Semilleros: un espacio para encontrarse, compartir y colaborar

Por: Lihuel Cuesta

Semilleros es un espacio donde confluyen distintas personas con un objetivo: ayudar. Organizan fiestas para niños y colaboran en comedores barriales. 

Red Informativa entrevistó a Nicolas Ingala, uno de los precursores del proyecto, quien nos contó la historia de la organización, cómo trabajan y hacia a dónde apuntan.

“Desde Semilleros tenemos en claro que no queremos estancarnos en la simple donación. Creemos que poner el cuerpo, ponerle cara y emoción es lo que nos hace distintos.” Nicolas Ingala.

La entrevista completa:

 ¿A qué se dedica Semilleros?

Semilleros arrancó hace más o menos 5 años. Nuestro objetivo, al principio, tenía que ver con la organización de fiestas destinadas al Día del Niño y a Navidad. Allí organizabamos eventos grandes en comedores y además de llevar comida y hacer algún show, organizabamos muchos talleres donde los chicos podían armar instrumentos, títeres y  varias cosas para llevarse a casa. Para Navidad, por ejemplo, muchas veces armamos adornos para los árboles. Ese es el principio, el germen. A medida que pasaron los años y fue cambiando la época, empezamos a rediseñarnos. Fuimos aumentando la cantidad de cosas. Por ahí hacíamos un evento de inicio de clases, conseguíamos mochilas, cartucheras, útiles. También organizabamos eventos para Reyes Magos. Todo esto con el fin de no solo llevarle algo a la gente, sino de que los mismos que vinieran a ayudar como colaboradores pudieran tener esta experiencia de estar en el campo. De ir y estar con los chicos, colaborar, servir la comida, dar los talleres y jugar con ellos.

La idea de Semilleros era, como el nombre lo dice, plantar la semilla para que después el que tuviera ganas de colaborar pudiera empezar y no tuviera que afiliarse a ningún grupo con ideales ajenos, porque, muchas veces, pasa que en los grupos que van a ayudar se manejan estandartes o ideales, ya sean religiosos, políticos y tenés que acoplarte. Nosotros no manejamos nada de eso. Un día decidimos juntarnos y arrancar. Nadie te va a preguntar ni a quién votas ni en quién crees, no nos interesa.

¿De dónde sacan recursos para realizar los eventos, cómo colectan todo lo que necesitan?

A pulmón. Cada día se arranca de cero. Levantamos el teléfono y empezamos a hablar: “Che, ¿querés colaborar?, ¿querés venirte este día?”. Arrancamos siendo un grupo de 3 personas. Dos amigos míos y yo. Ambos se bajaron, uno por tiempo indefinido y el otro definitivamente. Después se fue rearmando el grupo de la comisión directiva. Pero igualmente nosotros creemos que no somos simplemente la comisión. Nuestro espíritu es que cada persona que se suma sienta que viene desde siempre al grupo, que todos estamos en el mismo nivel. Es una dinámica que compartimos con todo el grupo. 

Hay muchísima gente que quiere colaborar, pero que no sabe cómo, que no confía o que no sabe por dónde ir. A nosotros nos gusta brindar ese espacio donde venís y ese día ya vas a poder hacer lo que quieras: en la cocina, en el taller, jugando a la pelota con los pibes, ayudando a armar. Siempre estamos en esa disposición de dar las tareas y colaborar. No queremos que simplemente pongas el billete y veas a los pibes por fotos. 

Cuando arrancó la pandemia tuvimos que hacer todo un cambio, porque de golpe ya no podíamos armar más fiestas y la gente no podía venir. A partir de eso, empezamos a organizar colectas de comida. Pedíamos plata, hablábamos con la gente y, como ya veníamos hace un tiempo haciéndolo, la gente nos conocía, así que ya teníamos la confianza de ciertas personas. Entonces, conseguíamos recursos para comprar comida, la llevábamos a los comedores y ayudabamos a organizar ollas todos los fines de semana. 

Ya estamos empezando a pensar en cambiar, con un proyecto que ya arrancamos. La cosa es que el grupo, la coordinación de Semilleros siempre fue cambiando. Hoy en día ya somos unos cuantos y estamos haciendo los papeles para convertirnos en una Asociación Civil, que es algo que venimos remando. La cuestión es que cuesta plata, cuesta tiempo, cuesta esfuerzo. Por otro lado, no es sencillo asociarse a algo que no te va a dejar plata en ningún momento. No tiene fines de lucro. Entonces, si vos venís y te comprometés, lo hacés de corazón. Hay mucha gente que lo quiere hacer y, también, hay bastante gente a la que le cuesta mucho comprometerse a ese nivel, pero bueno es la pelea que venimos llevando hace unos cuantos años. Realmente, hoy en día tenemos un grupo muy bueno, muy comprometido, somos 10 personas. Venimos todos los días remando, pensando en organizar cosas nuevas. Por otro lado, empezamos a sectorizar: nos dividimos en quienes organizan las campañas, los que organizan la tesorería, etc. Venimos ocupando esos roles desde hace un tiempo.

