La mamá del adolescente de 16 años asesinado de un balazo en Miramar afirmó que, “supuestamente, por las pruebas que hay, faltan caer cuatro (efectivos). La investigación va a seguir y van a caer más”.
La madre de Luciano Olivera, el adolescente de 16 años asesinado de un balazo en Miramar y por cuyo crimen hay un policía preso como acusado de ser el autor del disparo, dijo este lunes, al encabezar una marcha en reclamo de justicia al cumplirse un mes del hecho, que todavía “faltan caer” otros cuatro efectivos presuntamente involucrados.
“Supuestamente, por las pruebas que hay, faltan caer cuatro. La investigación va a seguir y van a caer más. Que caigan los culpables, nadie más”, dijo este lunes por la noche Judit Aristegui, la mamá de la víctima, en diálogo con Télam.
Minutos después de las 20, la mujer encabezó una marcha en avenida 26 y 21 de Miramar, al cumplirse un mes del crimen de su hijo, y en la movilización estuvo acompañada de familiares, amigos y vecinos de Luciano, como también profesores y compañeros de estudios del adolescente.
Según Judit, los que faltan ser detenidos por el caso son un comisario, dos efectivos que iniciaron la persecución de su hijo y un jefe de Caballería. “Ya pasó un mes y seguimos con la misma impotencia de no tenerlo. Nadie nos devolverá a Luciano”, dijo, por su parte, Cintia, la madrina de la víctima y que es efectivo policial. La mujer también coincidió en que “faltan más detenciones” y que lo que los “mantiene en pie es el pedido de justicia”.
Con pancartas y banderas que decían “A Luciano lo mató la Policía” y “Memoria, verdad y justicia por Lucho”, los manifestantes, a los que se sumaron turistas, se trasladaron con aplausos por la avenida 21 hasta la calle 12 y de regreso se detuvieron el Teatro Lolita Torres.
Por el crimen de Luciano, el martes pasado fue procesado con prisión preventiva el policía Maximiliano Abel González (25), a quien el juez de Garantías 2 de Mar del Plata, Saúl Errandonea, le imputó el delito de “homicidio triplemente agravado por haber sido cometido por miembro de una fuerza de seguridad, mediante el empleo de armas de fuego y con alevosía”.
El juez tuvo en cuenta una serie de pruebas, como declaraciones testimoniales, las modulaciones de los móviles policiales que intervinieron en el procedimiento, las imágenes de las cámaras de seguridad, la inspección ocular en el lugar del hecho y un peritaje balístico que descarta que se haya tratado de un disparo accidental.
De acuerdo a los peritos, al momento del examen, el arma “presentaba signos de disparos en el interior del cañón y zona de recámara” y que la misma “posee un funcionamiento normal en todos sus mecanismos, en particular los seguros que presenta, tanto el manual, denominado decocker y el automático consistente en seguro de aguja percutora, no registrándose disparo de manera accidental o no deseado durante las pruebas practicadas”.
De esta manera, el magistrado que interviene durante la feria judicial de enero hizo lugar al requerimiento efectuado por la fiscal de la causa, Ana María Caro, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) descentralizada de Miramar.
Para la fiscal Caro está acreditado a través de las pruebas obtenidas en la investigación que González asesinó de un disparo a Luciano (16), en la madrugada del viernes 10 de diciembre último.
“Personal policial perteneciente al Comando de Patrullas de Miramar se encontraba realizando tareas de prevención de delitos en la vía pública y fue convocado por radio llamada porque habría música alta en el anfiteatro de la plaza céntrica delimitada por calles 21, 24, 23 y 26 de Miramar”, relató en su pedido de prisión preventiva.
Caro señaló que un móvil policial comenzó el seguimiento de una moto marca Yamaha YBR 125, conducida por el adolescente, hasta la intersección de avenida 9 entre calles 34 y 32, de Miramar. Allí, “Luciano Olivera se encuentra de frente con otro móvil policial siendo una pick up Toyota Hilux, que se incorporó a la interceptación” de la víctima.
El patrullero frenó “bruscamente sobre la avenida 9 en dirección al mar, al observar al joven en el motovehículo sobre la Avenida 9 en sentido contrario y en dirección hacia Av. 40, descendiendo tres efectivos policiales en el lugar y quedando una cuarta efectivo dentro del móvil, quienes habrían dado la voz de alto”.
Según la fiscalía, “el oficial de Policía Maximiliano Abel González, quien había descendido del lado izquierdo trasero del aludido móvil policial, y actuando sobre seguro, con claras intenciones de darle muerte -toda vez que el joven Olivera no poseía elemento alguno que pudiera poner en riesgo inminente la vida del personal policial actuante ni de terceros-, extrajo su arma reglamentaria pistola marca Bersa calibre 9 milímetros -que contaba con 14 municiones-“.
De acuerdo a la instrucción, el acusado efectuó un disparo “en forma sorpresiva contra la humanidad de Luciano Olivera”, quien no pudo conocer su “acción intempestiva a los fines de ponerse a resguardo, pues conducía el motovehículo y el mismo se encontraba aún en movimiento a una distancia mayor a un metro, desde donde se encontraba González y los demás efectivos”.
“Continuando su derrotero el motovehículo por la inercia en línea recta unos metros más embistiendo al Oficial González, ya sin voluntad por parte del joven Olivera quien había recibido el disparo impactando el mismo en la zona toráxico-abdominal, con orificio de entrada y salida, atravesando órganos vitales”, añadió la fiscal.
Mientras que en el marco del mismo expediente también fueron detenidos los policías Nelson Armando Albornoz, Rocío Mastrángelo y Kevin Guerricagoitia, quienes acompañaban al presunto autor material en el patrullero, y que fueron acusados del delito de “encubrimiento doblemente agravado”.