Personas y organizaciones socioambientales y antiespecistas que luchan desde hace meses contra la radicación de este proyecto, concentrarán en las principales ciudades del país para rechazar el desembarco de megagranjas porcinas.
La Coordinadora Basta de Falsas Soluciones (CBFS), junto con organizaciones antiespecistas como FAIR Argentina y Voicot, realizaron este miércoles una jornada de protesta nacional, expresando el rechazo al acuerdo entre el Gobierno Nacional y China, que pretende la radicación de al menos 25 megafactorías productoras de cerdos para el consumo de la población asiática.
“En todo nuestro país plurinacional se desarrollarán marchas, concentraciones, artivismos e informativos para defender nuestro territorio de este vergonzoso negociado de industrialización animal que solo aporta más saqueo, más ecocidio, más extractivismo y peligro de nuevas pandemias”, expresaron desde CBFS, coordinadora que está cumpliendo un año de vida.
Según la información que se conoce -el Estado se está manejando con demasiado hermetismo al respecto- el acuerdo con China propone la instalación de 25 granjas productivas de aproximadamente 12.500 cerdas cada una, que producirán 900 mil toneladas de carne destinadas exclusivamente al país asiático durante los próximos cuatro años.
Criteriosamente, las organizaciones que se oponen al acuerdo denuncian que las megafactorías se basan constitutivamente en el maltrato a los cerdos (hacinamiento y menor espacio posible para engorde, mutilaciones, aplicación masiva de antibióticos y antivirales ante bajas defensas), producen demasiadas emisiones de gases de efecto invernadero, y son caldos de cultivo para virus zoonóticos que pueden realizar un salto interespecie hacia los seres humanos.
“La ciencia viene alertando del colapso por la #CrisisClimaticaYEcologica al que nos acercamos si no cambiamos de rumbo. Existe otra forma de hacer, en armonía con lo que rodea, donde las comunidades deciden qué, cómo y cuánto producir. ¡Es hora que los gobiernos las escuchen y actúen ya! Las promesas de las campañas de los gobiernos son constantemente rotas, y la injusticia cada día se vuelve más insoportable”, remarcaron desde la Coordinadora Basta de Falsas Soluciones.
Por su parte, desde FAIR Argentina agregaron: “Las megacorporaciones, el gobierno nacional y los #Gobiernos provinciales son responsables. El reclamo hacia estos actores es cada vez más fuerte, inocultable por los medios hegemónicos”.
En igual sentido se expresaron desde VOICOT: “Los poderes pretenden seguir destrozando al ambiente, profundizando este sistema que solo trae muerte y dolor para todxs! (…) Nadie quiere más pandemias. No podemos seguir permitiendo la deforestación, la contaminación de las aguas, la destrucción de todo en pos de las ganacias corto plazo de un puñado de empresarios. Es urgente un cambio de paradigma. ¡Hay que salir a las calles y hacernos oír!”.
La marcha se realizó a un año del anuncio del posible memorándum de entendimiento con el país asiático. El proyecto ya empezó en Chaco. Sin embargo, el ministro de Relaciones Internacionales, Felipe Solá, negó que estén avanzando en esa dirección.
Una multitud se reunió frente a la Embajada de China en Argentina para protestar nuevamente en contra del acuerdo con el país asiático para instalar en el país una red de fábricas de cerdos. El proyecto anunciado hace un año por el Canciller Felipe Solá.
La idea pretende prometer dólares en un país endeudado, a la vez que oculta el contexto internacional sobre salud animal, ambiental y humana. Actualmente, en Asia y Europa -con fuerte presencia en Polonia y Alemania- los gobiernos están combatiendo la peste porcina africana, un virus que ataca ferozmente a los cerdos y que, al no haber vacunas, termina siendo controlado a través de la matanza de millones de animales, que en China, por ejemplo, fueron quemados vivos en fosas comunes tras ser arrojados de camiones.
El maltrato ambiental y el maltrato animal parecieran conjugarse en un mismo acuerdo, en el que también se boicotea a la propia especie humana con daños impactantes a futuro.
Si llegara la peste al país, Argentina enfrentaría tres problemas. Uno de ellos sería económico por el bloqueo de China y otros países a la exportación de la materia prima. El otro estaría vinculado con la devastación ambiental debido a la contaminación que generan estas fábricas. Y el tercero involucraría la salud animal y humana. Es que los cerdos cursan las enfermedades de forma similar a las personas, uno de los motivos por lo que no se descarta que el virus continúe mutando y tenga el potencial de contagiar personas.
Frente a este escenario, organizaciones ambientales, sociales, animalistas y ciudadanos independientes, entre los que se encuentran científicos, artistas e intelectuales, realizaron una campaña para frenar el acuerdo. Tras última marcha a la Embajada, Solá salió a negar estén impulsando el proyecto. “No hay ni habrá acuerdo porcino con China. Decisión tomada el año pasado”, aseguró el ministro en Carbononews.
Horas después, el debate siguió en las redes, y el activista e investigador Guillermo Folguera salió a responderle. “No, no está diciendo que no siguen avanzando con el megaproyecto. Solo aclara que no se hará responsable de lo que suceda”, aclaró.
s que a pesar de la negación de Solá, Jorge Capitanich ya confirmó un acuerdo en Chaco para instalar fábricas con 2.400 hembras en cada una. En un Chaco desmontado y pobre, la promesa es la generación de 360 empleos en cada megagranja.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) difundidos en marzo de este año, Chaco es una de las provincias con mayor índice de pobreza. Resistencia, incluso, es la ciudad más pobre del país con un porcentaje del 53,6% de la población. La indigencia, además, supera el 10 por ciento de la población.
Chaco tiene 1.055.259 de habitantes y la instalación de estas tres granjas emplearían a 1.050 personas, A su vez, en un contexto de crisis hídrica, se necesitarían millones de litros de agua por día para limpiar y darle de beber a los animales, además de maíz transgénico para alimentarlos.
Desde el punto de vista ético y moral, la industrialización animal conlleva un sufrimiento desmedido para los cerdos. Desde este punto de vista, la activista de Voicot, Malena Blanco, afirmó: “Nos estamos manifestando en contra de cualquier acuerdo que esté relacionado a la explotación de los demás animales. No solamente por los demás animales pensándolo porque ellos son seres sintientes, con la capacidad de amar, de sentir dolor, sino también por la expansión de la frontera agropecuaria lo que implica más talas, más contaminación del aire y del agua. Basta de explotar a los demás animales y de hundirnos en un sistema atroz de matanza y crueldad”.