La Cámara de Diputados se encamina a debatir una serie de proyectos en comisiones. Uno de ellos y el más importante para el Poder Ejecutivo es el de Renta Inesperada. Un informe de la UNDAV pone luz en el alcance de la iniciativa.
La Cámara de Diputados se encamina a debatir una serie de proyectos en comisiones. Uno de ellos y el más importante para el Poder Ejecutivo es el de Renta Inesperada, iniciativa promovida por el Ministerio de Economía y resistida por los empresarios y la oposición. En ese marco de debate, el Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda analizó punto por punto el detalle del proyecto.
El impacto de los precios por la guerra, medido en dólares: según el informe “en los últimos meses se ha dado un aumento generalizado en los precios internacionales de muchos bienes, sobre todo commodities y combustibles”. En ese marco, señalaron que el petróleo aumentó el 31% y el gas natural 28%. Para el caso de los granos, el aceite de soja se llevó un importante aumento del 34% mientras que el poroto de soja un 19%. En otros productos agropecuarios, también se destacó la fuerte suba del trigo en un 96%, el aceite de girasol con un 47% y el maíz con un 25%. “La mejora en los ingresos de los sectores beneficiados no estuvo relacionada con mejoras en la productividad o mayores niveles de inversión, sino en un hecho externo y fortuito”.
En alcance,el proyecto de ley busca gravar por única vez la ganancia de grandes empresas que en el ejercicio actual obtengan una ganancia superior a $1000 millones y que cumplan las siguientes condiciones: que su ganancia sea superior al 10% de sus ingresos, o que la ganancia del ejercicio actual sea un 20% mayor que la del ejercicio anterior, en términos reales.
En cuanto a la alícuota, la sobrealícuota planteada es del 15% y se aplicaría sobre la diferencia entre la ganancia del presente ejercicio y la del ejercicio anterior ¿Quién debería pagarlo?: Alrededor de 350 empresas serían alcanzadas, en caso de aprobarse el proyecto sin modificaciones. Este proyecto solo afecta a empresas, no a personas físicas.
El punto impactante radica en la recaudación que el proyecto puede llegar a otorgar. El monto aproximado que se recaudaría sería de $200.000 millones. El impuesto a las ganancias de empresas, de carácter progresivo, representa apenas el 5,4% del PBI. Está por debajo del promedio regional.
Otras experiencias internacionales similares se ubican en Italia, que gravará empresas energéticas y espera recaudar 4000 millones de euros de empresas que hayan aumentado sus ganancias entre octubre del 2021 y marzo del 2022. Aplicará una tasa del 10% extra. Por otro lado, el Reino Unido busca gravar la renta inesperada con una tasa del 25% a las compañías energéticas productoras de gas y petróleo.
En el marco del G7, los países miembros (Canadá, Estados Unidos, Japón, Francia, Alemania, Italia y Reino Unido) han empezado a plantear como deben relacionarse los Estados con las empresas multinacionales, y sentaron la base para un nuevo sistema fiscal internacional, mediante la instauración de un impuesto mínimo global del 15% para las grandes corporaciones multinacionales.
Un puntilloso análisis efectuado por Aldana Montano para Revista Zoom detalla lo siguiente:
El conflicto bélico Rusia versus Ucrania desató un gran aumento en los precios de las materias primas y de la energía. Más de treinta países son importadores netos de estos bienes y dependían en un 30% de ambos adversarios. Cabe destacar que la dependencia de las importaciones era tanto de materias primas como de fertilizantes que producían Rusia y Ucrania. Las exportaciones rusas de cereales se destinaban principalmente a Egipto, Túnez y Turquía como también a otros países africanos y asiáticos. Ucrania, particularmente en 2021, tuvo una cosecha récord alcanzando los 106 millones de toneladas de cereales y exportando el 75% de la producción agrícola a Europa, China y países del continente africano.
Por su parte, derivado de las sanciones que se han impuesto al petróleo y al gas ruso, los precios de los alimentos también aumentaron porque se incrementó el precio del petróleo. Según un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), las importaciones mundiales de alimentos tendrán un costo de 51.000 millones de dólares más que en el 2021. A su vez, la sequía en muchos países productores no ha ayudado a incrementar los niveles de producción de estos bienes.
¿Por qué un “nuevo” impuesto?
