Gran Chaco: cómo es el proyecto para reintroducir al yaguareté en Argentina

Por primera vez en la historia, un equipo científico consiguió la reproducción de un macho libre con una hembra de cautiverio. El temor a la cacería y la relación con los humanos.

En el Gran Chaco, el yaguareté se encuentra virtualmente extinto. Los últimos registros de la especie corresponden a machos solitarios que caminan extensos territorios en busca de hembras para aparearse y muchos de ellos han sido cazados. En 2019, la Fundación Rewilding Argentina detectó las huellas de un yaguareté macho, posteriormente bautizado Qaramta, y, un año más tarde, se realizó por primera vez en la historia la unión del macho silvestre con una hembra de cautiverio, que tuvo como resultado el nacimiento de dos cachorros. La Agencia de Noticias Científicas de la UNQ visitó la estación de campo El Teuco, ubicada dentro del Parque Nacional El Impenetrable, para conocer el proyecto.

Qaramta aún es el único yaguareté libre que habita el Parque Nacional El Impenetrable. Para evitar su caza y que sea protegido, los biólogos y biólogas siguen su recorrido mediante un collar satelital. Gerardo Cerón, coordinador de conservación en la Fundación Rewilding Argentina, comentó a la Agencia que “Qaramta tiene una relación de temor y de esquivo con los humanos. Nosotros lo tomamos como si fuese un fantasma: puede ser que en este momento nos esté viendo y no lo sepamos. De hecho, cuando viene a visitar a sus cachorros o a Tania (la hembra) lo sabemos no sólo por las cámaras trampa sino también por las huellas que deja”.

Cerón cuenta que una vez que tuvo a los cachorros, Qaramta se alejó por varios días. Ante el miedo de que pueda ser cazado, el equipo biólogo trajo desde los Esteros del Iberá a otra hembra de cautiverio llamada Isis para que el macho se sienta atraído. Sin embargo, aún no hubo apareamiento: sucede que al ser criada en cautiverio, tiene más afecto por los humanos y rechaza al macho Qaramta. No obstante, su presencia sirve para que este no se aleje de la zona protegida.

El cruce entre distintos individuos tiene como objetivo que crezca la familia Yaguareté en El Impenetrable. En 2019, apareció Qaramta –nombre Qom que significa “difícil de destruir”–, de 114 kilos, que permitió el cruce, por primera vez en la historia, de un macho silvestre con una hembra de cautiverio llamada Tania. De este apareamiento nacieron dos cachorros: Nala –nombre Qom que significa “sol”– y Takajay –de origen wichí, quiere decir “fuerte y valiente”–. Posteriormente, Qaramta fue liberado aunque visita a sus cachorros de manera frecuente.

Al cumplir el año, Nala y Takajay fueron separados de su madre para que continúen con su crecimiento. El contacto con los humanos está prohibido puesto que, una vez crecidos, serán liberados para continuar con la reintroducción de la especie en el Parque Nacional.

Además del proyecto vinculado al yaguareté, la Fundación Rewilding Argentina trabaja con otras dos especies: la tortuga Yabotí y el ciervo de los pantanos. Con respecto al primero, se trata de la tortuga terrestre más grande de Argentina y la segunda de Sudamérica. En la actualidad este animal, que pesa 20 kg, se encuentra ecológicamente extinto tras la fuerte caza y solo quedan –de manera aislada– algunos ejemplares en Formosa.

La reintroducción de la Yabotí, característica por tener manchas naranjas en su cuerpo, en una zona de vegetación tan abundante como El Impenetrable es fundamental. Al alimentarse de una gran variedad de frutos, esta tortuga dispersa las semillas y, de esta manera, modela y estructura el bosque y recupera áreas degradadas.

En este marco, la Fundación trajo este año cuarenta ejemplares desde el Centro de Rescate Urutaú de Paraguay, que fueron liberadas poco a poco en el El Impenetrable y son monitoreadas por el equipo de biólogos y biólogas de la Estación El Teuco.

El yaguareté está al límite

Se trata del mayor ciervo de Sudamérica, que se encuentra extinto en todos los humedales del Chaco Seco. En esta línea, la Fundación Rewilding trajo a El Impenetrable dos ejemplares, una pareja en cautiverio: Alfonso el macho y Brisa la hembra, que, una vez que se acostumbren al nuevo ambiente, serán liberados con el objetivo de comenzar su reintroducción en el ecosistema chaqueño.

La Fundación ya ha presentado nuevos proyectos, de los que esperan su aprobación, para continuar con la preservación y reintroducción de otras especies, como el tapir y el guanaco.

Fuente: AGENCIA UNQ