La niñez en el mundo digital

Desde cada vez más temprana edad niños y niñas tienen acceso a un celular o la tecnología necesaria para navegar por internet y utilizar redes sociales. En su columna de cada viernes en Agenda Abierta 21, el profesor Luis Ángel Dib nos alerta de esta problemática que presenta serios riesgos sociales y puede afectar también la intimidad de los y las infantes

Por Luis Ángel Dib

Edición: Diego Adur

Agenda Abierta 21

¿A partir de qué edad es recomendable que los chicos y chicas ingresen a las redes sociales? Los niños crecieron en el medio de un desarrollo tecnológico enorme; cada vez acceden con menor edad al uso de teléfonos celulares y la tecnología que eso conlleva, además del uso activo de las distintas redes sociales.

Es un fenómeno imparable. Si bien la recomendación es que ingresen a ese mundo virtual a partir de los 13 años, hoy están ingresando a los 8, 9 años. Esto es parte de una realidad que no se puede frenar.

Si pensamos alguna manera de detenerlo o impedirlo surge como primera opción negar a los niños ese acceso como usuarios activos de redes sociales, pero el prohibicionismo muchas veces termina fracasando. Por eso la recomendación es ir acompañando el proceso de acceso a la tecnología. Es importante advertir a los niños y las niñas de determinadas cuestiones. El grooming, por ejemplo, es un fenómeno que consiste en que un adulto se hace pasar por un chico y entabla una conversación o vínculo con un menor de edad. Allí existe el peligro de abuso y el delito de pedofilia. También existe el cyberbullying, que son los ataques que se dan a los chicos a través de las redes sociales. 

El prohibicionismo no funciona desde el momento en que el acceso a las redes sociales del chico es constante y en casi que cualquier círculo social al que pertenezca. No alcanza con que su familia le prohíba el acceso a un celular porque, seguramente, podrá conseguirlo de otra manera. Los controles son cada vez más ineficaces. La cuestión es educar en base a la libertad y a la responsabilidad. Hay que cuidarlos. Poner ciertas pautas, abordar ciertas reglas. El chico tiene que aprender a discernir sus propios límites porque los chicos y chicas tienen la posibilidad de manejar la tecnología de manera cada vez más rápida y, en muchas ocasiones, hasta mejor que un adulto.