El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, convocará el lunes un grupo de trabajo dedicado al coronavirus para analizar la crisis que vive su país antes de asumir el cargo en enero, mientras el presidente Donald Trump seguía maniobrando para mantenerse en el cargo.
Biden se reunirá con una comisión asesora codirigida por el excirujano general Vivek Murthy, el excomisionado de la Administración de Alimentos y Medicamentos David Kessler y la profesora asociada de la Universidad de Yale Marcella Nunez-Smith para estudiar la mejor manera de lidiar con una pandemia que ha acabado con la vida de más de 237.000 estadounidenses.
El exvicepresidente demócrata hablará después ante los medios en Wilmington, Delaware, sobre sus planes para enfrentarse a la COVID-19 y reconstruir la economía.
“Lidiar con la pandemia del coronavirus es una de las batallas más importantes que enfrentará esta administración y seré informado por la ciencia y los expertos”, dijo Biden en un comunicado el lunes.
Incluso aunque Trump se niegue a conceder la derrota y algunos de sus aliados le animen a agotar todos los recursos para mantenerse en el poder, los científicos y expertos nombrados por Biden contactarán con funcionarios locales y estatales sobre la respuesta a la pandemia, evaluando la reapertura segura de colegios y negocios, además de afrontar las disparidades raciales.
La comisión de Biden incluye a Rick Bright, quien asegura que fue apartado de su cargo por el gobierno de Trump por hacer pública su preocupación sobre la preparación contra el coronavirus, y a Luciana Borio, especialista en emergencias complejas de salud pública.
Trump se ha enfrentado con frecuencia a las autoridades sanitarias por la pandemia. El vicepresidente Mike Pence tiene previsto reunirse este lunes con el grupo de trabajo de la Casa Blanca sobre el coronavirus por primera vez desde el 20 de octubre.
Biden superó el sábado el umbral de 270 votos del Colegio Electoral necesarios para ganar la Casa Blanca, cuatro días después de las elecciones del 3 de noviembre. El demócrata se impuso a Trump por más de 4,3 millones de votos a nivel nacional, convirtiendo al republicano en el primer presidente que no logra la reelección desde 1992.
No obstante, Trump no ha reconocido la derrota aún y ha lanzado una serie de demandas para apoyar sus acusaciones de fraude electoral, si bien no ha presentado prueba alguna. Las autoridades estatales involucradas aseguran no tener conocimiento de ninguna irregularidad significativa.
“La selección de Biden por parte de los Medios Corruptos está basada en votos ilegales en Pensilvania, Michigan, Georgia, Wisconsin, Nevada y otros. Lo demostraremos todo”, tuiteó Rudy Giuliani, abogado personal de Trump y exalcalde de Nueva York, temprano en la mañana del lunes.
Aunque los estados no han certificado todavía los resultados finales de los comicios, es tradicional que los candidatos presidenciales reconozcan el análisis independiente de los grandes medios y de firmas como Edison Research, que adjudicó la victoria a Biden el sábado.
Trump no tiene ningún evento público programado para el lunes y no ha hablado en público desde el jueves. El portavoz de su equipo, Tim Murtaugh, dijo que el mandatario tiene previsto realizar varios mítines para recabar apoyos en su desafío a los resultados electorales.
Gobiernos de todo el mundo han felicitado ya a Biden desde el sábado, indicando que están dando vuelta a la página.
No obstante, Rusia, que según las agencias de inteligencia estadounidenses intervino en la elección de 2016 para respaldar a Trump, afirmó que esperará a los resultados oficiales antes de comentar el resultado, haciendo hincapié en las demandas. China se mostró igualmente cauta.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, cuyo país comparte una frontera de 3.000 kilómetros con su principal socio comercial, también ha dicho que esperará hasta la resolución de los desafíos legales antes de pronunciarse sobre los comicios.
TRANSICIÓN ESTANCADA
Los asesores de Biden ya se han puesto en marcha y están estudiando a los candidatos para los principales puestos del gabinete. Sin embargo, la transición no podrá avanzar mucho más hasta que la Administración General de Servicios (GSA, por sus siglas en inglés), que supervisa el funcionamiento de las agencias federales, certifique al ganador.
Emily Murphy, la persona designada por Trump para dirigir dicha agencia, todavía no ha dado luz verde para que comience la transición de poder y una portavoz del organismo no entregó ningún cronograma para esta decisión.
Hasta entonces, la GSA podrá seguir proporcionando al equipo de Biden oficinas, computadores y verificaciones de antecedentes para certificaciones de seguridad, pero aún no podrán entrar en las agencias federales o acceder a los fondos federales reservados para la transición.
La campaña de Biden presionó del domingo a la agencia para avanzar en el proceso.
“La seguridad nacional y los intereses económicos de Estados Unidos dependen de que la Administración federal señale clara y rápidamente que el Gobierno de Estados Unidos respetará la voluntad del pueblo estadounidense y se comprometerá a una transferencia de poder pacífica y sin problemas”, dijo la campaña en un comunicado.
No obstante, Trump no ha dado señales de que vaya a participar en una transición.
Fuente: Reuters