A partir de su segunda reapertura en lo que va del año, el Museo del Libro y la Lengua expone en sus interiores muestras feministas, activistas y con una vanguardia necesaria para los tiempos que corren.
Cobertura: Bautista Monferato
El Museo del Libro y de la Lengua festejó su décimo aniversario el pasado miércoles, y lo hizo reabriendo sus puertas luego de tiempos complejos , y con la ausencia de su directora, María Moreno, ya que se encuentra en plena recuperación luego de haber sufrido un accidente cerebrovascular.
En el marco de la celebración, y entre emotivos discursos, se le dio presentación a dos exposiciones con el feminismo como protagonista. “La Kermés del Día Después“, con juegos y obras de arte vinculadas a todo lo que rodea el consumo de la Pastilla del Día Después, y “Mareadas en la marea: diario de una revolución feminista“, como el relato artístico de la historia de una militancia en pos de la obtención de derechos y la igualdad.
Ambas muestras ya habían sido exhibidas en dos ocasiones, pero a instancias de la pandemia de Covid-19 que conllevó al cierre temporal del Museo, pudieron ser reactivadas recién en la última semana.
En diálogo con Red Informativa, Laura Arnés, encargada del área de género del Museo, expresó: “La idea de la muestra es exponer un recorrido feminista por diversa vertientes de la cultura”.
“Es así que logramos retratar la historia del movimiento Ni Una Menos a partir del su surgimientos con marchas, banderas, y por supuesto las consignas”, describió.
“La expansión de la exposición, ubicada en el sector inferior del edificio, es más lúdica, y cuya idea es problematizar los conceptos en torno al feminismo y la historia del mismo”, agregó, señalando: “Ahora le incorporamos un altar en homenaje a todas las víctimas de femicidios”.
“El plan de base surgió de María Moreno, quien busca plantear el cruce entre la literatura y la vida, siempre desde una perspectiva muy feminista, no como algo que se aplica sobre las cosas, sino como forma de vivir”, resaltó la autodenominada “Generatrix” del lugar.
“Cuando hicimos la primer muestra estábamos en plena lucha por el derecho al aborto, hecho que fue de vital importancia a la hora de tomar la decisión final de llevarla a cabo”, manifestó, explayando que por aquel entonces la pandemia llevó a que “solo se pueda visitar durante tres días la muestra, pero se mantuvo hasta presentarla en la reapertura definitiva, como forma de celebración” .
En cuanto a La Kermés del Dia Después, comentó: “Es una forma de poner en escena el derecho a decidir sobre sus cuerpos, tanto las mujeres como las personas trans, poniendo el ojo sobre un tema tabú e históricamente cuestionado, como es la utilización de esa pastilla”.
“La postura del Museo es estar en constante diálogo y tensión con lo que sucede en otros espacios culturales, por eso, por ejemplo, otra de las patas fuertes es la lucha por un lenguaje no sexista que estamos dando ahora”, adhirió.
“Nuestro objetivo es implementar un aporte transfeminista a la cultura, la cual de por sí debería ser íntegramente transfeminista”, concluyó.
La Kermés se anunciaba desde la entrada. En pizarrón, con tiza, un “Pasen todes”. La fiesta se llama “Del día después” -como la pastilla que puede ayudar a prevenir embarazos después de haber tenido sexo sin protección- y da la clave de cómo hay que entrar a esto que es a la vez archivo, feria y arte.
“Se va a caer, se va a caer. Empezá por una lata”, anima el cartel de la pared, que invita a derribar una pila de latas. Un poco más allá, una ruleta de globos para ser pinchados: “Que se pinche la globalización”, describe.
Y carteles en el piso con insignias claves de la lucha: “Ni tuya, ni yuta”; “Aborto legal YA”. En una de las paredes cuelga, una serie de fotos de la paleta de verdes de Cromoactivismo, de aquel día histórico y helado, el 13 de junio, cuando se discutía la ley de Interrupción del Embarazo en Diputados. Del techo cuelga una tanga enorme creada por la artista Lea Jael Caiero, con luces de led una leyenda sobre el encaje negro: Apologistas de la desmesura.
Más allá, el juego del sapo, con una foto de príncipe encantado que advierte que no te comas más uno de esos versos. Y una pileta para pescar tus deseos “sin salpicar”.
Hay una mesa con aros, también, para embocar en cuellos de botellas con la imagen de Alfonsina Storni, cerca de la custodia de un enorme Castagnino recuperado de piezas de la privatización de las Galerías Pacífico. Como algo que queda en el borde, del lado de afuera, pero que también dialoga.
En cuanto a Mareadas en la marea: diario de una revolución feminista, la muestra curada por Fernanda Laguna y Cecilia Palmeiro, figura una descripción: “Un espacio de reflexión acerca de cómo se vive un proceso revolucionario”. Hay registro en papel, en telas, en pegatinas y la huella de la apostasía feminista, con una instalación de iglesia de cartón, afiches de las marchas de los últimos años. Asimismo, aparecen nombres, como el de Marielle Franco, feminista, política brasileña y militante de los derechos humanos en Brasil, asesinada en 2018.
En todas partes, además, hay algo de Lohana Berkins, una de las impulsoras de la Ley de Identidad de Género, con su palabra desde los rincones: “En un mundo de gusanos capitalistas, hace falta mucho coraje para ser mariposa”, pero también desde una pared, donde figura su imagen de brazos abiertos.
Cuando asumió al frente de la institución María Moreno contó que su apuesta era “explorar una lengua plurinacional” una lengua “tuti fruti, sin aduana ni peaje, la de los pueblos originarios, las de los inmigrantes, las de los jóvenes, las locales , para no sólo dar cuenta de su existencia sino de su índole preeminente y política”
Y señaló: “Bienvenidos al Museo los feminismos populares porque fue un honor para mi ser recibida en el espacio fundado por Horacio (González) y María Pía (López) y como feminista me interesa, en lugar de sostener un imaginario de ruptura y corte en aras de la originalidad , la parentalidad, una noción de Rita Segato mediante la que se recogen legados y nombres propios con una voluntad de acción política”.
Las muestras pueden ser visitadas de lunes a viernes, de 14 a 19 hs, horario en el que el sitio ubicado en Avenida Las Heras Las Heras 2555 abre sus puertas al público, con entrada libre y gratuita.