El presidente de Brasil sostuvo que el mandatario argentino dijo muchas “estupideces” del gobierno del país vecino.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó que no mantiene diálogo con su par argentino, Javier Milei, porque considera que antes tiene que pedir disculpas por las “estupideces” que dijo sobre el país vecino y su Gobierno.
Ante la consulta sobre si había mantenido conversaciones con Milei en la cumbre del G7, realizada en Italia, Lula aclaró que no habló con el libertario: “No conversé con el presidente de Argentina porque creo que él debe pedirle disculpas a Brasil y a mí”.
“Yo quiero a Argentina, es un país que me gusta mucho. No es un presidente de la República quien va a crear cizaña entre Brasil y Argentina”, apuntó el brasileño en declaraciones al portal UOL.
Además, sostuvo que, si el mandatario argentino quiere gobernar su país “ya está bien, pero que no intente gobernar el mundo”.
Durante su viaje a República Checa, donde mantuvo un encuentro con el primer ministro Petr Fiala, Milei dijo que en el mundo destacan la “tarea titánica” que su Gobierno realiza para bajar la inflación, a la vez que planteó que su “política social” es calificada como “extremadamente buena”.
A su vez, planteó que, “frente a un ajuste de este calibre, la política social ha tenido que ser extremadamente buena porque, si no hubiéramos actuado correctamente, hubiera sido una catástrofe”. Sin embargo, cuando se reunió con el canciller alemán Olaf Scholz, este le pidió que proteja “la cohesión social”.
Al llegar a la Argentina, consideró que estaba “reescribiendo gran parte de la teoría económica” con su gestión y que esto podría convertirlo en candidato a recibir el Premio Nobel de Economía junto a su jefe de asesores, Demian Reidel.
Por otra parte, Lula remarcó la importancia de ambas naciones para desarrollar un fuerte vínculo comercial: “Argentina es un país muy importante para Brasil, y Brasil es muy importante para la Argentina”, dijo, y aseguró que los pueblos “quieren vivir bien, quieren vivir en paz”.
Las declaraciones suben la tensión diplomática entre los dos socios principales del Mercosur, que venía complicada por el caso de los militantes identificados con Jair Bolsonaro que fueron condenados por la justicia brasileña. Lula volvió a reclamar que la Casa Rosada ordene la deportación de los bolsonaristas implicados en el intento de invadir el Planalto, en enero del año pasado: “De los que están allá, esas 65 personas, hay una parte ya condenada”, indicó da Silva, quien aseguró que el tema se trata con las autoridades locales de la forma “más diplomática posible”.
La gestión de La Libertad Avanza (LLA) no tardó un segundo en responder. El vocero presidencial, Manuel Adorni, aclaró que el presidente argentino no tiene que disculparse: “No hay mucho más para decir. Está dentro de sus deseos y se lo respetamos. No hemos cometido nada de lo que haya que arrepentirse, al menos por ahora”, sostuvo en su conferencia de prensa de este miércoles.
Los dos mandatarios volverán a encontrarse el próximo 8 de julio en Asunción, en el marco de la cumbre semestral del Mercosur, a la cual Lula ya confirmó su asistencia, al igual que lo hizo el vocero Adorni respecto del primer mandatario argentino.
El año pasado, durante las elecciones 2023, Milei llamó a Lula “comunista”, lo que tensó el vínculo con el principal socio comercial de Argentina. “Es corrupto, y por eso estuvo preso”, lanzó Milei el año pasado, quien afirmó que no iba a “hacer negocios con China, no voy a hacer negocios con ningún comunista. Soy un defensor de la libertad, de la paz y de la democracia. Los comunistas no entran ahí. Los chinos no entran ahí. Putin no entra ahí. Lula no entra ahí”, sentenció.
Las diferencias se profundizaron con el rechazo del mandatario brasileño a invitación para la asunción del libertario el pasado 10 de diciembre y la presencia de Bolsonaro junto a su hijo: “La democracia es la voz del pueblo y siempre debe ser respetada. Mis felicitaciones a las instituciones argentinas por conducir el proceso electoral y al pueblo argentino que participó de la jornada electoral de manera ordenada y pacífica”, comunicó Lula a través de sus redes sociales.
Tras ganar el balotaje y llegar a la Presidencia, buscó recomponer la relación y le envió, a través de la ministra de Relaciones Exteriores, Diana Mondino, una carta para concretar un intercambio entre ambos mandatarios.
Sin embargo, la solicitud entregada al canciller brasileño, Mauro Vieira, no tuvo un efecto positivo para mantener el equilibrio en las relaciones diplomáticas con el país vecino. “Sé que el canciller recibió la carta del presidente Milei, pero todavía no la leí”, dijo en su momento Lula en rueda de prensa.
Las relaciones entre ambos mandatarios son hasta ahora nulas, en parte por unas profundas diferencias ideológicas, pero también por los insultos que Milei, y el pedido de disculpas que Lula exige, pero no llega.