Una de las pioneras del rock local, autora de “Flor Celeste (bajo de la almohada)”, atravesaba un delicado estado de salud, según había informado su hijo Gaspar Benegas en sus redes sociales.
La voz y las composiciones de María José Cantilo, una de las pocas mujeres presentes en la escena del rock local de los ’80, se apagaron este lunes a sus 68 años a causa de un delicado estado de salud.
La noticia sobre el fallecimiento de la madre del guitarrista Gaspar Benegas, y hermana del trovador Miguel Cantilo, fue difundida por sus familiares en redes sociales.
Tras haberse radicado en El Bolsón y por impulso del mentor de Pedro & Pablo que había vuelto del exilio en 1982, María José se sumó al circuito musical porteño y dos años más tarde debutó discográficamente con un álbum en el que tomaron parte León Gieco, David Lebón, Fernando Lupano y Daniel Colombres, entre más, y donde registró una de sus piezas más conocidas: “Flor celeste bajo de la almohada”.
Recién a comienzos de la próxima década concretó su segundo álbum, “En Banda” (en cuyo elenco se contó el baterista Oscar Moro), hizo un desnudo para la versión local de la revista Playboy y en 1992 fue detenida dos veces por tenencia de drogas y debió pasar más de dos años detenida, una experiencia que plasmó en el libro “Desde la cárcel” (1994).
Tras recuperar la libertad, continuó su andar musical publicando una serie de álbumes independientes como “Gota a gota” (1995), “Sai Ram” (1999), “Covers-Bossanova y Jazz” (2000), “Feeling saudades” (2004), “Momentos de boleros” (2005) y “Aquí y ahora” (2006), donde exhibió que su mundo sonoro era más vasto que la canción rockera que la hizo conocida.
El último trabajo de quien gustaba definirse como “Aventurera del Rock” fue “Esencia”, una placa de 2011 que fue mezclada por su hijo, Gaspar Benegas, guitarrista y productor que trabajó, entre otros, con Las Manos de Filippi y actualmente es uno de los Fundamentalistas del Aire Acondicionado que acompaña a Carlos Indio Solari.
Al publicar esa placa a guitarra y voz, dijo en septiembre de 2012 que había recurrido a “canciones con un mensaje ecológico necesario y con una rebeldía importante que siempre resiste”.
“Hice un disco con una sensibilidad femenina que no siempre es la más recomendable desde lo comercial”, agregó sobre el material con el que pretendió despegarse de la “música funcional y el ruido que es lo que sobra, ya hay mucho. Con mis canciones yo quiero formar parte de otro club”.
Entonces y haciendo un balance de su camino profesional, deslizó: “No he tenido demasiada repercusión mediática con mis discos independientes, pero esta vez y en lugar de tratar de agradar al mercado quise hacer algo que me representara cabalmente”.
“Son canciones -insistió María José- que están destinadas para los hijos, para la pareja, para mi vieja, para determinados lugares y por esta tierra que están tan al filo del precipicio”. Por último, redondeó: “A mí me gusta hacer música para conmover y eso tiene que ver con una cosa rockera de la que me siento parte”.
El Instituto Nacional de la Música expresó al conocerse la muerte de la cantante: “lamentamos el fallecimiento de la compositora y guitarrista reconocida del rock nacional María José Cantilo. Acompañamos a sus afectos en este difícil momento”.
Mientras que su hijo Gaspar venía alertando desde su cuenta de Instagram acerca de la situación al publicar, hace dos semanas, el mensaje: “démosle fuerza para que pueda recuperarse de su delicado estado de salud” y hace seis días anunciando que cancelaba un viaje a Roma “por cuestiones personales (que hacen a la salud de mí madre)”.