En la calle se escuchan de otra manera los discursos, en ocasiones triunfalistas o paternalistas, de los líderes mundiales que participan en la Cumbre Climática de Glasgow (COP26). Cuando los escuchan hablar de “ser más ambiciosos”, de “aumentar los fondos de ayuda al desarrollo”, ellos responden “estamos hartos de que nos vendan humo”, de que nos cuenten “mentiras”.
Activistas ambientalistas de hacen oír en las calles de Glasgow, en las inmediaciones del Centro de Convenciones, sede del encuentro multilateral auspiciado por la Organización de Naciones Unidas (ONU). Allí, el cordón de seguridad era ayer asfixiante.
En diez calles a la redonda había vallas por todos lados y una fila interminable de policías que impedían el paso a cualquier persona que no tuviera la acreditación oficial y un mensaje en su teléfono celular en el que se confirmara que la prueba de antígenos realizada en la misma mañana dio resultado negativo.
Aun así, activistas lograron superar el cordón y hacerse escuchar. Entre ellos dos jóvenes militantes de un movimiento ecologista escocés, que se pusieron en la puerta de entrada de los participantes de la COP26 para gritar con megáfono en mano sus impresiones, su malestar.
“Ahí dentro se reúnen los sátrapas que están destrozando el planeta. Véanlos cómo van llegando con sus aviones contaminantes, con sus grandes coches de diésel y gasolina, con su doble moral a cuestas”, decía uno de ellos, ante la atenta mirada de los policías. Encima de un atril y justo en el otro lado de la valla, el joven se limitaba a gritar pacíficamente todo su malestar.
Otros activistas, congregados por la organización ecologista española Oxfam Intermón, también llegaron a unas calles de las puertas de la COP26, se disfrazaron de los líderes mundiales tocando en una banda tradicional de gaitas escocesas y con unas máscaras de “cabezudos”.
Miles de jóvenes continúan exigiendo acciones concretas contra el cambio climático desde Roma y Glasgow. “Estamos hartos de que nos vendan humo y de que las naciones ricas y contaminantes estén reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero con demasiada lentitud y no estén haciendo lo suficiente para apoyar a las naciones vulnerables que enfrentan los devastadores impactos del cambio climático”, denunciaron.
Y añadieron: “Estos líderes, en lugar de reducir las emisiones y encaminar al mundo en un rumbo más seguro, sólo hablan fanfarronerías y ya tuvimos suficiente de fanfarronerías y promesas vacías. Lo que pedimos son acciones concretas”.
La famosa activista sueca, Greta Thunberg, se encargó de liderar una de las protestas, también pidiendo por el compromiso verdadero de los líderes mundiales. “Dentro de la COP sólo hay políticos y personas en el poder que fingen tomarse en serio nuestro futuro. El cambio no va a venir de ahí dentro. Eso no es liderazgo. Esto es liderazgo”, aseguró Thunberg señalando a los manifestantes.
Aseguró así que los líderes mundiales reunidos en esa ciudad del Reino Unido por la Cumbre del Clima de la ONU no están tomando “lo suficientemente en serio” el problema del calentamiento global.
Mientras tanto más de un millón de personas firmaron una carta abierta de la activista sueca difundida este lunes, en la que exige a los líderes que “afronten la emergencia climática”. En la misiva se exponen exigencias que deben cumplir los gobiernos para hacer frente al cambio climático, entre ellas mantener el objetivo de impedir que la temperatura global aumente más de 1,5 grados centígrados este siglo respecto de los niveles preindustriales.
“Como ciudadanos de todo el planeta, les pedimos urgentemente que aborden la emergencia climática. No el año que viene. No el mes que viene. Ahora”, destacan activistas como Thunberg, Dominika Lasota y Mitzi Tan.
Mientras el primer ministro Boris Johnson se dirigía a los asistentes a la COP26, la activista sueca retuiteó una petición para que sus millones de seguidores firmen una carta abierta acusando a los líderes de traición. “Esto no es un simulacro. Es un código rojo para la Tierra”, se señala en la misiva y añade: “millones sufrirán mientras nuestro planeta es devastado, un futuro aterrador que será creado o evitado por las decisiones que tomes. Tienes el poder de decidir”, reportó Reuters.
También a las afueras de la COP26, otro grupo, de la ONG estadunidense Build Back Fossil Free, aprovecharon su presencia en Glasgow para exigir a su presidente, Joe Biden, que “declare la emergencia climática” y tome acciones contundentes contra los combustibles fósiles.
Denunciaron precisamente el “doble lenguaje” del mandatario, que por un lado se autoerigió en “el líder en la lucha contra el cambio climático” y por otro, durante los primeros seis meses de su administración, no hizo grandes cambios con la política de su predecesor, Donald Trump.
Además, Recordaron que el mes pasado fueron detenidos hasta 600 activistas cuando protestaron en Washington contra los combustibles fósiles.
Tom Goldtooth, un líder nativoamericano que viajó a Glasgow, afirmó ante los medios que “nosotros somos la gente originaria de Estados Unidos y por eso queremos denunciar que esta cumbre está basada en intereses corporativos, nosotros estamos aquí para defender a nuestra gente porque queremos sobrevivir”.
Integrantes de Justicia Climática Global denunciaron la “marginación” a la que han sido sometidos los militantes de los países más pobres del mundo, a los que “con la excusa de pandemia y la vacuna” se les ha impedido llegar a Glasgow.
El nivel de exclusión de la COP26 es “extremo”, aseveraron, ya que el “proceso de emisión de visas, cuarentenas, desinformación y modificación de políticas en el último minuto por parte del gobierno británico ha provocado la ausencia de representantes de países menos favorecidos”.
“Nuestra presencia se ha reducido”, acusó la filipina Dorothy Guerrero, así que “esta es la conferencia climática más exclusiva de toda la historia”.
A futuro, grupos de activistas planean ruidosas manifestaciones durante la cumbre climática de la ONU, en especial en los próximos días. Uno de los más organizados, Extinction Rebellion, pareció dejar entrever su disposición a provocar disturbios como manera de llamar la atención de los líderes mundiales, y medios locales como Glasgow Times dijeron que la policía no descarta cientos de detenciones diarias si ese llegara a ser el caso.
Si bien la agrupación ecologista no adelantó cómo o dónde protestará, confirmó que utilizará la “acción directa no violenta”. Para garantizar la seguridad, el gobierno británico desplegó más de diez mil agentes especialmente capacitados equipados con dispositivos de alta tecnología.
En tanto, la organización ecologista Greenpeace logró este lunes la autorización de las autoridades escocesas para poder navegar con su barco Rainbow Warrior por el río Clyde, que pasa por Glasgow. Greenpeace reiteró su determinación a llegar con el barco hasta la ciudad, pese a que las autoridades le han prohibido ingresar al puerto.
Para completar el caos de la ciudad, entre autopistas y calles cortadas por la seguridad que provocó la llegada los líderes mundiales a la cumbre climática, cientos de trabajadores del servicio de recolección de basura declararon una huelga exigiendo mejores salarios. Un total de 1.500 empleados paralizaron sus tareas dejando los contenedores sin vaciar y las calles llenas de basura.