Por: Jack Spring
Los incendios en la Amazonía brasileña aumentaron un 13% en los primeros nueve meses del año frente al mismo período previo, ya que la región de la selva tropical experimenta su peor racha de incendios en una década, mostraron el jueves datos de la agencia de investigación espacial Inpe.
En septiembre satélites registraron 32.017 focos en la selva tropical más grande del mundo, un aumento del 61% con respecto al mismo mes de 2019.
En agosto del año pasado, el aumento de los incendios en la Amazonía fue un punto de atención de los medios y motivó críticas de líderes mundiales como el presidente francés, Emmanuel Macron, de que Brasil no estaba haciendo lo suficiente para proteger la selva tropical.
El martes, el candidato presidencial demócrata de Estados Unidos, Joe Biden, pidió un esfuerzo mundial para ofrecer 20.000 millones de dólares para acabar con la deforestación del Amazonas y amenazó a Brasil con “consecuencias económicas” no especificadas si no “dejaba de talar el bosque”.
El presidente Jair Bolsonaro describió los comentarios de Biden como una “amenaza cobarde” a la soberanía de Brasil y una “clara señal de desprecio”.
Los datos del Inpe muestran que en 2019, los incendios aumentaron en agosto y declinaron considerablemente el mes siguiente, pero el pico de este año ha sido más sostenido. Tanto agosto como septiembre de 2020 han igualado o superado el máximo de un mes del año pasado.
“Hemos tenido dos meses con mucho fuego. Ya es peor que el año pasado”, dijo Ane Alencar, directora científica del Instituto de Investigaciones Ambientales Amazónicas de Brasil (IPAM). “Podría empeorar si la sequía continúa. Estamos a merced de la lluvia”.
El Amazonas experimenta una estación seca más severa que el año pasado, que los científicos atribuyen en parte al calentamiento en el Océano Atlántico Norte tropical que aleja la humedad de América del Sur.
El total del Amazonas, que se extiende por nueve países, tiene actualmente 28.892 incendios activos, según una herramienta de monitoreo de incendios financiada en parte por la agencia espacial estadounidense NASA.
Reporte de Jake Spring, Editado en Español por Manuel Farías
Fuente: Reuters