Coronavirus:¿Quién paga la crisis?

RESUMEN EJECUTIVO

 Argentina transita una crisis que preexiste a la pandemia del coronavirus: más de 16 millones de personas en la pobreza y casi 4 millones en la indigencia; alta inflación (53,8% anual en 2019); 8,9% de desocupación (3 puntos porcentuales más que en 2015); más de 20.000 empresas nacionales (netas) extintas entre 2015 y 2019.

 Los pobres, los trabajadores (cualquiera sea su condición) y las PYMES no pueden soportar mayores esfuerzos para enfrentar la crisis.

 Las previsiones internacionales estiman que estamos a las puertas de la peor depresión de la historia del capitalismo. Líderes mundiales y organismos internacionales han señalado que las consecuencias de la actual crisis superarán a las de la Segunda Guerra Mundial.

 Circunstancias excepcionales, como las grandes guerras, han tenido históricamente correlato sobre la política económica y tributaria de los países. El caso de Estado Unidos, durante la Segunda Guerra, resulta emblemático: la tasa máxima del impuesto a la renta fue elevada al 94%.

 La desigualdad ha estado en aumento en nuestro país en los últimos 4 años: la brecha de ingresos entre el 10% más rico y el 10% más pobre, escaló de 16 a 21 veces entre 2015 y 2019.

 Además del reproche moral que supone la desigualdad, el aumento de la tasa de crecimiento de la desigualdad está asociada a la reducción de la tasa de crecimiento del PBI. Por el contrario, la mejora en la distribución promueve el crecimiento, la inversión y la productividad. Y es una política esencial para elevar los niveles de bienestar, de seguridad y de inclusión social.

 Junto con el complejo cuadro socioeconómico, Argentina acumula una deuda insostenible (el año pasado se destinó más del 15% del gasto total al pago de intereses netos, contra poco más del 3% a salud) a la que es urgente darle una solución que implique una quita sustantiva y la suspensión de los pagos durante el tiempo suficiente para recuperar la normalidad de la economía, si no la condonación de, al menos, una parte, tal como reclamó el Papa Francisco y sugirieron el FMI y el Banco Mundial.

 La estrecha vinculación entre deuda, fuga y evasión (dólares y recursos fiscales que le faltan al país), refuerza la percepción social de que los sectores que se beneficiaron del endeudamiento para financiar la fuga de sus excedentes deben hacer el mayor aporte para afrontar los costos de la crisis.

 Los impuestos directos mejoran la distribución del ingreso y la riqueza, permitiendo al Estado asignar recursos ya sea para asegurar un ingreso mínimo a los sectores sin salario formal, los salarios de los trabajadores de empresas en dificultades o medidas de alivio para Pymes, comercios y unidades productivas. Además, reducen las tensiones inflacionarias, en la medida en que disminuyen los excedentes dolarizables y, por lo tanto, las presiones devaluatorias.

Entre 2015 y 2019 los impuestos regresivos crecieron 5,3 puntos porcentuales, y los muy progresivos retrocedieron 1,4 puntos porcentuales, mientras la ratio de recaudación por bienes personales sobre la recaudación total cayó a prácticamente la mitad. Este sesgo regresivo sugiere que los nuevos tributos deben estar vinculados a impuestos altamente progresivos (Ganancias, Bienes Personales).

 Los países más desarrollados privilegian los impuestos progresivos, como parte del consenso nacional que exige un proyecto de desarrollo. Una mejor distribución de los recursos contribuye a un crecimiento más vigoroso de la economía, a la vez que fomenta sentimientos de pertenencia comunitaria y la vocación de participar constructivamente en los esfuerzos sociales para el desarrollo de la nación.

 En Argentina, según datos de AFIP, del total de la riqueza declarada por residentes, el 40% se encuentra fuera del país. Además, el 70% de los activos externos contabilizados por el Indec no están declarados.

 Para fines de 2019 los argentinos tenían activos en el exterior por U$S 399.550 millones, un 47% más que al final de 2015. Durante 2015-2019, hubo una fuga de riqueza de U$S 99.074 millones. El 84% de los activos argentinos en el exterior pertenece al sector privado no financiero que, al 31 de diciembre, poseía un stock equivalente al 75% del PIB. Estimamos que no menos de U$S 235.000 millones no están declarados. Por eso, el Estado se estaría perdiendo de recaudar cerca de U$S 1.200 millones de bienes personales.

 Un gravamen extraordinario de 1% sobre las grandes riquezas en el país y en el exterior,
sólo considerando los 3 tramos superiores de in gresos –las declaraciones de apenas unas
15.000 personas- permitiría recaudar unos U$S 800 millones. Naturalmente, los montos podrían ir mejorando si se aplicaran alícuotas diferenciales en sentido progresivo, elevándolas para cada tramo de ingresos. Del mismo modo, si las alícuotas fueran el doble para el caso de la riqueza exteriorizada, un impuesto del 1% (2% para bienes en el exterior) aportaría unos U$S 1.435 millones.

 El escenario más conservador del impuesto extraordinario (1% para todos los tramos, sin escala progresiva, sin diferencial para los bienes en el exterior) permitiría incrementar casi en un 50% la asistencia a las provincias prevista en $ 120.000 millones. Agregar 1 punto porcentual de alícuota para cada tramo de ingresos para los bienes en el país y duplicarlas en el caso de los bienes exteriorizados, permitiría recaudar algo más de U$S 3.800 millones.