27 de Agoto: Movilización en apoyo a CFK y represión en la puerta de su casa

El Gobierno porteño volcó un operativo con vallas que ya habían sido cuestionadas, luego el desembarco de la infantería y los ataques mediáticos, y llegó la represión que se esperaba.

La Policía de la Ciudad de Buenos Aires reprimió este sábado con palos, agua lanzada desde camiones hidrantes y gases lacrimógenos, a militantes que se habían congregado en cercanías del domicilio de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner en el barrio de Recoleta para darle su apoyo.

La represión comenzó contra un grupo minúsculo de manifestantes, cercano a la zona de las vallas que había ordenado colocar cerca del departamento de la vicepresidenta, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.

Tras la acción policial se produjeron heridos entre los manifestantes, y algunos dirigentes fueron detenidos, según consignó el canal A24. La vicepresidenta en sus redes sociales se pronunció sobre este operativo dispuesto por el Gobierno porteño y manifestó que “La lógica del Sr. Larreta es la misma lógica del partido judicial”.

“Para los macristas: cuidado y protección. Para los peronistas: vallas, infantería de la Policía de la Ciudad y hasta palos, gas lacrimógeno y gas pimienta como la noche del lunes. Nunca fueron ni serán democráticos”, remarcó CFK. Las vallas habían sido dispuestas por la mañana en Juncal y Paraná y Juncal y Uruguay, en inmediaciones del domicilio de la vicepresidenta en Recoleta, donde también concurrió la guardia de infantería y un camión hidrante de la Policía de la Ciudad, que se retiraron unas horas pero luego volvieron y reprimieron a manifestantes.

El jefe de Gabinete porteño, Felipe Miguel, explicó en declaraciones a la prensa, antes de la represión policial, que “una cosa es acompañar y otra es alterar el orden público durante varios días consecutivos en un barrio de la Ciudad” y dijo que “el vallado va a estar el tiempo que sea necesario, vamos a ser firmes para que el barrio recupere la tranquilidad”, desafió.

En el marco de la marcha, el diputado nacional del Frente de Todos, Leopoldo Moreau, anunció en declaraciones al mismo canal que denunciará al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y al Ministerio de Seguridad de CABA porque “la Policía de la Ciudad estaba filmando y haciendo un registro de los manifestantes en la esquina de Paraná y Juncal” y “eso es espionaje ilegal”.

Por su parte, el secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla Corti, sostuvo en declaraciones realizadas a la prensa desde la marcha como “una locura lo que está haciendo la ciudad de Buenos Aires de estar vallando la ciudad con un aparato represivo, estamos muy preocupados” y afirmó que “desde la secretaría de Derechos Humanos vamos a presentar un habeas corpus preventivo por posible provocación que pueda cometer la policía”.

Al terminar la jornada, la vicepresidenta habló para la multitud. El discurso y la cobertura: “Cristina Kirchner : ´No toleran el amor y a la alegría de los peronistas´”

El Gobierno porteño defiende las vallas y la represión: fue para “garantizar la convivencia”

El Gobierno porteño salió nuevamente a defender la represión policial del fin de semana frente a la casa de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner en el barrio de Recoleta.

Bajo el argumento de “garantizar la convivencia”, el jefe de Gabinete de la ciudad de Buenos Aires, Felipe Miguel, al hablar con Radio con Vos, aseguró que la colocación de un vallado en torno a la casa de Cristina obedeció a “una situación que se venía extendiendo durante varios días y venía escalando y ya se había superado todo límite tolerable”.

Al referirse al operativo de seguridad, que el sábado pasado derivó en la represión de la Policía de la Ciudad sobre los manifestantes, Miguel dijo que la actuación policial fue necesaria ante un panorama “donde todo el día había cortes de tránsito, batucadas, fuegos artificiales y cientos de denuncias de vecinos”.

Aseguró en este sentido que se trató de “un plan sistemático para sostener esta mecánica de disrupción en la vida del barrio”. Al ser consultado sobre si fue un error la colocación de este vallado policial, indicó que esa “no es la discusión, los que generaron problemas son los violentos, los que incumplen la ley”. “En ningún lugar del mundo donde hay una valla se interpreta como una provocación, solamente es una provocación para aquel que es violento”, indicó Miguel.

En otro orden, al ser consultado sobre los insultos que recibió el diputado nacional Máximo Kirchner cuando se acercó a la manifestación a metros de la casa de su madre, aseguró que “si algún policía actuó de manera inadecuada, lo vamos a evaluar”.

Miguel aludió a “funcionarios que estuvieron echando nafta al fuego”, al referirse al ministro de Desarrollo bonaerense, Andrés Larroque, y cuestionó además la presencia en la manifestación del gobernador bonaerense, Axel Kicillof. “Es una irresponsabilidad que desde los más altos cargos de la función publica se esté arengando a los violentos”, completó Miguel.

En otro orden, calificó de “desafortunadas” las declaraciones de la titular del PRO, Patricia Bullrich, en las que cuestionó el accionar policial, y dijo que “esos comentarios son funcionales al kirchnerismo”.

En la misma línea, el ministro de Seguridad y Justicia porteño, Marcelo D’Alessandro, aseguró a FM Futurock que “había funcionarios kirchneristas como cabezas de la agresión”. El ministro porteño también defendió la colocación de vallas en el barrio de Recoleta y explicó que se instalaron para que “disminuyera la actividad en el barrio”. Sobre el accionar policial, afirmó que “la Policía estaba quieta y los militantes generaron una violencia innecesaria”.

D’Alessandro afirmó que el Gobierno porteño tiene que “velar por los vecinos que hace seis días tenían la vida dada vuelta”, y recordó que como producto de los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes hay “20 policías heridos”.

En otro orden, afirmó que “no se trata de quién mantiene más la valla”, en respuesta a lo dicho por Patricia Bullrich” e indicó: “A mí no me va a temblar el pulso para restituir la paz social”.