La resolución del Ministerio de Agricultura establece que la medida “podrá darse por concluida una vez que se verifique el normal abastecimiento, a precios razonables”. La Mesa de Enlace cesó la comercialización de hacienda como medida de protesta.
El Ministerio de Agricultura formalizó la suspensión por 30 días de la exportación de carne bovina hasta el 19 de junio próximo, con excepción de aquella que forma parte de cuotas con ventajas arancelarias, como la Hilton europea, y aclaró que la medida “podrá darse por concluida una vez que se verifique el normal abastecimiento” del producto y “a precios razonables”.
A través de la resolución 75/2021, publicada este jueves en el Boletín Oficial, la cartera que conduce Luis Basterra suspendió por el plazo de 30 días la aprobación de solicitudes de Declaración Jurada de Operaciones de Exportación de Carne (DJEC) respecto de los productos cárnicos de origen bovino.
Quedaron exceptuadas las mercaderías destinadas al consumo y que sean exportadas dentro de los contingentes arancelarios otorgados por terceros países a la Argentina, amparados por certificados de autenticidad y exportación.
En la normativa se precisó que “la suspensión podrá darse por concluida una vez que se verifique el normal abastecimiento, a precios razonables y conforme los acuerdos alcanzados, de los productos indicados”.
En la resolución se remarcó que la Ley 22.415 admite ciertas limitaciones a las exportaciones, sean o no económicas, cuando tengan por finalidad estabilizar los precios internos a niveles convenientes o mantener un volumen de oferta adecuado a las necesidades de abastecimiento del mercado interno.
También cuando se deba resguardar la buena fe comercial, a fin de impedir las prácticas que pudieren inducir a error a los consumidores, afirmar la soberanía nacional o defensa de las instituciones políticas del Estado, y garantizar la salud pública y la política alimentaria.
La resolución explicó que “la tutela del interés público tiene por objeto garantizar los derechos esenciales de la población y su goce efectivo, siendo un interés prioritario tener asegurado el acceso sin restricciones a los bienes básicos, especialmente aquellos tendientes a asegurar la alimentación de la población, situación a la que se le otorgó particular relevancia en el contexto de emergencia actual”.
Agricultura destacó que “de conformidad con el actual avance del mercado exportador de carnes, sus precios han experimentado un alza sostenida, producto de la creciente demanda de dichos productos, principalmente por parte de los mercados asiáticos”.
Asimismo, señaló que “esta situación ha generado que los precios internos acompañen los de exportación de la carne vacuna, en un contexto donde el precio mundial de los alimentos ha aumentado significativamente”.
Por eso remarcó que “aceptar sin más, la fijación de valores del mercado internacional para alimentos locales que constituyen productos básicos de la mesa de los argentinos y las argentinas, implicaría renunciar a los deberes básicos en materia de política económica”.
Además, puntualizó que “bajo esos parámetros y según lo informado por el Ministerio de Desarrollo Productivo, surge que en materia de comercialización de los productos cárnicos de origen bovino existe una distorsión de precios que superan los índices generales de inflación en materia de alimentos y que impiden el normal abastecimiento de los consumidores y las consumidoras del mercado interno”.
También subrayó que “el Ministerio de Desarrollo Social en un informe técnico contextualiza la situación, mostrando alarmantes índices de pobreza e indigencia”, con lo cual consideró que “en consecuencia resulta oportuno suspender la emisión y aprobación de las DJEC”.
El Gobierno busca desarmar el “rulo” especulativo que empuja el precio
Una de las preocupaciones del Gobierno a la hora de tomar la decisión de suspender por hasta 30 días la exportación de carne estuvo enfocada en eliminar una de las maniobras claves en el aumento especulativo de precios que no cedió pese a las últimas medidas.
El denominado “rulo cárnico” estuvo presente en la reunión del lunes por la noche de las máximas autoridades. Si los funcionarios le encuentran una solución, se podrán resumir las ventas al exterior antes de la fecha pautada, confiaron fuentes oficiales.
