Los legisladores porteños salieron a responder el comunicado del PRO y lo vincularon con “la continuidad de una serie de ataques que incluyen arrojar bolsas negras en la puerta de la Casa Rosada” a 45 años del golpe de Estado. Además: el 24 de marzo según Cambiemos.
El bloque de legisladores porteños del Frente de Todos repudió el comunicado de dirigentes del PRO contra la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, por considerar que “agravia la labor inclaudicable y ejemplar” de esa organización.
“Las Abuelas no pararon un solo día en su búsqueda de Justicia sin el más mínimo resabio de venganza. El hilo conductor de todas estas décadas ha sido el amor”, expresaron los diputados del peronismo en un comunicado.
La titular de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, y el jefe del bloque de diputados nacionales de ese partido, Cristian Ritondo, habían sostenido que “no” podían “dejar pasar los improperios y dislates” de Carlotto tras el pedido de la referente de Derechos Humanos para que el ex presidente Mauricio Macri fuera “preso”.
Los dirigentes opositores consideraron en un comunicado que Carlotto “bastardea el clamor por la vigencia de los Derechos Humanos utilizando una metodología repudiable propia de otras épocas”, observación que fue repartida en el momento menos indicado y que generó el rechazo de la ciudadanía.
Para el bloque del Frente de Todos, “atacar a las Abuelas difamando a Carlotto no es otra cosa que atacar los avances en la lucha contra la impunidad del pueblo argentino y que han sido tomados como política de Estado desde el 25 de mayo de 2003”.
“No es casualidad que ese comunicado se haga en el marco de cumplirse 45 años del inicio de la última dictadura cívico militar. Se trata de la continuidad de una serie de ataques que incluyen arrojar bolsas negras en la puerta de la Casa Rosada”, alertaron.
Los legisladores del peronismo sostuvieron que “la lucha inclaudicable de las Abuelas de Plaza de Mayo ha sido vital -y lo sigue siendo- para esclarecer los delitos de lesa humanidad y avanzar en los juicios contra los genocidas y cómplices civiles del terrorismo de Estado”.
Por eso, consideraron que el comunicado del PRO “agravia la labor inclaudicable y ejemplar” de Abuelas de Plaza de Mayo.
En esa misa línea, la diputada del Frente de Todos Victoria Montenegro repudió este jueves ese documento durante una sesión de la Legislatura, y preguntó a representantes del oficialismo local “cómo son capaces de agraviar a la responsable de que 130 hombres y mujeres tengan su verdadera identidad”.
“Cómo es posible que hoy su partido político haya sacado un comunicado que dice que la señora Estela Barnes de Carlotto no tiene autoridad moral y que renunció a la defensa de los derechos humanos”, cuestionó la legisladora, exponiendo el fondo desinteresado del bloque opositor en materia de Derechos Humanos.
Juntos por el Cambio y el 24 de marzo
El ex presidente, que en su momento cuestionó “el curro de los derechos humanos”, esta vez ni siquiera se pronunció. Patricia Bullrich y Elisa Carrió, coincidieron en banalizar el terror dictatorial equiparándolo con gobiernos peronistas provinciales. Rodríguez Larreta eligió diferenciarse
Algunos prefirieron hablar de la situación en Formosa y compararla con la dictadura. Otros atacaron a la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo. Parte de la derecha argentina sigue sin poder rememorar el 24 de marzo sin chocar contra los reclamos de memoria, verdad y justicia.
De hecho, los sectores más recalcitrantes organizaron en las redes sociales una contracampaña con el haghtag #NoFueron30mil. El ex presidente Mauricio Macri, quien en su momento habló del “curro de los derechos humanos”, optó por el silencio.
El jefe del gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, en cambio, eligió una estrategia muy diferente: exhibió un texto muy cuidado, cargado de sensibilidad y memorias personales, y un reportaje en el que habló del secuestro de su padre en dictadura, conmemoró el día como Macri nunca lo pudo hacer. Ni siquiera cuando lo visitó el entonces presidente de Estados Unidos Barack Obama.
Por otro lado, los radicales se decidieron por recordar el Juicio a las Juntas y la política frontal de Raúl Alfonsín ante los militares.
Primero fue el elegido por Macri para la Agencia de Control, Federico Young, que organizó una charla con Cecilia Pando. Después vino el efímero ministro de Educación Abel Posse que llamó “residuos de subversivos” a los ex detenidos desaparecidos y cuestionó los juicios a los represores.
A esto le siguió, ya con Larreta en la Jefatura del Gobierno de CABA, el ministro de Cultura Darío Lopérfido, quien aseguró que el número 30 mil fue arreglado en una mesa para cobrar indemnizaciones.
Continuó en el gobierno nacional de Macri con el militar retirado a cargo de la Aduana, Juan José Gómez Centurión, quien negó la existencia de un plan sistemático durante la última dictadura y sostuvo que “no es lo mismo 8 mil verdades, que 22 mil mentiras”.
El propio Macri, al referirse a la causa Sueños Compartidos, habló del “curro de los derechos humanos”.
Los hechos mencionados develan que el nagacionismo no nace de la nada misma, hay gestiones políticas, culturales y sociales que se encargan de reproducirlo. Por ello es funsdamental apelar siempre a la memoria y seguir exigiendo verdad y justicia.
Se le reclama el número de desaparecidos a las familias de las víctimas en lugar de a los victimarios, como si una cifra fuera a cambiar las consecuencias de un terrorismo de Estado. Quienes negociaron y enriquecieron sus fortunas, suelen ser los que menos memoria eligen tener.
Claramente, la derecha argentina tiene muchas figuras que se mostraron refractarias a la política de memoria, verdad y justicia y hasta negacionistas. A 45 años del golpe, hubo una parte de la coalición opositora que siguió en esa línea y otra que ensayó una estrategia diferente ante el aniversario del golpe de Estado.
