FORJA, un faro y un puente

Hace exactamente 85 años, una tarde del 29 de junio de 1935, un grupo de patriotas provenientes en su gran mayoría del radicalismo yrigoyenista pero también de otras identidades políticas de corte nacionalista, se reúnen en un sótano de Lavalle 1725 de la Ciudad de Buenos Aires para conformar un nuevo agrupamiento político. 

Inspirados en una frase del ex presidente Hipólito Yrigoyen “todo taller de forja parece un mundo que se derrumba” allí le dan nacimiento a FORJA, Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina. 

Aquella organización representará una bisagra en la historia nacional y en aquella fundación dejaron estampada su firma Arturo Jauretche, Jorge del Rio, Juan B. Fleytas, Homero Manzi, Manuel Ortiz Pereyra, Atilio García Mellid, Gabriel del Mazo, Luis Dellepiane entre otros.

En el acta fundacional de la fuerza quedará plasmado su ideario nacionalista  con la frase “Somos una Argentina colonial, queremos ser una Argentina libre”.

Aquellos hombres comprometidos con la Patria, doloridos por la injusticia y la entrega y sumisión al imperialismo británico encararan una tarea de concientización nacional a través de una infatigable militancia  diseminando las ideas a lo largo del país con más de cuatro mil conferencias, trece cuadernos, libros y folletos, carteles y afiches. 

Establecieron relaciones con otras organizaciones y personalidades argentinas y también con otros movimientos latinoamericanos con el mismo pensamiento emancipador.

La principal acción  de FORJA fué  la investigación  político-social y su publicación a través de los “cuadernos”, y su difusión mediante actos callejeros en oposición a los gobiernos entreguistas de turno, y conferencias y debates que se realizaban en su mítico sótano o en otras locaciones. Los ejes de la propuesta forjista estaban dirigidos a denunciar lo que denominaban “el estatuto del coloniaje”. 

En el marco de la década infame, con fraude, proscripción y entrega del patrimonio nacional como el paradigmático pacto Roca-Runciman, FORJA se erigió como un faro de decencia e iluminó el camino hacia un revisionismo histórico y la dilucidación de la perversa lógica del sometimiento nacional. 

Propuso un sendero de emancipación en clave nacional y popular y se transformó en un puente histórico entre el radicalismo yrigoyenista y el peronismo 

Manifiesto