse si las empresas retrotraerán los precios.
El DNU derogó la Ley de Abastecimiento, la Ley de Góndolas, la Ley del Compre Nacional, el Observatorio de Precios, y la Ley de Promoción Industrial y comercial, instrumentos creados bajo gestiones anteriores con el objetivo de dar pelea a la inflación. El rechazo del DNU no implica, solamente, una posible derrota política para el Presidente, sino que por sobre todas las cosas podría afectar al devenir mismo de la economía y el retorno de herramientas con las cuales el propio Milei dijo no estar de acuerdo para gestionar la economía.
La eliminación de los cupos de exportaciones tampoco será posible si se cae el DNU. Otro aspecto que impacta directamente sobre los consumidores son las comisiones bancarias. El texto que el Ejecutivo eliminó el tope de 50% a la tasa de punitorios. Eso también podría dar marcha atrás.