El Presidente se reunió con legisladores radicales que votaron a favor de la nueva ley de movilidad y que ahora parecen convencidos de votar a favor del veto a esa misma ley.
El presidente Javier Milei es un militante acérrimo del libre mercado y, por ende, de la compra y venta de todo lo que puede ser comprado y vendido: cosas, órganos, niños, legisladores.
Este martes, el jefe de Estado se reunió con cinco diputados radicales que se comprometieron a respaldar el veto a la ley jubilatoria. La situación dejó a la bancada radical al borde la fractura, según todos los reportes del Congreso.
De esta manera, con la ayuda de los radicales, el Gobierno se encamina a garantizar los 87 diputados que requiere para blindar el veto presidencial a la ley jubilatoria aprobada en el Congreso, que establece un aumento del 8,1 por ciento para compensar la inflación de enero, y un nuevo mecanismo de actualización de los haberes de la clase pasiva.
Además de Milei, participaron del encuentro la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei; el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem; el vicejefe de Gabinete del Interior, Lisandro Catalán; los ministros de Defensa, Luis Petri, y de Seguridad, Patricia Bullrich, y el subsecretario de Programación Federal y Articulación Legislativa, Martín Matzkin.
Llamó la atención la presencia de Petri y Bullrich en una reunión que, se presume, solo fue solo cuestiones relacionadas a los jubilados y la economía. Curiosamente, quienes no participaron son lxs dxs ministrxs relacionadxs con la cuestión: Sandra Pettovello (Capital Humano) y Luis Caputo (Economía).
Los legisladores que decidieron desmarcarse de la conducción del bloque y concurrir a Casa de Gobierno son los radicales Martín Arjol, Luis Picat, Mariano Campero, Pablo Cervi y el liberal correntino Federico Tournier, un hombre del gobernador Gustavo Valdés que se había incorporado a esa bancada.
Previo a la reunión, Campero justificó su decisión de acompañar el veto al señalar que “el kirchnerismo junto a bloques dialoguistas tienen un objetivo escondido que es golpear el plan económico”.
A través de la red social X, Campero dijo que “vamos a acompañar los argumentos del presidente respecto al veto presidencial” y dijo que el Gobierno con su plan económico “logró bajar la inflación”.
Lo mas llamativo es que cuatro de estos cinco legisladores habían votado a favor de la ley jubilatoria el pasado 4 de Junio, e incluso Picot había firmado el respectivo dictamen de comisión.
La postura de Campero y cuatro pares de su bloque será analizada en la reunión del bloque que se celebrará a las 18, pero si bien no está definida una expulsión, ya la ruptura se viene planteando de hecho debido a que nos es la primera vez que votan contra la decisión mayoritaria de esa bancada. Estos cinco legisladores también votaron con el Gobierno cuando se trató la derogación del DNU que asignó 100 mil millones de pesos a la SIDE.
La intención de la conducción del bloque de la UCR -que encabeza Rodrigo de Loredo- es evitar que mañana se sumen otros legisladores a respaldar el veto, ya que aún no definieron su posición Lisandro Nieri, Pamela Verasay y Roxana Reyes.
La sesión solicitada para este miércoles a las 11 por el diputado radical Fernando Carbajal, es acompañada por otra quince de radicales, Encuentro Federal, y la Coalición Cívica.
Si bien estos bloques dialoguistas van a tener el apoyo de los 99 diputados Unión por la Patria para armar el quórum hoy no estarían juntando los dos tercios para el tratamiento sobre tablas, ni para rechazar el veto para el cual se necesita esa mayoría agravada.
En ese contexto, es probable que los partidos opositores busquen aprobar un emplazamiento a las comisiones de Previsión y Seguridad Social, y Presupuesto y Hacienda, con el objetivo de seguir manteniendo el debate ya que si se rechaza el veto no se puede volver a tratar este año.
En una carrera contra reloj, el oficialismo venía moviendo sus fichas desde la semana pasada, e incluso involucró al mandatario en las negociaciones en curso.
Para eso, Cristian Ritondo (PRO) y Oscar Zago (MID) protagonizaron una serie de reuniones con representantes del Poder Ejecutivo para garantizar 87 legisladores e impedir que los opositores puedan conformar esa mayoría agravada para insistir con la ley aprobada por el Congreso.
El oficialismo tiene asegurados 36 legisladores-ya que no vota el presidente de la cámara Martín Menem- y 36 del PRO-todavía hay dudas sobre qué hará el larretista Álvaro González-3 del MID y dos de Buenos Aires Libre.
Además, ahora puede sumar a estos cinco radicales, y estaba encarando conversaciones con los tres diputados de Independencia, una de CREO, otro de Encuentro Federal Francisco Morchio y dos sanjuaninos que responden al gobernador de San Juan, Marcelo Orrego.
En caso de que varios de estos legisladores se ausenten, como es probable que suceda, el oficialismo va a necesitar menos de 87 diputados ya que los dos tercios se calculan sobre los legisladores presentes en la sesión.