El gobierno porteño desplegó ayer un dispositivo en el polideportivo de Parque Patricios y ensayó una clase presencial al aire libre a pesar de no haber alcanzado un acuerdo con el ministerio de Educación de la Nación.
Cerca de 20 estudiantes de escuelas secundarias de la Ciudad que no tuvieron clases durante la pandemia, recibieron indicaciones sobre el uso de computadoras por parte de personal administrativo del gobierno porteño.
Se suponía que les iban a entregar una netbook para tener clases virtuales, pero en realidad la convocatoria a los estudiantes fue para participar en una clase donde recibieron información sobre el uso de las computadoras que finalmente no les dieron.
La iniciativa no contó con el aval de los sindicatos, que acusaron a la administración de Horacio Rodríguez Larreta de buscar el contagio.
Así lo afirmó Eduardo López, dirigente de UTE-Ctera, a mediados de septiembre, cuando surgió la propuesta del Gobierno de la Ciudad de que haya clases presenciales en las plazas y otros espacios abiertos. “Horacio Rodríguez Larreta lo que busca es contagiar a la comunidad educativa”. Bajo la consigna “las escuelas no son bares” (por la idea de que se sacan mesas a la calle) el gremio Ademys también se manifestó en contra.
A la semana siguiente, el 21 de septiembre, los ministros de Educación de Nación, Nicolás Trotta, y de ciudad, Soledad Acuña, acordaron junto a sus pares de Salud, Ginés González García (Nación) y Fernán Quirós (Ciudad), definir una serie de criterios epidemiológicos objetivos para establecer cuándo será el momento oportuno para comenzar con el dictado de clases en escuelas o espacios adecuados para evitar el contagio del coronavirus. “No hay acuerdo, sí hay una agenda de trabajo. En ningún momento se planteó que los chicos pueden volver a las plazas o patios de las escuelas”, resaltó Trotta en declaraciones al canal A24.
Los alumnos y alumnas asistieron a la convocatoria para retirar las netbooks para tener conectividad y continuar con las clases virtuales. Cuando terminó la clase, tuvieron que esperar durante más de una hora, para poder irse.
El gobierno porteño debía disponer taxis para que vuelvan a sus escuelas y a la impuntualidad se le agregó desconcierto: Algunos se fueron en autos particulares y otros acudieron a los servicios de la applicación Uber.
Con información de Página 12 e InfoGremiales