En febrero, el Ministerio de Agricultura encontró a 15 compañías que intentaban vender 40 toneladas por fuera de los controles del Estado.
Compraban a los animales en el Mercado de Liniers a un precio elevado para garantizar su obtención y luego los exportaban irregularmente al dólar contado con liquidación. De esta forma, impulsaban subas significativas en las góndolas y las carnicerías.
Como resultado de distintas investigaciones se había logrado desnudar la operatoria de varias organizaciones que se dedicaban a la exportación de carne y granos con la finalidad de evadir los controles del Estado Nacional.
Las mismas generaban un grave perjuicio para las arcas públicas y practicaban competencia desleal sobre el resto de los operadores, que cumplen con la ley. Uno de este grupo llegó a operar por U$S 20 millones, de los cuales no entró un solo billete al país.
En febrero, el tipo de cambio oficial, por el que debían vender, se ubicaba en los $ 97, mientras que el contado con liquidación se posicionaba en los $ 147. Los exportadores conseguían una ganancia extraordinaria del 52% por la brecha cambiaria con esta operación ilegal denunciada por Agricultura.
Además de la evasión y la violación a la ley penal cambiaria, esta maniobra impacta fuerte en los precios. Por esa razón la respuesta no se limitó a una denuncia penal, sino que se avanzó al ámbito político. Es que aunque se intensificaron los controles en los últimos meses, no se pudo desterrar esta práctica del mercado cárnico.
En este paréntesis de las exportaciones, el Gobierno busca reforzar los controles para cuando reanuden las exportaciones y así evitar la práctica del “rulo” con la carne que, además de su componente especulativo, fogonea el precio interno de la carne.
Esta preocupación fue debatida entre el Presidente y el consorcio de exportadores de carne ABC, afirmaron fuentes presentes en la reunión.
Esto fue confirmado por el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, quien planteó que “ojalá las restricciones sean por menos tiempo. Si los objetivos se cumplen antes del plazo, la idea es levantarlas”.
El titular de la cartera productiva se refirió a los “desórdenes”, al advertir sobre “procesos de evasión” por parte de la industria frigorífica, al tiempo que criticó los aumentos “desmedidos” de la carne. Argumentó que, más allá de los factores estacionales, “en marzo, abril y los primeros días de mayo siguió subiendo”.
Kulfas insistió en que el Presidente le indicó a los empresarios del sector que “si las soluciones se encuentran en tres días o una semana, se reabren en una semana (las exportaciones) y aquel que está operando correctamente, en blanco, y liquida sus exportaciones, no va a tener ningún problema”.
El consumo local perdió 19% desde 2015, mientras que lo que creció fue la exportación y en un 297%. Argentina, que en el último año de la administración de Cristina Fernández de Kirchner destinaba al comercio internacional el 7,7% de su producción, para el fin del macrismo derivaba el 21,7% al mercado externo y hoy día el 29,1%.
El gran aumento de las exportaciones respecto a la producción explica la pérdida de consumo de carne en el país, con un impacto menor en el ingreso de divisas. El último dato no resulta menor, ya que el ingreso de dólares del sector en el período 2016-2019 equivale al 3% del total de las ventas interancionales: tan solo U$S 7.400 millones.
Los mercados tradicionales explican la minoría de las ventas. El 75% de las exportaciones van a China, lo que equivale a 109 millones de kilos. Estas crecieron 1.138% desde 2015. Vale la pena aclarar que el precio promedio de venta local ($ 656) resulta 129% superior al de exportación ($ 286), dado se trata de cortes de menor valor.
Es por esto que si se mide en dinero, la participación del gigante asiático se reduce al 60%, aunque se mantiene en primer lugar. De este modo, el país transfiere divisas por U$S 3,34 el kilo, muy por debajo del promedio de U$S 4,20, y aún menor a los U$S 8,60 de Alemania.
Las ventas a China compiten con el consumo local. De hecho, la pérdida de consumo de las familias argentinas es prácticamente igual al volumen de exportaciones a china, que se hace a precios más bajos.