Lo anterior está vinculado a esa proyección de convertirnos en una Asociación Civil y en el hecho de que cuando empezás a manejar cada vez más gente y querés organizar cada vez cosas más grandes tenés que empezar a organizarte mejor. A medida que tenés que empezar a juntar plata todos los meses, cuando empezás a llevar eventos paralelos, resulta necesario. 

Nosotros arrancamos con una metodología en la que íbamos variando de lugares, concurrimos a distintos comedores en distintos barrios que íbamos conociendo por algún contacto. Pero hace ya unos 3 años que nos centramos en dos comedores en específico, que quedan en Moreno, por el barrio de Trujui. Como eran dos comedores que ya conocíamos nos centramos en ellos.  A partir de allí, nos dijimos: “Bueno, empecemos a comprarle a los comedores lo que necesitan y por ahí te dicen cosas que uno ni siquiera se imagina: ollas, hornos, etc. Empezamos a equipar los comedores a la par que tratábamos de conseguir comida para todos los fines de semana. Es un poco la dinámica que comenzamos a implementar ahora en la pandemia: tratar de centrarnos en dos comedores específicos y hacer cosas que empiecen a quedar. Y a esto viene el proyecto que venimos haciendo. Hace mucho tiempo veníamos ya con la idea de querer arrancar a hacer cambios estructurales dentro de los comedores. Los dos comedores se ubican en las casas de dos señoras que son ambas unas genias: Liliana y Moni. Uno se llama “Pequeños Gigantes” y el otro “Lo de Moni”, los dos quedan en un rango de 30 cuadras de distancia. 

En ese marco, empezamos a ayudarlas a hacer un techo, porque si llueve no pueden hacer nada. Por un lado, no hay lugar donde los chicos puedan ir y, por otro, no hay lugar donde cocinar. Como nuestro foco principal son los chicos: ayudarlos, darles más oportunidades, darles libertad; creemos mucho que la libertad viene de la mano de la educación, porque si uno se educa tiene la libertad de elegir qué quiere hacer para su vida. Entonces, queremos empezar a organizar estos espacios donde también podamos ayudar a los chicos, dándoles apoyo escolar, por ejemplo. Todo esto forma parte de un boceto, todavía, porque aún no tenemos los espacios, pero todo el tiempo estamos diseñando, volviendo a planear. Cada vez que se suma alguien nuevo trae consigo ideas nuevas, un nuevo punto de vista. 

En conclusión, con este proyecto que tenemos de los techos es eso: armar unos lugares techados dentro de los comedores donde no solo se pueda ir cuando llueve, sino donde se puedan organizar actividades culturales o formar a los pibes. Tenemos varias ideas. Afortunadamente, ya pudimos arrancar este proyecto. De hecho, hoy mismo ya hay gente laburando en eso, haciendo el contrapiso. El proyecto, por suerte, ya arrancó y vamos a hacerlo en ambos comedores.

¿Estos dos comedores, cuántos chicos reciben por día?

Por fin de semana, en las ollas populares, entre 100 y 150 personas y cuando hay fiestas llegan a ser 200, 250 personas. 

Además de la devolución que te dan los niños, conocer a las personas que manejan los comedores es un placer. Ver que hay gente así. Realmente, les cuesta llegar a fin de mes e igualmente deciden dar una parte de lo que hacen para alimentar a la gente del barrio. Ahí uno se para y dice: “¿Cómo es posible que haya gente con un corazón tan grande? Pese a las situaciones que viven, igualmente, están ahí para los chicos, para ayudarlos”. Para ellas los chicos son como su familia. Y los chicos son sinceros, amorosos, te regalan cosas y sabés que no tienen la culpa de las situaciones que atraviesan. Es la realidad que les toca y uno trata de mostrarles que no todo el mundo los va a ignorar y que no todo el mundo les va a dar la espalda.

Desde Semilleros tenemos en claro que no queremos estancarnos en la simple donación. Creemos que poner el cuerpo, ponerle cara y emoción es lo que nos hace distintos. 

¿Qué le dirías a las personas que nos están leyendo?

Que la gente no tenga ni vergüenza ni miedo. Que si quieren ayudar, que lo hagan. Que no digan: “¿Qué me van a decir?¿Qué va a decir la gente? ¿Qué van a pensar de mí?” Que se saquen eso y vengan a ayudar, porque a la hora de la verdad eso realmente no importa para nada. La gente necesita que se sepa que hay otra gente con ganas de ayudar, que no todos estamos para ignorar, que no todos estamos para subir estados comentando que “el mundo se pudre”. Que hay gente que quiere hacer la diferencia.

Vías de contacto:

Contacto: Principalmente nos buscan en nuestro Instagram: @infosemilleros. Después está el link de donaciones que es linktr.ee/Semilleros y una página de internet que estamos armando que es semilleros.com.ar.

Imágenes: Infosemilleros