Este martes se recuerda al maestro asesinado en Arroyito. Recibió un disparo efectuado con una pistola lanzagases a corta distancia. Tenía 41 años y murió al día siguiente en el hospital Castro Rendón.
Este martes 4 de abril se cumplen 16 años del crimen de Carlos Fuentealba. El docente participaba de una protesta convocada por ATEN en Arroyito, que fue duramente reprimida por la policía. Recibió un disparo efectuado con una pistola lanzagases a corta distancia. Tenía 41 años y murió al día siguiente en el hospital Castro Rendón. Recientemente fueron condenadas seis autoridades policiales involucradas en el operativo. El martes 18 y el miércoles 19 de este mes se realizarán las audiencias para discutir la pena que les corresponde, pero, ¿Qué pasó ese día?
Carlos Fuentealba era pareja de Sandra Rodríguez, padre de sus hijas Camila y Ariadna, y docente del CPEM N° 69 del barrio Cuenca XV. Se había recibido en 2004 y antes había trabajado en la construcción, en un juguera, en el correo. Era técnico químico y tenía 41 años.
El 4 de abril de 2007, durante Semana Santa, en un contexto de un mes de protestas bajo la gobernación de Jorge Sobisch, ATEN convocó a una protesta sobre las Rutas 22 y 237, punto neurálgico del tránsito turístico en la provincia. Como recuerdan los docentes que estuvieron ese día, apenas llegaron, una cantidad inusitada de policías los estaban esperando.
Carlos llegó a la manifestación en un auto, con sus compañeros. Pararon en el puente de Arroyito. Luego de la primera gaseada un grupo grande se refugió en la estación de servicio YPF y otros fueron perseguidos a campo traviesa. Merced a una tregua entre los dirigentes sindicales y la policía, acordaron retornar por la Ruta 22 hacia Senillosa.
En este tercer tramo del operativo, el maestro se subió a un Fiat 147 que era manejado por Gustavo Arroyo, con Santiago Gallo en el puesto de acompañante. Ninguno de los dos conocía a Fuentealba.
El asiento trasero estaba reclinado y la espalda de Carlos daba directo a la luneta. Así estaba cuando el cabo primero José Darío Poblete, del Grupo Especial de Zapala, le disparó con una pistola lanzagases a menos de siete metros de distancia.
Arroyo declaró tanto en el primer juicio como en el segundo que rozó con el espejo a un efectivo. «¡Paren a ese vehículo!», dijo el entonces subcomisario Aquiles González. Poblete salió de su formación, se levantó la visera del casco, apuntó y tiró.
“Una caravana se empieza a ir muy despacito, pero corridos, angustiados. En un momento se ve en el espejo retrovisor que la línea que hace la policía no es que se desdibuja, pero está más cerca nuestro. Veo a los policías trotar, se ven como moscardones avanzando, yo estaba frenada. Pasa un auto a mi derecha (el Fiat 147 en el que iba Fuentealba). Veo a un policía con el casco y la punta del arma apuntando a nuestro vidrio. Fueron milésimas de segundo. Nos mira, Poblete nos mira, tiene unos ojos muy negros, muy especiales y pasa por enfrente de la camioneta. Agarro el teléfono y llamo al obispado. En ese ínterin me comunico con Marcelo (Melani, el obispo de entonces), Poblete se inclina, se arrodilla y pega el balazo. Eso lo dije en el juicio: se acomoda y dispara”, recordó la docente Belén Mantilaro, que iba en la camioneta Ford Ranger de la Pastoral Social.
El proyectil atravesó la luneta y le produjo un traumatismo craneoencefálico grave al maestro. Fue trasladado a Neuquén capital, donde ingresó ya sin esperanzas. Murió el 5 de abril en el hospital Castro Rendón.
Poblete fue condenado, en 2008, a prisión perpetua y goza de salidas transitorias desde julio del año pasado por decisión de la jueza de Ejecución Penal del interior, Alicia Rodríguez.
Esto generó malestar desde el círculo de Fuentealba y recordaron que el policía «se negó a ingresar a la Unidad 9», la cárcel federal que estaba en el centro de Neuquén, porque no quiso realizarse una pericia psicológica.
“Cuando estuvo en la Unidad 11, la cárcel provincial de Neuquén, lo ubicaron en la guardia y participaba de las requisas de los presos en los pabellones, según varios testigos”, añadieron. Trasladado a Zapala, fue fotografiado por el fotoperiodista Bruno Tornini caminando por la calle como un ciudadano más.
Recién 15 años después se realizó el juicio Fuentealba II. A mediados de marzo, el tribunal -integrado por Luis Giorgetti, Diego Chavarría Ruiz y Raúl Aufranc- declaró culpables del delito de abuso de autoridad a Carlos Zalazar, Moisés y Adolfo Soto, Mario Rinzafri y Jorge Garrido.
Además fue condenado Benito Matus, que por entonces era oficial principal del área de Logística, por abuso de armas agravado por ser integrante de la fuerza. Se lo encontró responsable de los disparos que ejecutó contra el auto Ford Escort en el que iban tres docentes huyendo del playón de la estación de servicio YPF, en el contexto de la represión. Actualmente el policía es comisario inspector en Chos Malal.