La presidenta del PRO, Patricia Bullrich, optó por sostener que “hoy, como ayer, hay violación a los derechos humanos en nuestro país. Mi mensaje para este 24 de marzo es un Nunca Más de Verdad”.
“Nunca más a la violencia, a las tiranías modernas, al uso de la pobreza, a la corrupción. Los derechos humanos se defienden para todos, siempre”, sostuvo la ex ministra de Seguridad que defendió durante su tiempo en el gobierno los fusilamientos por la espalda (caso Chocobar, caso Rafael Nahuel) por parte de fuerzas policiales y de seguridad, implementó un protocolo para el uso de armas de fuego que las convalidaba ante cualquier “peligro inminente”, y defendió a la Gendarmería en el caso de Santiago Maldonado, por mencionar solo algunos hitos.
El tweet de la ex ministra incluyó un video que muestra a la niña Abigail Jimenez con su padre entrándola a pie a Santiago del Estero y a personas en Formosa durante la cuarentena con el eslogan “nunca más encerrarte para la tortura”.
De esta forma, Bullrich comparó situaciones durante la cuarentena con la organización de campos de concentración en todo el país para secuestrar, torturar y asesinar disidentes políticos.
La líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrio, fue por el mismo camino: “Hoy se cumplen 45 años de la última y más sangrienta dictadura cívico militar. Hoy en Formosa están sucediendo hechos terribles de violación a derechos humanos de lesa humanidad”.
Cercana a Carrió, la diputada Paula Oliveto advirtió: “Dicen que son defensores de los Derechos Humanos y defienden a un genocida como Maduro. Hablan de las atrocidades del pasado y son cómplices de la crueldad del presente. El silencio y la doble moral los desnuda como personas. Nunca Más. Ayer, ahora y siempre”.
A las comparaciones entre la dictadura y Formosa, se sumaron dirigentes de Juntos por el Cambio que atacaron a la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Carlotto. Entre ellas, estuvieron la ex secretaria de Lucha contra la Corrupción Laura Alonso, quien dijo sobre Carlotto: “Qué bajo cayó esta mujer. Muestra su verdadera naturaleza antidemocrática. Hay Estado de Derecho aunque no le guste, Estelita”.
“La señora Carlotto que debería saber del peligro de la suma del poder declama que Macri debe ir preso. Ni siquiera dijo que sea juzgado. Patológico, triste y peligroso”, afirmó el diputado Waldo Wolff.
Hasta allí, los dirigentes siguieron la estrategia de ciertos sectores de la derecha, que parecen no tener nada para decir sobre el terrorismo de Estado en un 24 de marzo. Pero otros dirigentes del PRO eligieron otra táctica.
El vicejefe de gobierno porteño, Diego Santilli, sostuvo que “este 24 de Marzo volvemos a reafirmar nuestro compromiso con la Verdad, la Memoria y la Justicia”.
No hubo en estos casos, alusiones a Formosa, Venezuela ni la puesta en discusión del número simbólico de 30 mil desaparecidos, que marca el carácter clandestino de la represión.
Pero lo más llamativo fue lo que hizo el jefe del Gobierno de la Ciudad. Larreta difundió un discurso cuidado en el que planteó que “el 24 de marzo empezamos a vivir el capítulo más doloroso de nuestra historia en el que la violación a los derechos humanos fue una constante de un gobierno de facto responsable de crímenes de lesa humanidad y terrorismo de Estado”.
“El Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia, en el que recordamos a las víctimas de la última dictadura en nuestro país, es una fecha para el ejercicio de la memoria colectiva, una memoria indispensable para construir nuestro presente y futuro como nación”, afirmó. Larreta sostuvo que “hemos alcanzado un gran consenso social que nos compromete de manera permanente a defender la vigencia plena del Estado de Derecho”, manifestó.
Pero a ese discurso institucional le sumó un reportaje (que le hizo su equipo de comunicación), donde el mandatario porteño optó por narrar el secuestro de su padre (del mismo nombre): “Me desperté a las 3 de la mañana. Papá se levantó, fue a ver quién es y no volvió. Bajó a abrir y se lo llevaron en un Falcon verde. Y desapareció. No tuvimos más noticias”.
Sentí que perdí a mi viejo. Era íntimo del cura Mujica. Lo casó a mi viejo y nos bautizó a nosotros”, contó Larreta. También relató que el secuestro se hizo público porque era presidente de Racing. “Eso le salvó la vida”, agregó.
“Me dejó muy marcado. Mi familia tuvo la ‘suerte’ de que la visibilidad de mi viejo le salvara la vida. Muchos no tuvieron esa fuerte”, dijo, en lo que marca un hito en los discursos de los líderes del PRO. Más allá de que, en la práctica, la Policía de la Ciudad ha sido denunciada por violaciones a los derechos humanos tanto con Macri como con Larreta en el gobierno.
Macri, en sus ocho años como jefe de gobierno porteño y sus cuatro como presidente, nunca pudo armar algo parecido a ese discurso de Larreta. Ni siquiera lo hizo cuando visitó el Parque de la Memoria a pedido del presidente Obama. En el aniversario 45º del golpe, Macri optó por no decir nada.
De hecho, la vicepresidenta Cristina Kirchner escribió en su cuenta de Twitter que “más allá de las públicas diferencias políticas y económicas que tenemos, resulta reconfortante que uno de los dos principales dirigentes de la oposición comparta sensibilidades, vivencias y mirada similares sobre la tragedia de la dictadura cívico militar”.
Así, la exmandataria felicitó al alcalde porteño por lo relatado y rescató la parte sensible del mismo.