Hoy inicia vacunación anti-Covid con una simbólica cantidad de dosis.
A trece días de que se cumpla un año desde que apareciera el primer caso de Covid-19 en Paraguay, hoy empezará la campaña de inmunización con 2.000 trabajadores de salud de primera línea, mediante el simbólico adelanto de 4.000 dosis de las un millón de vacunas Sputnik V adquiridas por el Gobierno en acuerdo bilateral con el Fondo Ruso de Inversión Directa.
El ministro Julio Mazzoleni emitió un tuit, advirtiendo que “a quien se descubra haciendo algo indebido con las vacunas se lo va a destituir”.
Una terapista, una enfermera y una limpiadora serán las primeras en recibir la esperada vacuna anti-Covid en el vacunatorio del Hospital Nacional de Itauguá (HNI).
Hasta el HNI se trasladarán los trabajadores de salud del Hospital de Clínicas y de Ingavi del IPS para inmunizarse. Los del Ineram, al igual que otros de hospitales públicos y privados, harán lo propio en el Materno Infantil de Trinidad.
Se estima que esta pequeña cantidad de inmunizantes se terminará de aplicar en el transcurso de esta semana. A la vez, la expectativa es que el lote prometido por el mecanismo Covax, de las 300.000 dosis de la vacuna de Oxford/AstraZeneca, llegue el mes entrante.
Tanto el Dr. Antonio Arbo, ex ministro de Salud, como el médico infectólogo Tomás Mateo Balmelli coinciden en cuestionar que a raíz de una magra gestión gubernamental en Paraguay se iniciará la vacunación con una irrisoria cantidad de dosis que apenas alcanza para el 0,3% del total de universo de trabajadores del sector sanitario.
“El hecho de que se haya conseguido muy pocas dosis habla muy mal del país. Nuestro país debería disponer de unas 50.000 en la primera intención que alcanzaría al personal de blanco y rápidamente debería estar aumentando esa cantidad”, afirmó el doctor Arbo.
A su criterio, el Gobierno debería “extremar los recursos” para hacer que las vacunas lleguen al país. “Este esfuerzo o la campaña de conseguir las vacunas en Paraguay está siendo la peor que se conozca en Latinoamérica. Paraguay es el único de la región que actualmente no dispone de las vacunas.
Están las vacunas chinas que se están usando en Brasil, y otras varias, cuya importancia se basa en la disponibilidad y la accesibilidad que tiene la población; esos son factores muy importantes”, sostuvo.
Para el doctor Mateo Balmelli, de mantenerse este ritmo de vacunación con una incertidumbre en cuanto a la cantidad que irá arribando al país, recién en dos años se logrará frenar al Covid en el país.
“En primer lugar, recién se consigue una inmunidad comunitaria cuando por lo menos el 70% de la población se encuentra inmunizada. Tenemos que pensar que hay un 10% de la población paraguaya que ya está inmunizada de forma natural y que, probablemente, en el transcurso del 2021 se inmuniza otra vez un 10 o un 15%; más un 50% que podemos inmunizar a través de la vacuna llegaríamos a un 75% y ahí sí recién pondríamos un freno al brote pandémico en Paraguay”, afirmó.
El plan de vacunación contempla inmunizar a 30% de la población, poco más de 2 millones de personas, en situación de riesgo. “Mínimo necesitamos 4 millones de dosis para 2 millones de personas”, dijo aunque “si seguimos con este ritmo (de vacunación) se va a estirar para todo el 2022 y vamos a llegar al 2023 todavía sin llegar a ese 75% para frenar al brote. Se tenían que haber activado antes los resortes diplomáticos y las compras directas; hablar antes con diferentes desarrolladoras y no solo con Covax”, remató.
Empezaron a correr la carrera comercial, de la compra directa de las vacunas, de forma tardía; largaron unos metros por detrás de todos los países de la región y eso se ve.
Uruguay es el único país de América del Sur que no ha recibido la vacuna contra el COVID-19
El cierre de las negociaciones de las vacunas contra el coronavirus y la llegada de las dosis en América del Sur iniciaron a finales de 2020. Sin embargo, uno de ellos aún se encuentra en la larga espera: Uruguay.
Pareciera ser que el “país ejemplo” en Sudamérica y al que todo habitante argentino quiere emigrar, tiene ciertas fallas en las negociaciones sanitarias.
Entonces, quizás, no sea tan seguro el exilio al país presidido por Lacalle Pou, quien ya ha negado la existencias de contagios empíricamente existentes.
El 23 de enero, el presidente informó que habían alcanzado un acuerdo con Pfizer y BioNTech para el suministro de 2 millones de dosis de su vacuna y otro con Sinovac por 1.750.000 unidades. Además de los 1.5 millones de dosis del mecanismo Covax.
Además de la compra de vacunas de Pfizer y Sinovac, Uruguay no descarta negociar con Rusia para la adquisición de la Sputnik V. Sin embargo, las autoridades uruguayas han afirmado que las vacunas COVID-19 llegará entre fines de febrero e inicios de marzo.
Lacalle Pou evita referirse a fechas concretas sobre la llegada de la vacuna contra el coronavirus, pese que en agosto de 2020 prometió que iba a tratar de que su país estuviera “primero en la fila”.
Las autoridades hablan de un exitoso proceso de “prevacunación” por la anticipación en la adquisición de ultra refrigeradores, un calendario de vacunación y el acondicionamiento de sitios para la inmunización.
Esto despertó las críticas de la oposición y la preocupación de los ciudadanos uruguayos, pese a que el país sudamericano fue el que mejor logró controlar el avance de la pandemia el año pasado.
El Frente Amplio (FA, izquierda) evalúa llamar al Parlamento a las autoridades sanitarias para que expliquen los motivos de las demoras de las llegadas de las vacunas. Mientras tanto, Uruguay deberá esperar a que las vacunas aterricen en Montevideo.
Desde la emergencia sanitaria en Uruguay, el 13 de marzo de 2020, el país sudamericano acumula un total de 52,163 casos de coronavirus y 569 muertos por la enfermedad.