La tan controversial renta inesperada es un proyecto que busca captar las ganancias que determinadas empresas obtuvieron, producto de una importante alza en el precio internacional de los commodities y no como un crecimiento de la inversión productiva. El proyecto implica gravar la ganancia extraordinaria generada por precios muy altos en las materias primas y en la energía como consecuencia del estallido de la guerra entre Rusia y Ucrania. Sectores exportadores de trigo, soja y maíz, como así también los complejos exportadores petroleros, se vieron beneficiados con el contexto internacional en términos de precios. Si bien los precios de estos productos venían en un proceso de suba, el conflicto bélico generó aumentos desorbitantes y hasta provocó records históricos. El precio del trigo registró una suba superior al 40% desde que inició el conflicto.
El proyecto adicionaría dos nuevos artículos a lo que sería de Ley de impuesto a las ganancias, estableciendo una alícuota adicional del 15% en dicho impuesto. Involucra a empresas cuya ganancia neta alcance los mil millones de pesos ajustada por inflación y que el resultado contable del ejercicio 2022 deflactado sea superior al 10% de los ingresos totales obtenidos en ese ejercicio, o bien, hayan aumentado ese margen un 20% más que en el 2021. Se trata de grandes cerealeras dentro del sector agroexportador y algunas empresas exportadoras de petróleo. En principio, se estima que tan solo el 3% de las empresas del sector estarían alcanzadas por esta renta.
La discusión
La realidad es que hay una espera muy latente, y de aprobarse el proyecto, habrá un desfasaje en la recaudación. Si bien el proyecto se anunció junto con los refuerzos de ingresos (trabajadores informales, monotributistas y jubilados) de los meses de mayo y junio, la comparación para determinar si una empresa entra dentro de la renta es en base al ejercicio contable 2022. Esto implicará que la percepción por parte del Estado será en el año próximo. Discusión aparte, aún quedan los compromisos por asumir con el FMI en este año…
Desde ya, hay posiciones en contra de la renta. Desde los sectores que no están a favor de la aprobación de este proyecto de ley, alegan que sería inconstitucional puesto que “no respetaría el derecho de propiedad y el principio de capacidad contributiva”. Por otro lado, apelan al argumento de que la ley vigente de impuesto a las ganancias cumple con la finalidad de gravar las rentas obtenidas en forma extraordinaria. Éstas rentas se encuentran sujetas a alícuotas que, precisamente, hacen que el monto del impuesto que una empresa debe pagar dependa directamente de esas rentas, entonces: “a mayor renta, mayor impuesto”.
Para sorpresa de muchos, a nivel internacional el fondo monetario se manifestó en favor de la implementación de este tipo de rentas en pos de redistribuir ingresos. En una sección del World Economic Outlook (WEO), el organismo internacional de crédito indicó que “para disminuir la carga para las finanzas públicas, se podría prever un aumento temporal de los impuestos sobre el exceso de beneficios”.
El Reino Unido, entre otros, impulsó un impuesto para el sector energético que volcará a ayuda social para los sectores que se vieron afectados ante los incrementos en el precio de los alimentos. El gobierno de Reino Unido anunció que las empresas energéticas productoras de petróleo y gas abonaran un nuevo tributo dirigido a las “ganancias inesperadas” que será “temporario” y “focalizado”. Este impuesto gravará el 25% por ciento de las ganancias y recaudará un total de 6.300 millones de dólares, lo que permitiría otorgar subsidios por única vez de 650 libras (unos 820 dólares) a ocho millones de hogares que están en la escala de ingresos más bajos. El titular del área económica, Rishi Sunak señalaba: “sabemos que los hogares están siendo impactados muy fuertemente ahora mismo. La asistencia fiscal tiene que ser a tiempo, focalizada y temporaria”.
Otra cuestión a resaltar, según lo anunciaron en la propuesta, es que la recaudación de esta renta será asignada a rentas generales. Con lo cual, formará parte de los fondos coparticipables, lo que implicaría un beneficio al financiamiento del sistema federal.
Hace pocas semanas se discutía la creación de un fondo que permitiría solventar de alguna manera los cuantiosos pagos hacia el Fondo Monetario Internacional con dólares no registrados en el exterior. Según este proyecto, las cuentas no declaradas en el exterior deberían declararse y abonar un 20% del capital. Ese porcentaje se elevaría al 35% si no se realiza la declaración pasados los seis meses de sancionada la ley. Este proyecto se enlaza con uno que pretende modificaciones en la ley de entidades financieras, pero como en todo proyecto vinculado a lo impositivo, el debate es muy extenso y pocas veces mejora la redistribución del ingreso. Desde una óptica más crítica, Argentina le debe a la sociedad una reforma tributaria integral. Un sistema de tributación progresiva ayuda a proteger los ingresos de las personas más vulnerables reduciendo la carga tributaria y la pobreza. Encauzar un proceso de redistribución del ingreso más equitativo también es una deuda.