El barrio que vio nacer al astro del fútbol festejó el tercer triunfo mundial de la Selección Argentina.
Con una populosa vuelta olímpica al potrero donde dio sus primeros pasos futbolísticos Diego Maradona, en Villa Fiorito, el barrio del conurbano bonaerense que vio nacer al astro del fútbol mundial, vecinos y vecinas festejaron la consagración de Argentina como campeón del Mundial de Fútbol de Qatar.
“Cómo explicar lo que siento si en este barrio nos corre fútbol por las venas”, dijo a Télam Pancho Torres, cantinero histórico del Club Deportivo Estrella Roja, donde Maradona dio sus primeros pasos, todavía en un fútbol de potrero, y que hoy fue sede para vivir la final del Mundial.
Conmovido y “sin palabras”, extasiado por la alegría inexplicable de ver a Argentina campeón del mundo una vez más, Pancho sólo atina a dedicar el triunfo a Maradona “que nos guía desde arriba”, para fundirse luego en un abrazo consagratorio con sus compañeros después de una final dramática.
El jugador argentino Gonzalo Montiel convirtió y en un instante el barrio de Fiorito, en el conurbano bonaerense sur, pasó de una tensión irrespirable a una fiesta popular, exacerbada, de puro disfrute. Vecinos y vecinas de todas las edades, vestidos con los colores de la albiceleste, se dirigieron segundos después de terminado el partido al club Estrella, para juntos dar una vuelta olímpica empolvada y populosa por el potrero donde Maradona supo desplegar sus primeras gambetas.
“Este equipo es un orgullo, son todos pibitos que tienen una sed de gloria tremenda y nos llevaron a lo más alto”, expresó a Télam Griselda Alegre, parte de la subcomisión directiva del club. “La gente acá lo vive con mucha pasión, el fútbol es todo para nosotros”, contó la mujer, fanática de este deporte desde chica, y agregó: “Es una alegría enorme y el pueblo argentino se lo merecía. Esto es todo de Messi, que luchó y luchó y hoy nos trae una alegría más”.
La seguridad en el equipo estuvo desde el primer minuto del partido en los hinchas de Fiorito, que contra toda superstición de “ser mufas” vaticinaban con confianza que Argentina sería campeón mundial. Tras un primer tiempo que abonó la ilusión, lo que restó del partido se vivió con los dientes apretados y el “corazón en la mano”, aunque “siempre con la fe puesta en Argentina”, coinciden.
“Yo te lo dije, yo te lo dije”, exclamaban los hinchas señalando al cielo con los brazos ni bien consumada la victoria de Argentina mientras el barrio se llenaba de estruendos y los cantos, todavía un poco incrédulos, de los vecinos que llegaban.
“Yo me crié con Maradona, de acá salió él, era un pibe más como nosotros, me acuerdo que pateábamos juntos el basurero de La Quema”, contó Pancho, emocionado, minutos antes del inicio del partido, mientras revisaba una vez más las fotos que tuvo “el lujo” de haberse sacado con el Pelusa. “Pero cuando agarraba la pelota, ahí te dabas cuenta que no era simplemente uno más. Era distinto”, agrega el cantinero, que se emociona al recordar la Argentina campeón con Maradona en 1986 y años antes en 1978.
Es identitaria la pasión futbolera de Fiorito, cuna “de la zurda inmortal”, santuario de un Diego eterno que siempre llevó a su barrio en su discurso y a los más humildes a una alegría absoluta. Fue en los potreros de Estrella Roja, hoy devenido en Estrellas Unidas de Fiorito, donde Maradona comenzó a jugar de pequeño y a festejar sus primeros triunfos, que tan feliz harían luego a esta patria futbolera.
De la fundación del club se desconoce la fecha exacta, pero estiman que fue poco antes o poco después de febrero de 1954, tras una visita al país del equipo Estrella Roja de Belgrado. Quizás eso es lo que vuelve más mitológica la historia de este club, que por entonces era potrero en medio de monte y campo, sin rastros de urbanización.
Si bien aseguran que el potrero fue cambiando de ubicación, lo cierto es que es en esta cancha donde Maradona, con 12 años en 1972, empezaba a soñar cuando dijo a la televisión: “Mi sueño son dos, jugar un Mundial y ganar el torneo de Octava con Argentinos”. Lo fue. Y esta tarde, con su recuerdo a flor de piel, Fiorito se convirtió en campeón otra vez.
Fuente: Télam