En continuidad con lo expresado en articulos anteriores La Teoría del Internet Muerto: ¿Está Internet dominado por bots y contenido automatizado?, La manipulación social en la era digital: de la hegemonía ideológica al control algorítmico y La Resistencia Digital: Nuevas Estrategias Frente a la Manipulación del Poder Algorítmico avanzamos aqui con la Manipulación Política.
La manipulación política, tal como la conocemos hoy, tiene raíces en el trabajo de pensadores como Edward Bernays, quien en su libro Propaganda (1928) argumentó que la manipulación consciente y estructurada de las masas es un componente esencial en las democracias modernas. Bernays, considerado el padre de las relaciones públicas, explica cómo las emociones colectivas pueden ser moldeadas para guiar la opinión pública, lo que sentó las bases del manejo mediático contemporáneo. En el contexto actual, esta manipulación se ha intensificado con el desarrollo de las redes sociales y el uso de Big Data, permitiendo no solo la difusión masiva de ideas, sino también la personalización de los mensajes según los perfiles psicológicos.
Zygmunt Bauman, en Modernidad Líquida, reflexiona sobre cómo la incertidumbre en la sociedad moderna ha creado una cultura de ansiedad y desarraigo, terreno fértil para que figuras políticas que prometen certezas (a menudo simplificadas) obtengan apoyo masivo. Bauman nos ofrece una perspectiva crucial para entender cómo, ante la complejidad global, los políticos demagogos han sabido ofrecer respuestas directas y emocionales a problemas que en realidad son mucho más complejos. Esto conecta directamente con el uso de narrativas polarizadoras y simplificadoras de la alt-right.
El Auge de la Alt-Right y la Cultura de la Ira
El surgimiento de la alt-right está profundamente vinculado a la construcción de lo que Umberto Eco denominó “Ur-Fascismo”, un tipo de fascismo eterno que no es necesariamente una ideología coherente, sino una mezcla de ideas contradictorias unidas por el culto a la tradición y la creación de un enemigo común. Este tipo de manipulación, como la que utiliza la alt-right, explota el miedo al “otro” y la nostalgia por una gloria pasada. La alt-right ha hecho un uso extensivo de estas ideas a través de memes, campañas virales y la creación de una identidad colectiva online que rechaza el establishment.
En su ensayo Fascismo Eterno, Eco habla de cómo la alt-right y otras corrientes similares invocan mitos de una época dorada que nunca existió para justificar políticas reaccionarias y excluyentes. Este tipo de discurso es clave en figuras como el actual presidente argentino ( así lo llamaremos en adelante y no lo mencionamos por su nombre precisamente porque toda su estrategia y “popularidad” esta basada en las menciones y likes de su figura en las redes) quien apeló al simplismo de la destrucción de la “casta política” y al regreso a un supuesto liberalismo puro, pero lo hace con el trasfondo emocional del enojo y la promesa de una ruptura total con lo anterior y además en la practica se dedica profundizar el dominio de los poderosos en detrimento de los mas débiles y humildes.
Un Libertario en la Era Digital
La figura del presidente argentino tambien puede entenderse desde la perspectiva de Chantal Mouffe, quien en La paradoja democrática analiza el populismo como una respuesta a la crisis de representación política. Para Mouffe, el populismo se alimenta de la polarización y de la construcción de una “voluntad popular” en contra de una élite corrupta. El presidente argentino podria representar este tipo de liderazgo populista, aunque en funcion de las politicas que desarrolla se trata de un representante mas del establishmente que dice combatir que sin embargo esta produciendo una transferencia de los mas humildes a los mas poderosos tan profunda y velozmente como no se habia visto. Al mismo tiempo de habilitar la destruccion del estado, un topo se autocalifico, para generar negocios a sus amigos y a los empresarios que lo promovieron. La utilizacion tanto de las plataformas digitales como los medios tradicionales para deslegitimar a la clase política mientras se erige como la única voz auténtica del pueblo y su retórica, muchas veces explosiva y llena de insultos, recuerda al estilo de figuras alt-right que utilizan lo que Geoffrey Nunberg llamó “el lenguaje del desacato” en su libro Going Nucular.
Por otro lado, Slavoj Žižek ha mencionado cómo figuras como el presidente argentino se benefician de lo que él llama la “ironía cínica”: una postura que aparenta no tomarse nada en serio, pero que termina consolidando una forma de poder. El estilo provocador del presidente argentino, que mezcla humor y transgresión, le permite evitar críticas serias, ya que cualquier ataque a su figura puede ser desestimado como parte del show.
El Rol de la Tecnología en la Manipulación
Como señaló Shoshana Zuboff en The Age of Surveillance Capitalism, las plataformas tecnológicas actuales no solo permiten el uso intensivo de datos para predecir y moldear el comportamiento, sino que también crean un entorno de vigilancia masiva donde los políticos pueden ajustar sus mensajes en tiempo real, midiendo el impacto inmediato. El presidente argentino ha sabido utilizar esta herramienta para captar la atención del electorado, adaptando sus mensajes según la respuesta de sus seguidores en las redes sociales, algo que se intensifica en contextos electorales.
Por otro lado, Jaron Lanier, en Ten Arguments for Deleting Your Social Media Accounts Right Now, alerta sobre cómo las redes sociales se diseñan para exacerbar nuestras peores emociones, como la ira y la ansiedad, elementos que líderes populistas y la alt-right utilizan para movilizar a sus seguidores. Lanier advierte que las plataformas tecnológicas promueven la polarización y la radicalización, creando grupos más fáciles de manipular políticamente.
Conclusión: El Desafío de la Democracia Frente a la Manipulación
Finalmente, Hannah Arendt, en Los orígenes del totalitarismo, ofrece una advertencia clave: la manipulación política, cuando se basa en el uso del miedo y la creación de enemigos comunes, puede llevar a la erosión de las bases democráticas. Arendt destaca cómo el uso sistemático de la mentira y la propaganda en regímenes totalitarios sigue siendo relevante en el mundo contemporáneo. El desafío para las democracias modernas es cómo combatir estas formas de manipulación en una era donde la información y la desinformación coexisten en un entorno digital hiperconectado.
El caso del presidente argentino, por lo tanto, no es un fenómeno aislado, sino parte de una tendencia global donde la tecnología y la manipulación emocional son herramientas clave para el ascenso de figuras políticas que, bajo el disfraz de outsiders, utilizan las mismas técnicas de control y poder que prometen erradicar.