Por: Nazarena Rebollo
Los incendios en el Sur trajeron al debate una vez más los componentes económicos y políticos que contribuyen al ecocidio en Argentina. Megaminería, negocios inmobiliarios, agresiones y supuesto terrorismo mapuche se asoman entre las cenizas y las llamas.
La Patagonia arde y el humo huele a dinero. En los últimos días el fuego avanzó sobre la Comarca Andina en las provincias de Chubut y Río Negro, y pueblos enteros como Las Golondrinas, El Hoyo, Maitén y Cholila quedaron devastados. El escenario es casi apocalíptico: detrás del rojo destructor, el negro calcinado y el gris del todo reducido a cenizas.
“La situación es muy compleja, es desoladora. Hay familias enteras que perdieron todo, el territorio está devastado. Nos preocupa el grado de destrucción que queda”, cuenta Orlando Carriqueo, Werken del Parlamento Mapuche Tehuelche de Río Negro.
Debido a los incendios, se evacuaron más de 200 personas y 1400 hectáreas quedaron arrasadas. Además, hay dos muertes confirmadas; pero con personas todavía desaparecidas, es posible que el número de causalidades aumente en los próximos días. La proporción de la tragedia sigue creciendo.
Si bien la Justicia aún debe investigar cuáles fueron las causas de estos incendios, la hipótesis de la intencionalidad es la más fuerte. Y algunos sectores creen que la intención está relacionada con intereses inmobiliarios en juego. “Siempre que hay incendios en nuestro territorio aparecen los que vienen a comprar las tierras y hacer sus negocios”, señala en este sentido Carriqueo.
Es que, además, es difícil pensar en causas naturales cuando en la zona se identificaron seis focos distintos en un lapso de dos horas.
“Lo que ocurre después es que se combinan con sequías, con temperaturas altas y vientos fuertes influenciados por el cambio climático porque aumentan estas condiciones, y ahí se da el combo, el cóctel para que se complique la cuestión”, explicó Inti Bonomo, licenciado en Ciencias Ambientales.
El componente político no tardó en incorporarse a los debates que surgieron a partir de las imágenes que, poco a poco y a cuenta gotas, llegaron a vista de todos y todas. Así, los rumores de que los incendios forestales eran un “correctivo” para la sociedad chubutense –por haber salido a las calles una vez más en contra de la megaminería–, se esparcieron casi tan rápido como el fuego mismo.
“Sería lamentable pensar que estos incendios, si son intencionales, sean una especie de ‘castigo’ a la sociedad de Chubut por su postura en contra de la megaminería pero no lo veo muy ajeno a una realidad que puede ser”, consideró Carriqueo.
Por su parte, Bonomo mantiene una postura más neutral, esperando a que sea la Justicia la que traiga explicaciones y respuestas: “Es difícil identificar un interés todavía, creo que hay una posibilidad de que sean negocios inmobiliarios los que están detrás de estas mal llamadas ‘limpiezas’ que son ecocidios, pero es muy pronto para sacar conclusiones, tiene que investigar la Justicia”. “Ojalá investigue esta vez y se pueda arribar a un responsable concreto”, agregó el especialista.
Mientras tanto, el fuego volvió a devorar la tierra y, esta vez, las casas y las historias. Y, nuevamente, dejó en evidencia lo mal preparados que estamos para luchar contra los incendios forestales, y lo mal preparados que estamos para evitarlos en un primer lugar.
Los violentos de siempre
El presidente Alberto Fernández viajó a Lago Puelo para recorrer las zonas afectadas por los incendios y ver en primera persona los daños ocurridos en aquella parte del territorio nacional. Allí fue recibido por manifestantes que arrojaron piedras al vehículo en el que se trasladaba junto a la comitiva que lo acompañó –conformada por la primera dama Fabiola Yañez; los ministros de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, y de Desarrollo Territorial y Hábitat, Jorge Ferraresi, además de los secretarios general de la Presidencia, Julio Vitobello, y de Comunicación y Prensa, Juan Pablo Biondi.
“No a la megaminería” rezaba uno de los carteles exhibidos y los insultos al gobernador de Chubut, Mariano Arcioni –quien habría sido el verdadero destinatario de las agresiones–, tampoco se hicieron esperar. Pero lo más impactante fue el vidrio roto en el vehículo del presidente. Por esto, funcionarios del oficialismo y de la oposición repudiaron desde las redes estos actos de violencia. Asambleas de vecinos autoconvocadxs denunciaron que quienes cometieron las agresiones eran infiltrados, y que la camioneta en la que se trasladaron pertenecería a la policía de Chubut.
Tras los hechos ocurridos, Alberto Fernández agradeció la solidaridad y manifestó: “La violencia que algunos pocos han demostrado en ocasión de mi visita no acompaña esa vocación que nos impulsa. Estoy seguro de que esa violencia tampoco es compartida por el pueblo chubutense y por quienes habitan nuestra querida Argentina”.
Previamente, en el comando de operaciones montado en el Centro Cultural de Lago Puelo, el Presidente de la Nación junto con intendentes de esa localidad y de El Hoyo, El Maitén, Epuyén y Cholila analizaron la situación en la Patagonia.
Además, anunciaron un paquete de medidas para hacer frente a la reconstrucción: 364 viviendas transitorias de construcción liviana en el marco del Programa Casa Propia a disposición; 170 millones de pesos destinados para obras de infraestructura y para la provisión de agua y energía a las zonas afectadas; y 200 millones de pesos para asistir a estas localidades de la Comarca Andina.
Cinco siglos igual
Dirigentes de la oposición acusaron a la comunidad mapuche de haber provocado los incendios en una lógica racista y combativa de establecer un “enemigo interno”. Miguel Ángel Pichetto, Auditor general de la Nación –y un habitual proporcionador de frases polémicas–, declaró que “buscan ganar territorio, generar espacios propios y no reconocer la bandera”. “La RAM (Resistencia Ancestral Mapuche) está operando también sobre campos de la provincia de Buenos Aires porque son terroristas”, agregó, volviendo a traer a la discusión una supuesta célula terrorista en el sur patagónico. Y a su caballo se subieron varias figuras ya conocidas.
Por su parte, Orlando Carriqueo aseguró que la cúpula del PRO y algunos medios de comunicación estigmatizan al pueblo mapuche e incitan a la violencia como en los peores momentos de exterminio de las comunidades originarias del país.
“Nosotros vamos a denunciar a algunos dirigentes políticos que han acusado al pueblo mapuche de los incendios porque lo que generan es una violencia racial y a esta altura no puede ser posible. Me refiero específicamente a la cúpula de PRO, Pichetto, Arietto, el candidato a intendente de El Bolsón que fue guardaespaldas de Lewis”, sostuvo el Werken mapuche, y añadió: “Todo eso forma parte de una responsabilidad y declaraciones que tienden a acusar sin pruebas, generando un marco de racismo. No estamos dispuestos a aceptar eso”.