El senador electo pidió al bolsonarismo aceptar la victoria “sin fraude” de Luiz Inácio da Silva y aseguró que Bolsonaro y la extrema derecha debieron reaccionar contra la participación de Lula antes del proceso electoral, cuando fue liberado.
El vicepresidente brasileño y senador electo Hamilton Mourao pidió al bolsonarismo “dejar de llorar y aceptar” la derrota “sin fraude” del presidente Jair Bolsonaro en las elecciones del domingo ante el mandatario electo Luiz Inácio Lula da Silva.
Mourao dijo que el bolsonarismo no puede desdecirse ahora luego de no haber objetado la participación de Lula en las elecciones tras la decisión de la Corte Suprema de anular las condenas en su contra por irregulares y habilitarlo, por ende, a postularse.
“Nosotros estuvimos de acuerdo en participar de un partido en el que otro jugador, Lula, no debería estar jugando. Pero si acordamos, no podemos quejarnos. Hay que parar de llorar y aceptar que perdimos el partido”, dijo Mourao al diario O Globo.
El vicepresidente aseguró que Bolsonaro y la extrema derecha debieron reaccionar contra la participación de Lula antes del proceso electoral, cuando fue liberado y absuelto en todos los procesos, tanto por anulación como por falta de mérito por denuncias sin sustento.
“Ese era el momento de tocar bocina, de salir a la calle. Hay 58 millones de personas que no se conforman, pero participaron del juego y aceptaron las reglas del juego, entonces hay que bajar un cambio”, aseguró el general retirado, electo senador por Rio Grande do Sul en la primera vuelta.
Mourao también rechazó las versiones de fraude que inundan el Whatsapp de los miles de seguidores de Bolsonaro que bloquearon más de 200 rutas para pedir un golpe de Estado. “Considero que no hubo fraude, pero uno de los jugadores no debía estar jugando, ese es mi punto de vista”, sostuvo.
Mourao saltó a la fama en 2014 cuando rechazó, siendo un general en actividad y sin derecho a formular declaraciones políticas, el informe de la Comisión de la Verdad ordenado por la entonces presidenta Dilma Rousseff, destituida dos años después tras haber sido reelecta.
La Comisión fue creada para investigar los abusos a los derechos humanos cometidos durante el régimen militar que se inició con el golpe de Estado en Brasil de 1964 y que duró hasta 1985.
El vicepresidente mantuvo una tirante relación con Bolsonaro, que lo sacó de la mesa chica de toma de decisiones, y en las últimas horas llamó al vicepresidente electo, Geraldo Alckmin, para felicitarlo por la victoria de Lula.
“Alckmin es una persona educada y yo también”, aseguró Mourao, quien en la campaña había dicho que los senadores bolsonaristas tendrían mayoría para poder destituir a jueces del Supremo Tribunal Federal que votaron por la liberación de Lula y que ejercen investigaciones contra el mandatario y sus aliados por atentar contra la democracia.
Bolsonaro descartó a Mourao para intentar su reelección y eligió como candidato a vice a su exjefe de gabinete y exministro de Defensa Walter Braga Netto, también un militar retirado.
Con Bolsonaro, Mourao y Braga Netto lograron reivindicar oficialmente por primera vez en democracia el golpe de Estado de 1964 que derrocó al presidente constitucional Joao Goulart.