Su hijo Santiago Sánchez Viamonte y su nuera Cecilia Eguía fueron secuestrados en 1977 por la dictadura cívico militar entre 1976 y 1983.
Este sábado, a la edad de 97 años, falleció Herenia Martínez Cámara de Sánchez Viamonte, quien dejó una huella imborrable en la lucha por los derechos humanos en Argentina. Martínez Cámara de Sánchez Viamonte se destacó como una ferviente defensora de la justicia y los derechos de las víctimas del terrorismo de Estado durante la dictadura cívico-militar.
En 1977, el secuestro de su hijo Santiago y su nuera Cecilia Eguía por parte de la dictadura marcó el inicio de su incansable búsqueda de justicia. Tras esta tragedia personal, Herenia decidió retirarse de su carrera docente para dedicarse completamente a la búsqueda de sus familiares y a la defensa de los derechos humanos. Su compromiso la llevó a integrarse a la línea fundadora de Madres de Plaza de Mayo en 1986, donde encontró un espacio para su lucha junto a otras mujeres que vivieron experiencias similares.
Durante su vida, Herenia fue reconocida por su valentía y dedicación. En 2022, el Concejo Deliberante de La Plata y la Legislatura bonaerense la distinguieron como ciudadana ilustre. Este reconocimiento se renovó en 2023 por su destacada trayectoria en la defensa de los derechos humanos.
La comunidad política y social argentina despidió a Herenia con afecto y respeto. El gobernador Axel Kicillof expresó: “¡Hasta siempre, querida Herenia! Te vamos a recordar y a honrar todos los días como nos enseñaste, luchando sin descanso para construir un país más justo”.
Cristina Kirchner también compartió un emotivo mensaje en redes sociales: “Anoche partió la mamá de Santiaguito Sánchez Viamonte, mi querida Herenia, luchadora incansable que finalmente alcanzó la paz. Siempre en mi corazón y ahora junto a tu amado hijo”, escribió la expresidenta junto a una fotografía de Herenia.
Además de su lucha por los derechos humanos, Herenia Martínez Cámara de Sánchez Viamonte tuvo una destacada carrera como docente. A lo largo de su vida, fue testigo del secuestro de alumnos y colegas a manos del régimen dictatorial, un sufrimiento compartido por su sobrino Hernán Roca.
Con su partida, el país pierde a una figura emblemática en la defensa de los derechos humanos, pero su legado perdurará en la memoria colectiva y en la continua búsqueda de justicia para las víctimas del terrorismo de Estado.