Bajo la consigna “justicia por Diego. No murió, lo mataron”, cientos de maradonianos se congregaron este miércoles en el Obelisco para pedir “juicio y castigo a los culpables” del fallecimiento del ídolo popular más gigantesco del país.
Entre los acusados a los que apuntaron se encuentran principalmente a los abogados Matías Morla y Victor Stinfale, señalados como cabezas del entorno del ídolo, y al médico neurocirujano Leopoldo Luque, entre otras personas que actualmente son investigadas por la Justicia por sus posibles responsabilidades.
Además de los fanáticos del 10, de la marcha también participaron sus hijas, Dalma y Giannina, que llegaron al Obelisco junto a su madre Claudia Villafañe, y su hijo menor, Diego Fernando, que arribó con su mamá, Verónica Ojeda
“Condena social y judicial para los culpables”, decía la bandera con la que, cerca de las 18 horas de este miércoles, Dalma, Giannina y Claudia ingresaron a la Plaza de la República. Escoltadas por empleados de seguridad privada, se mantuvieron unos minutos en la plaza y luego partieron sin brindar declaraciones.
Media hora después, Ojeda junto a su hijo de ocho años y su pareja y abogado Mario Baudry llegaba al lugar rodeada de un grupo de hinchas de Almirante Brown que la escoltaron hasta que se retiró. “Estoy acá con mi hijo, creo en los jueces y sé que están haciendo las cosas bien”, fue lo único que dijo Ojeda a la prensa.
La filtración de audios y conersaciones, sumado a la cantidad de testigos, deja cada vez en mayor complicación a los señalados. Incluso, Morla planeó emigrar del país.
La fuerte indignación se debe a las acusaciones de descuidar al astro del fútbol, no solo por facilitarle vicios, sino entregándole ansiolíticos, alcohol, y otras cosas sin que el se de cuenta. Se sospecha la falsificación de su firma, y por supuesto los intereses económicos de mantenerlo de dicha manera.
Desde temprano en la tarde, a los alrededores del Obelisco fueron llegando manifestantes con camisetas argentinas, de Boca, de Gimnasia de La Plata, de Argentinos o del Napoli. Todas con el número 10 en la espalda. Junto al Obelisco, múltiples banderas colgaban de las rejas que lo rodean, pero dos de ellas sobresalían: “Matías Morla tu condena es social, no tenés perdón de D10S”, decía una; “Morla, Stinfale, Luque traidores, ni olvido ni perdón”, la otra.
“Desde antes de su muerte ya sabíamos que Diego estaba en mal estado. Cuando fue el cumpleaños en el estadio de Gimnasia se vio que no estaba ni física ni anímicamente bien, y sin embargo ellos hacían negocios y no lo cuidaban. Cuando aparecieron los audios y los mensajes que se mandaban se confirmó que eso era así y sentimos que había que hacer algo”, aseguró en aseguró Nicolás Daud, integrante de Pueblo Maradoniano, una de las organizaciones que se encargaron de difundir la convocatoria a la marcha.
Cerca de las 19, la plaza ya estaba llena de hinchas que llegaron desde distintos lugares de la ciudad y el conurbano. Joaquín Martínez arribó desde Vicente López y coincidió con Daud en que la gota que rebasó el vaso fue “escuchar cómo hablaban de plata o de zafar de la Justicia cuando Diego se estaba muriendo”. Fue a partir de entonces que en las redes sociales comenzó a surgir la posibilidad de hacer la movilización.
“No hubo una organización central, fue una cosa espontánea que apareció en las redes, con la posibilidad de hacerlo el 10 de marzo, el 10M, justo por el 10 y la M de Maradona. Ahí nosotros junto con otras agrupaciones decidimos darle impulso para convocar a todas las personas en el Obelisco”, contó Daud. Además de Buenos Aires, también hubo concentraciones en las ciudades de Córdoba, Mendoza, Santa Fe y Mar del Plata.
En el Obelisco, los manifestantes concordaron en que el objetivo principal de la jornada, además de pedir “juicio y castigo”, fue repudiar públicamente a quienes consideran culpables de la muerte del ídolo y que actualmente son investigados por la Justicia. “Cuando hablamos de condena social nos referimos a que quede reflejado en Argentina y en el resto del mundo quiénes fueron las personas que hicieron que Maradona terminara así”, explica Daud.
Hasta el momento, la causa que lleva el fiscal general de San Isidro, John Broyad, cuenta con siete profesionales de la salud investigados por sus responsabilidades en un posible “homicidio culposo” o, en su defecto, “abandono de persona”: el neurocirujano Leopoldo Luque, la psiquiatra Agustina Cosachov, el psicólogo Carlos Daniel “Charly” Díaz, la enfermera Dahiana Gisela Madrid, el enfermero Ricardo Omar Almirón, la médica coordinadora de la internación domiciliaria, Nancy Forlini, y el coordinador de los enfermeros, Mariano Perroni.
El pasado lunes una junta médica interdisciplinaria compuesta por diez peritos oficiales y diez de parte comenzó a trabajar en La Plata y en un lapso de dos a tres semanas responderá 24 preguntas pedidas por el fiscal que definirán el rumbo de la investigación, las imputaciones finales e incluso si habrá más acusados además de los siete médicos.
A pesar de que ni Matías Morla ni Víctor Stinfale tienen imputación alguna hasta el momento, fueron dos de las personas más señaladas por los manifestantes. “Eran la cabeza del entorno. Aunque no lo trataran médicamente, decidían todo y hacían negocios con él, tienen que ser investigados igual que el resto”, señaló Ramiro, que se acercó a la marcha luego de salir de su trabajo en el microcentro. “Todos aquellos que hayan sido responsables del fallecimiento tienen que ser juzgados penalmente”, sentenció Daud.