La ex presidenta publicó una contundente misiva en la que cuestionó la falta de representatividad de la conducción peronista y sindical. Planteó una serie de lineamientos en pos de actualizar y repensar la coyuntura en temas esenciales como la educación, el déficit fiscal, y la ineficiencia del Estado.
La ex presidenta Cristina Kirchner sorprendió con una carta pública en la que volcó fuertes autocríticas sobre los errores que cometió el peronismo en las últimas décadas. Además, realizó un nuevo análisis sobre los nueve meses de gobierno de Javier Milei.
En la misiva la ex vicepresidenta abarcó varios temas que van desde la representatividad sindical hasta el déficit fiscal y el rol del empleo público. Allí también, apuntó a reordenar el rumbo de un peronismo que hoy no ofrece un liderazgo fuerte ni representatividad social, y ofrecer una propuesta para enfrentar los desafíos actuales del país.
Bajo el título “A nueve meses de la llegada de Milei y ‘las fuerzas del cielo’, Cristina lanzó: “Milei, el ultra libertario que en campaña prometía eliminar la intervención y el control del Estado sobre la vida de los argentinos hoy, en el gobierno, no sólo interviene y controla, sino que además decide tres de los cuatro precios fundamentales de la economía:
1) el precio del dólar, a través de la tablita de crawling-peg del 2% mensual;
2) el precio del dinero, mediante la fijación de una tasa de interés de
referencia ultra negativa;
3) el precio del trabajo, al fijar tope para los acuerdos salariales;
4) solo ha liberado el cuarto precio de la economía; el de los bienes y servicios, aunque con ciertas limitaciones: las tarifas de luz, gas y el transporte todavía conservan exiguos subsidios, en algunos segmentos de usuarios, y el Estado sigue sin contar con datos fehacientes sobre los costos reales de esos sectores.
“Si a esta forma de administrar los cuatro precios de la economía le sumamos el ajuste fiscal de Milei -que es inconsistente e insostenible porque lo logra a partir del no pago de deudas exigibles para la administración central y del retiro del Estado de las funciones imprescindibles para la subsistencia misma del país como Nación-, se produce un combo letal”, advirtió
Por otra parte, CFK planteó que “las representaciones sindicales características del siglo XX y fundantes del peronismo ya no son la expresión mayoritaria de los trabajadores”.
Con esta afirmación, Cristina indicó que el panorama laboral ha cambiado drásticamente, y que los trabajadores registrados en la actividad privada representan una minoría dentro de la población económicamente activa. Además, solo el 40% de estos trabajadores están sindicalizados, lo que debilita la influencia de los sindicatos en la actualidad.
En ese sentido, Cristina consideró que este fenómeno evidencia la necesidad de que el peronismo revise su relación con los sindicatos y adapte sus políticas a una nueva realidad laboral, donde el sector formal ya no es el único ni el más representativo. Esto implica reconocer que “las antiguas estructuras sindicales ya no son suficientes para defender a los trabajadores, en un contexto donde el empleo informal y las nuevas formas de contratación laboral proliferan”.
Otro de los ejes de la carta fue el diagnóstico sobre la ineficiencia del Estado y su impacto en la sociedad. Al respecto, criticó con dureza que llamó el “viejo modelo de Estado omnipresente que derivó en ineficiencia e ineficacia”. Este modelo, según ella, no ha sabido adaptarse a los tiempos modernos, generando una burocracia que es observada por la sociedad con recelo. En su visión, la falta de resultados y la baja calidad de los servicios públicos ha creado una percepción de que “el empleo estatal es un privilegio”, visto como un gasto innecesario que, en consecuencia, muchos sectores exigen reducir.
En esa línea, CFK demandó una “nueva estatalidad” que involucre más participación comunitaria y que sea capaz de dar respuestas concretas a las demandas de la población.
Uno de los pasajes más contundentes de la carta aborda el problema del déficit fiscal. Cuestionó que no se haya “impulsado la reversión del déficit fiscal” mediante la reducción del gasto tributario que beneficia a sectores concentrados de la economía, y a través de una reforma tributaria que “construyera un sistema más racional y equitativo”. Este diagnóstico va en línea con un llamado a reformar el sistema fiscal, buscando no solo simplificar la administración de impuestos, sino también hacer que los sectores con mayor capacidad contributiva asuman una mayor carga.
La ex vicepresidenta fue contundente para señalar que el país ha fallado en implementar las reformas necesarias para revertir el desequilibrio fiscal, lo que sigue generando dificultades macroeconómicas que afectan a toda la población, especialmente a los sectores más vulnerables.
En su misiva, la ex jefa de Estado también criticó la falta de una “revisión y reforma profunda de la educación pública”, una demanda que, según ella, es compartida por todos los sectores sociales.
Subrayó, entonces, la urgencia de mejorar el sistema educativo, especialmente para aquellos que no pueden acceder a la educación privada, y quienes ven cómo las carencias del sistema público limitan sus oportunidades.
Asimismo, apuntó a los problemas de seguridad, haciendo hincapié en la necesidad de un plan integral que combata la “desigualdad social” y el “gatillo fácil”, al mismo tiempo que aborde el creciente avance del narcotráfico en las zonas más vulnerables del país.
Cristina advirtió que “el retiro del Estado” ha dejado un vacío que, en muchos casos, ha sido ocupado por organizaciones delictivas, sustituyendo la autoridad estatal.
Finalmente, concluyó su carta llamando a una reorganización del peronismo que permita “alinear pensamiento, palabra y acción”. Según ella, esta trilogía es fundamental para que el peronismo vuelva a ser una fuerza política mayoritaria y deje de ser una mera oposición para convertirse en una alternativa de gobierno.
Sus principales declaraciones sobre el peronismo en los últimos años:
- “No advirtió la modificación de las relaciones laborales”.
- “No construyó una nueva estatalidad más vinculada a la comunidad y su organización a través da la participación de sus diferentes estamentos”.
- “No impulsó la reversión del déficit fiscal a través de la reducción del gasto tributario existente por eximiciones, exenciones o promociones a sectores concentrados de la economía”.
- “No planteó una revisión y reforma profunda de la educación pública”.
- “No pudo superar el consignismo de la desigualdad social por un lado y el gatillo fácil por el otro para abordar un plan de seguridad de carácter integral”.
- “Es justo que cada uno produzca por lo menos lo que consume”.
- “No reparó en las profundas modificaciones surgidas en el campo de la comunicación social por el avance de la tecnología”.
- “Hay que poder enderezar las experiencias y ordenar las nuevas demandas para poder alinear pensamiento, palabra y acción: una trilogía indispensable a la hora de formular propuesta y estrategia que permitan organizar una fuerza política que vuelva a representar mayoritariamente, para pasar de ser oposición a alternativa de gobierno”.