Ambientalistas dijeron que es un fallo histórico y volvieron a reprochar la conducta de la firma de agroquímicos por “dilatar el proceso judicial durante casi una década con datos erróneos, falsedades y todo tipo de trabas judiciales para ocultar su ilegalidad y seguir contaminando”.
Atanor Argentina es una empresa líder a nivel mundial. Produce herbicidas, insecticidas y fungicidas entre otros agroquímicos que buscan la “protección” de cultivos. Su slogan de cabecera es “la visión para lograr un desarrollo sustentable, en equilibrio permanente con el medio ambiente”.
Un enunciado difícil de creer. El viernes pasado, la firma de capitales norteamericanos fue condenada a pagar 150 millones de pesos por contaminar agua, tierra y aire desde su planta industrial ubicada en el centro urbano de San Nicolás. Un monto económico que no deja de ser simbólico ya que la indemnización en materia de amparos ambientales se aplica cuando el daño ocasionado es “irreversible”. Se trata de un fallo inédito que sienta precedentes para futuras causas ambientales.
Para la Asociación Civil Foro Medio Ambiente de San Nicolás (Fomea), que impulsa la causa civil y penal contra Atanor desde hace una década, se trata del “primer fallo de la historia que impone una condena de indemnización sustitutiva de estas características por el daño causado al río Paraná y su biodiversidad”.
Los abogados querellantes Fabián Maggi y Gimena Viviani resaltaron que la sentencia “es clarísima y cierra definitivamente la discusión sobre si la empresa Atanor contamina o no: la Cámara de Apelaciones tuvo por probada la contaminación y la afectación en la salud pública”, dijeron tras lamentar que el daño ambiental al río Paraná lleva décadas, es irreversible y afecta no sólo a esta generación sino a las generaciones futuras”.
Al respecto recordaron que en 2015 presentaron un amparo ambiental para denunciar e intentar frenar la “masiva” contaminación del ambiente con agroquímicos y la “grave” afectación en la salud de los vecinos de barrio Química, puesto que la planta de Atanor se ubica en pleno ejido urbano de San Nicolás.